- Política Ayuso lleva varios casos de 'inquiokupación' ante el Defensor del Pueblo después de que las llamadas al 112 se hayan "duplicado" en un mes
- Sucesos Los inquiokupas que 'torturan' a la viuda Teresa, de 82 años: "Mi marido murió destruido por este disgusto... Son crueles. Ahora se han ido de la casa, pero no me devuelven las llaves"
Mientras la vivienda se sitúa como una de las principales preocupaciones para los españoles y se consolida como el asunto sobre el que oscila buena parte de la política nacional, Isabel Díaz Ayuso entra de lleno en una de las grandes derivadas de esta cuestión: la okupación. La presidenta regional ha dado pasos en los últimos días para visibilizar el auge de este fenómeno y la preocupación que existe en el Gobierno de la Comunidad de Madrid por un problema que, defienden, se ha disparado en la región, justo al contrario de lo que sostiene Moncloa.
La presidenta ha ido cargando su agenda de guiños en los últimos días para poner el foco sobre esta cuestión: el 4 de febrero se reunió en la Real Casa de Correos con representantes de la Plataforma de Afectados por la Okupación, y este lunes recibió a Teresa Mateos, la vecina de Fuenlabrada de 82 años víctima de inquiokupación cuya historia contó GRAN MADRID el pasado 23 de febrero. Ahora, el caso de esta mujer se ha convertido en el símbolo de la cruzada de Ayuso ya no sólo contra los okupas en Madrid, sino contra quienes minimicen el problema.
De hecho, Ayuso ha abierto este melón apenas unos días después de que el delegado del Gobierno, Francisco Martín, deslizara que las okupaciones en la Comunidad de Madrid se redujeron en un 52% en 2024, con un total de 1.300 frente a las 2.500 que se registraron en 2023. Una cifra que inmediatamente fue tachada como «sesgada» por parte de las asociaciones de afectados por la okupación y que ayer rebatió la presidenta madrileña al anunciar que llevará varios casos ante el Defensor del Pueblo después de que se hayan disparado las consultas al número de teléfono que pone la Administración regional a disposición de las víctimas de este fenómeno.
En concreto, la Comunidad denuncia que el 112 Ocupación ha recibido en la primera semana de febrero 56 consultas, frente a las 32 contabilizadas durante el mismo periodo de enero. En total son 3.826 llamadas las registradas en los dos años y medio de servicio, y se ha atendido a 219 ciudadanos. En concreto, Madrid calcula que ha evitado 42 okupaciones de propiedades privadas, pero se incide en que cada vez son más las peticiones de asistencia y ayuda, en contraposición a los argumentos defendidos por la izquierda, que minimiza el número de casos y acusa a la derecha de «inventarse» términos como el de inquiokupación, que hace referencia a aquellos inquilinos que, teniendo un contrato de alquiler firmado, dejan de pagar el arrendamiento y se transforman en okupas de una vivienda a la que habían accedido legalmente.
Así, la Comunidad emplea los datos de las llamadas para justificar el crecimiento del fenómeno y contradecir así los datos oficiales que defiende el Ejecutivo de Pedro Sánchez. No obstante, el cálculo madrileño no aclara cuántas okupaciones se han producido en los últimos tiempos. Por su parte, el delegado del Gobierno mantiene sus afirmaciones y va un paso más allá, ya que acusa públicamente a la presidenta regional de «engañar» a la ciudadanía y obviar la «responsabilidad» necesaria para informar sobre este fenómeno. «La okupación se redujo a la mitad en 2024 respecto a 2023; la tasa de recuperación de viviendas mejoró un 5% en 2024», remarcó ayer Francisco Martín para desmentir a Isabel Díaz Ayuso. El líder del PSOE-M, el ministro Óscar López, también desacreditó las tesis de Sol y aseveró que la okupación sólo afecta «0,00000005%» de la población madrileña.
De hecho Ayuso, que hasta ahora había puesto el foco en materia social en las adicciones, las pantallas en menores y el aumento de las enfermedades de transmisión sexual, prevé ahora desplegar su argumentario contra el discurso de Más Madrid y el PSOE, que acusan a la presidenta regional de asfixiar a los madrileños, especialmente a los jóvenes, al no aplicar la ley de Vivienda para paliar los elevados precios del alquiler. Ayer Ayuso respondió a estas acusaciones señalando la escasa implantación de las ayudas estatales en la Comunidad y la caída en la «seguridad jurídica» en nuestro país, que espanta la inversión extranjera para la proyección de un mayor parque de vivienda. Y que una de cada cuatro nuevas viviendas públicas se levantan sobre suelo madrileño.
La dirigente popular cargó contra la «inhumanidad» de la izquierda y anticipa una guerra por las cifras relacionadas con la okupación y la inquiokupación en la Comunidad. Una contienda no sólo encarada contra las formaciones progresistas, sino también contra Vox, que hasta ahora ha hecho de la okupación su principal caballo de batalla en la región, junto a la inmigración ilegal y la inseguridad en las calles. Tres elementos sobre los que, en suma, pivota el argumentario de la formación para sacar perfil propio frente al Partido Popular. Ayuso, que viene denunciando el criterio de Vox en materia migratoria -«la persona que nace en España es tan español como Abascal», dijo la semana pasada y reiteró ayer-, incide en que es el PP «quien ha llevado el debate» sobre la okupación hasta el centro de la opinión pública.
Una posición que en Vox irrita, donde creen que Ayuso es quien busca diferenciarse precisamente de la dirección de su propio partido. De hecho, en Vox recuerdan que hace escasos días fue Alberto Núñez Feijóo quien votó «junto a la izquierda» en el Congreso de los Diputados para «blindar» a los okupas, en referencia a la aprobación del decreto ómnibus que incluía, además de la revalorización de las pensiones y la ayuda al transporte público, mayor protección a los okupas ante los casos de desahucio.