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Trump traslada a su círculo más próximo que Elon Musk se marchará del Gobierno en breve, según Politico

Los choques con el gabinete, los recelos del movimiento Maga, el temor del Partido Republicano y la derrota en las elecciones judiciales de Wisconsin muestran que ha pasado de ser un activo único a un problema creciente para la administración

Musk sostiene un cheque por un millón de dólares en Wisconsin.
Musk sostiene un cheque por un millón de dólares, el pasado fin de semana, en Wisconsin.Jeffrey PhelpsAP
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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ya le ha comunicado a su círculo más próximo, y a varios miembros del Gobierno, que en las próximas semanas el hombre más rico del mundo, Elon Musk, dará varios pasos atrás y dejará el rol sin precedentes que ocupaba hasta ahora, como responsable del llamado DOGE, el departamento de eficiencia que está liderando los recortes y despidos en la administración, como asesor cercano con acceso total, como "copresidente" del país, según lo definen sus críticos en Washington. Así lo adelanta este miércoles Politico, citando a numerosas fuentes del Ejecutivo.

Según la exclusiva del medio, "el presidente sigue satisfecho con Musk y su iniciativa para la Eficiencia del Departamento de Gobierno, pero ambos han decidido en los últimos días que se acerca el momento de que Musk regrese a sus negocios y asuma un papel secundario, según tres personas cercanas a Trump que solicitaron el anonimato para describir la evolución de la relación".

"Esta "primicia" es basura. Elon Musk y el presidente Trump han declarado públicamente que Elon dejará el servicio público como empleado especial del gobierno cuando complete su increíble trabajo en DOGE", ha reaccionado Karoline Leavitt, la portavoz de la Casa Blanca.

Todo el mundo en Washington, Europa o Pekín había pronosticado el pasado verano que la luna de miel entre Trump y Musk era imposible, y que acabarían inevitablemente enfrentados y peleados. No ha ocurrido, y ellos mismos rompieron otro precedente hace unas semanas burlándose de los agoreros en la primera entrevista en televisión de la historia entre un presidente y un asesor sin cargo o función realmente bien definido.

Pero si Politico acierta, y el empresario empieza su alejamiento, será un giro marcado, pues hace menos de un mes el mensaje oficial era que Musk "había llegado para quedarse" y que Trump encontraría una manera de superar el límite de tiempo de 130 días que la legislación impone para este nombramiento atípico, de alguien que no ocupa realmente un alto cargo en la administración y que por tanto sea librado de audiencias de confirmación en el Senado, de un examen del FBI o de firma contra posibles conflictos de interés.

Según la exclusiva, "Trump ya había comenzado a suavizar la transición antes, incluso en una reunión de gabinete el 24 de marzo, donde anunció a los asistentes que Musk dejaría la administración, según una fuente cercana". Pero la publicación llega en un momento muy significativo. El mismo día en que las acciones de Tesla se han vuelto a hundir en la Bolsa después de que la compañía haya comunicado que las ventas de sus coches se han desplomado un 13% en el primer trimestre del año, fundamentalmente por el rechazo en todo el planeta al posicionamiento ideológico y político del multimillonario, que no sólo se ha vinculado a Trump de forma extraordinaria en los últimos nueve meses, sino que se ha volcado en una labor de activismo implicándose en los asuntos y las elecciones de medio mundo, dejando millones de personas furiosas y a clientes ofendidos.

Rechazo de MAGA

Pero no sólo eso. El rol de Trump ha provocado rechazo también en muchos sectores del movimiento MAGA, Make America Great Again, y del Partido Republicano, cuyos miembros viven atemorizados y chantajeados permanentemente, ya que el presidente y su entorno han dejado claro que cualquier congresista o senador que se aparte de la línea marcada por la Casa Blanca y no vote y actúe según los deseos del presidente se enfrentará a primarias internas, y el dinero de Musk financiará a sus rivales hasta forzarlos a abandonar la política.

Steve Bannon, gurú del movimiento alt-right, amigo y consejero de Trump que tuvo un papel clave en la primera legislatura y que incluso fue a prisión por no testificar ante el Congreso por el asalto al Capitolio, ha arremetido numerosas veces contra Musk, diciendo que un multimillonario, que además no nació en EEUU, no es de los suyos ni representa sus valores.

Musk ha sido un activo clave para Trump. Durante la campaña, por los más de 200 millones de dólares que donó y los muchos más que movilizó con sus amigos de Silicon Valley. Por su control de X, el altavoz más potente del planeta. Pero después por el trabajo sucio que ha hecho con su ejército de veinteañeros para acceder a todos los resortes de la administración, despidiendo a miles de personas, cerrando organismo y agencias e incluso amenazando a jueces con juicios políticos por oponerse a las órdenes ejecutivas del presidente.

Pero al mismo tiempo, se ha ido convirtiendo también en un problema para la administración, como se vio este fin de semana. Musk y sus aliados invirtieron decenas de millones de dólares en una campaña en Wisconsin para nombrar al noveno miembro del Tribunal Supremo del Estado. Nunca se había gastado tanto dinero en una campaña para un tribunal, más del doble que con la última vacante, hace dos años. Musk se volcó con el candidato republicano, un partidario total de Trump. Pero esa implicación, desde las redes sociales pero también en persona, el mismo fin de semana en un acto en Green Bay, se volvió el contra del juez conservador.

Las elecciones se convirtieron en una especie de referéndum sobre Musk, y perdió estrepitosamente, movilizando a los demócratas y dejando claro que su figura puede ser útil desde la sombra y con la cartera abierta, pero muy contraproducente en primera línea, por el rechazo que su figura, sus métodos, su agresividad, provoca.

"Comentarios inesperados"

Lo mismo ocurre dentro del Ejecutivo, donde ha tenido numerosos choques. La prensa local informó de ellos en reuniones del Gabinete. Por ejemplo, con el secretario de Transportes, a raíz de los accidentes aéreos y el personal de control aéreo. O con el secretario de Estado, Marco Rubio, furioso por ser ninguneado en el cierre de organismo bajo su control o por haber recibido dardos delante del presidente, reprochándole que no estaba despidiendo funcionarios al ritmo apropiado.

"Muchos dicen que es una fuerza impredecible e inmanejable que ha tenido problemas para comunicar sus planes a los secretarios del Gabinete y a través de la cadena de mando de la Casa Blanca liderada por la jefa de Gabinete, Susie Wiles, lo que con frecuencia los pone frenéticos con comentarios inesperados y fuera de lugar en X, su plataforma de redes sociales, incluyendo compartir planes no examinados y descoordinados para desmantelar las agencias federales", dice el artículo de Politico.

El último flanco vulnerable es el de los negocios. Nada más ganar las elecciones Trump, la fortuna de Musk se disparó brutalmente gracias a la subida de las acciones de todas sus empresas, en particular Tesla o SpaceX, con muchos vínculos con el Gobierno. Sin embargo, con el paso del tiempo todas las ganancias se han evaporado, de la mano de las caídas en los principales índices por las políticas económicas de la nueva administración.

A eso se suma que Musk está todo el tiempo en Washington o los fines de semana en la residencia de Mar-a-lago, en Florida, cerca de Trump pero lejos de sus empresas. La caída de las ventas de su coche eléctrico, su peor resultado desde el segundo trimestre de 2022, son un buen síntoma. Tesla entregó 323.800 vehículos Model Y y Model 3 en el primer trimestre, un 12% menos que hace un año. Las ventas del resto de vehículos --que incluyen el Cybertruck, el Model S y el X-- cayeron un 24%, hasta sólo 12.881 unidades. Muy por debajo también de las previsiones de Tesla, que esperaba alcanzar unas ventas 390.000 unidades en los primeros tres meses del año. Y que se enfrenta ahora a boicots incluso a ataques por todo el mundo contra sus vehículos o instalaciones. En EEUU, hasta hace poco, un Tesla era muestra de estatus, de compromiso medioambiental, incluso de progresismo. Ahora, de todo lo contrario.