Los hogares españoles han capeado con relativa fortaleza la era de subida de tipos de interés y los efectos de la última crisis inflacionaria, en gran medida, gracias a la resiliencia del mercado laboral en el país, al ahorro y a la revalorización del precio de la vivienda. Estos factores, además del proceso de desendeudamiento de los últimos años, han reducido el grado de vulnerabilidad financiera de las familias a niveles casi mínimos de los últimos 20 años.
Así lo recoge el último informe último Informe sobre la situación financiera de los hogares y las empresas publicado por el Banco de España este lunes. "La situación financiera de las familias ha mostrado una evolución favorable, apoyada en la fortaleza de la actividad económica y del mercado de trabajo, que han sorprendido al alza en los últimos meses y han seguido favoreciendo, junto con la moderación de la inflación, el aumento de la renta real por hogar", recoge el documento.
"Adicionalmente, el aumento de los precios de la vivienda en los últimos trimestres, si bien ha dificultado el acceso en propiedad a determinados colectivos, en términos agregados ha fortalecido la posición patrimonial de las familias. Todos estos desarrollos han conducido a un descenso del grado de vulnerabilidad financiera de los hogares, que se situaría en niveles reducidos desde una perspectiva histórica", añade.
En este contexto, tanto las rentas reales como, más recientemente, el ahorro han contribuido también a mantener el indicador de vulnerabilidad en registros reducidos en términos históricos. Comparando la situación más reciente en España con la del área del euro, en ambas zonas, el indicador de vulnerabilidad financiera se encontraba en el tercer trimestre de 2024 en niveles muy cercanos al mínimo de los últimos veinte años.
El informe refleja que, desde 2015, los hogares españoles presentan, en conjunto, una situación financiera agregada relativamente favorable, en comparación con la media del período 2005-2024. Además, el indicador que mide la capacidad para hacer frente al servicio de la deuda también se encuentra en niveles reducidos, ya que el aumento de la renta y el elevado ahorro han compensado el efecto de los mayores pagos por intereses derivados del endurecimiento de la política monetaria entre 2022 y 2023.
La tasa de ahorro aumentó ligeramente, y se mantuvo en niveles históricamente elevados. El ahorro de los hogares en proporción a su renta aumentó 1,1 puntos porcentual en el tercer trimestre de 2024, y se situó en el 14,2% de la renta bruta disponible. Al igual que en la mayoría de los países del área del euro, la tasa de ahorro se mantiene en registros elevados desde una perspectiva histórica y, según el organismo dirigido por José Luis Escrivá, esto podría reflejar, entre otros factores, una caída de la propensión marginal a consumir de los hogares, "que habría sido especialmente acusada para aquellos con mayor renta, en régimen de alquiler y aquellos cuyos activos líquidos han experimentado un mayor aumento".
Para los hogares endeudados a tipo de interés variable, la carga por intereses ha comenzado a descender, tendencia que se intensificará en los próximos trimestres de cumplirse las expectativas de los mercados financieros sobre los tipos de interés. Según el Banco de España, se estima que en la primera mitad de 2025 más de un 60% de los préstamos a tipo de interés variable concedidos al sector privado no financiero podrían ver reducido su coste en más de 100 puntos básicos con respecto a septiembre de 2024".
Todo este contexto ha favorecido el crecimiento de la renta bruta disponible de los hogares, que en el tercer trimestre de 2024 se situó un 5,4% por encima de 2019, antes de la pandemia. Los datos del Banco de España reflejan que la renta de los hogares creció a un ritmo interanual del 8,2% en el tercer trimestre de 2024, lo que supone una moderación de ocho décimas frente al trimestre anterior, mientras que en términos reales mantuvo un ritmo de crecimiento del 4,2%.
La desaceleración de la renta bruta disponible nominal se debió fundamentalmente al menor avance de las rentas de la propiedad, mientras que la contribución de la remuneración de los asalariados al aumento de la renta se incrementó en 0,7 puntos (hasta los 6 puntos) gracias al crecimiento del empleo, que habría compensado la moderación de la remuneración por asalariado.