- Guerra en Oriente Próximo Emily, Romi y Doron vuelven a casa tras 471 días de cautiverio
Con el alto el fuego en vigor desde el domingo, las imágenes en Israel y la Franja de Gaza retratan la realidad o, al menos, construyen narrativas con mayor eficacia que las palabras.
Para los habitantes que volvieron en los últimos meses a las localidades israelíes limítrofes atacadas el 7 de octubre del 2023, las imágenes de efectivos armados de Hamas patrullando de nuevo las calles de la vecina Franja de Gaza son más poderosas que las declaraciones de ministros y oficiales sobre la disuasión recuperada o la derrota sufrida por los islamistas. En los kibutzim y ciudades de la zona, hay una mayor seguridad ante el despliegue defensivo en los alrededores del enclave palestino y el golpe sin precedentes contra los grupos armados, pero la sensación de seguridad sufrió un duro revés al ver milicianos en camionetas idénticas a las que irrumpieron en Sderot o en la fiesta Nova.
"Esperemos que el alto el fuego se mantenga, especialmente por los secuestrados, pero nada cambiará si Hamas sigue controlando Gaza y tiene tanto apoyo allí", comentan en un pequeño kiosco en Ascalón, en el sur de Israel, mientras la televisión mostraba imágenes del Hospital Sheba, donde están las tres israelíes liberadas.
Tras 471 días de cautiverio en Gaza, Emily Damari, Doron Steinbrecher y Romi Gonen se despertaron por primera vez en Israel. "He vuelto a la vida. Sólo pude ver muy poco de todo [el cariño de sus conciudadanos], pero mi corazón ha explotado de emoción", escribió Damari, que perdió dos dedos en el ataque del 7-O. En un departamento aislado en el centro médico, donde las familias intentan protegerlas ante el foco nacional e internacional, la madre de Emily, envió un mensaje: "En este momento increíblemente feliz para nuestra familia, también debemos recordar que todavía quedan otros 94 rehenes. El alto el fuego debe continuar y todos los rehenes deben ser devueltos a sus familias".
En las seis semanas de la primera fase de la tregua, Israel liberará cerca de 2.000 presos palestinos a cambio de la vuelta de 33 rehenes del casi centenar aún en cautiverio. Este sábado está prevista la liberación de cuatro más, entre ellas tres jóvenes que sirvieron como observadoras en una base.
Todas las partes admiten que el presidente Donald Trump tuvo un papel fundamental en la consecución del alto el fuego. "No creo que hubiera sido posible sin la presión de la Administración entrante liderado por Trump", admite el dirigente islamista Bassem Naim, destacando que su enviado especial, Steve Witkoff, "ejerció presión especialmente sobre el Gobierno israelí".
Por motivos muy distintos, israelíes y gazatíes comparten un sentimiento agridulce. En Israel, debido al precio por el retorno de los rehenes (liberar miles de presos palestinos, entre ellos 240 con cadenas perpetuas, y acabar la ofensiva sin acabar con el régimen de Hamas), mientras que en Gaza la alegría y alivio por el cese de los ataques israelíes se mezcla con la tristeza y resignación por los demoledores efectos de la ofensiva tras el 7-O. Las imágenes de destrucción son más poderosas que las declaraciones de "victoria" del liderazgo de Hamas. Según la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), alrededor del 92% de las viviendas fueron afectadas (dañadas o destruidas) en la guerra.
Zonas devastadas, sobre todo en el norte de Gaza, donde Israel realizó una gran operación contra Hamas tras la evacuación de civiles. A la espera de una vuelta masiva de desplazados desde la zona humanitaria de Al Muwasi, hay un movimiento limitado desde la ciudad de Gaza a las más norteñas Jabalia y Beit Janun. Se cree que alrededor del 90% de los gazatíes fue desplazado en los últimos 15 meses, muchos de ellos más de una vez.
La tregua permite un aumento considerable de la ayuda humanitaria. 630 camiones entraron en Gaza solo en la primera jornada este domingo. En solo dos días, 1.545 camiones entraron en Gaza. Qatar anunció que suministrará 12,5 millones de litros de combustible durante los diez primeros días del alto el fuego.
En Cisjordania, las últimas imágenes mostraron algunas celebraciones teñidas del color verde de Hamas en la bienvenida de los 90 presos palestinos (dos tercios son mujeres) y la quema de varias propiedades palestinas a cargo de extremistas israelíes. La volátil situación interna palestina, la petición de mano dura de un partido ultranacionalista israelí en el gobierno sobre todo ahora que, pese a su voto en contra, Israel firmó la tregua y el aumento del contrabando de armas desde Jordania, contribuyen a elevar la tensión en Cisjordania. Es posible que se convierta en el primer frente de Israel tras apagarse el fuego en Líbano y Gaza.
«Además de los intensos preparativos de defensa en la Franja de Gaza, debemos estar preparados para operaciones significativas en Judea y Samaria (Cisjordania) en los próximos días con el fin de anticiparnos y atrapar a los terroristas antes de que lleguen a nuestros ciudadanos», advirtió este lunes el jefe del ejército, Herzi Halevi, horas después de la muerte de un soldado por la explosión de un artefacto al paso de su vehículo en el norte de Cisjordania.