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La estación de medición de gas de Sudzha, en la región de Kursk, a través de la cual se suministraba gas ruso a Europa, fue atacada en la madrugada del viernes, causando una gran columna de fuego. El Ministerio de Defensa ruso culpó a las Fuerzas Armadas de Ucrania del ataque. El ejército ucraniano -que ocupó la estación durante una ofensiva en la región de Kursk en agosto de 2024- rechazó los hechos, acusando a Rusia de promover un ataque de falsa bandera en su propio territorio para torpedear la tregua en ciernes, que teóricamente debía salvaguardar al menos las infraestructuras energéticas de ambos bandos.
Durante las conversaciones con el presidente estadounidense, Donald Trump, el pasado 18 de marzo, el presidente ruso, Vladimir Putin, apoyó el fin de los ataques a los suministros de energía, pero no un cese del fuego total en toda la línea del frente, como Washington había propuesto anteriormente. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, dijo el mismo día que apoyaría la proposición para detener los ataques a la infraestructura energética.
El Ministerio de Defensa ruso informó de que durante la noche del 20 al 21 el ejército ucraniano "voló deliberadamente" la estación de medición de gas de Sudzha, en la región de Kursk. La estación de regulación y medida tiene como función filtrar el gas natural, regular y estabilizar la presión de suministro y medir la cantidad suministrada. El secretario de prensa del presidente ruso, Dimitri Peskov, dijo a los periodistas el viernes que la orden de Vladimir Putin de abstenerse de atacar las instalaciones energéticas ucranianas sigue vigente a pesar de las acciones de las Fuerzas Armadas de Ucrania.
El Comité de Investigación de Rusia abrió una causa penal bajo el artículo de "acto terrorista" en relación con la explosión de la estación de distribución de gas de Sudzha. Para Kiev tales afirmaciones "no tenían fundamento". El jefe del Centro para la Lucha contra la Desinformación del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania, Andriy Kovalenko, calificó el incidente como "una de las primeras operaciones de información contra Ucrania con acusaciones de perturbar el alto el fuego, que la propia Rusia no ha respetado desde el primer día".
El comunicado de la parte rusa sugiere que Ucrania hizo estallar la estación en las primeras horas de la madrugada. Los presuntos autores: soldados ucranianos que se retiraban de la región de Kursk. Según afirma el Ministerio de Defensa ruso, Kiev llevó a cabo una "provocación deliberada" que "debe considerarse en el contexto de los recientes ataques a la infraestructura energética de Rusia para desacreditar las iniciativas de paz del presidente estadounidense".
Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Ucrania calificó de "infundadas" las acusaciones de un ataque a la estación de Sudzha. Las Fuerzas Armadas de Ucrania afirman que el propio ejército ruso disparó artillería contra la estación. "Los rusos siguen perpetrando numerosas falsificaciones y tratan de engañar a la comunidad internacional. Les pedimos que confíen solo en fuentes oficiales, verifiquen la información y no sucumban a la manipulación", añadió el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Ucrania. Mientras, prosiguen los combates en la región de Kursk, donde las fuerzas rusas han avanzado a un ritmo sin precedentes en las últimas semanas en un intento de expulsar a las tropas ucranianas de su territorio.
El ataque a la estación fue inicialmente reportado por canales rusos proguerra y progubernamentales en Telegram, que culparon del mismo a las Fuerzas Armadas de Ucrania. Ucrania está "rompiendo la tregua energética", decían varios propagandistas rusos, así como los canales de Telegram Mash y Shot.
La estación de medición de gas de Sudzha era la antesala del gasoducto Urengoy-Pomary-Uzhgorod a Ucrania, que como país de tránsito lo redistribuía a Europa, en este caso a los países del Este. Formaba parte de una red construida en tiempos de la Unión Soviética que se extendía en cinco corredores distintos desde Siberia a través de la región rusa de Kursk y de ahí a Ucrania, pasando por Sudzha. Se supone que por una de esas viejas tuberías gigantes y desde el pasado año vacías, pasaron los rusos en su embocada a las fuerzas ucranianas que incursionaron en Kursk.
El Urengoy-Pomary-Uzhgorodha llevado durante décadas el gas Eslovaquia, y desde ahí a Austria, República Checa y Hungría. El 1 de enero de este año se interrumpió el suministro, porque Ucrania se negó a renovar el acuerdo de transito, que expiraba el 31 de diciembre del pasado año, informa Carmen Valero desde Berlín.
Rusia, sin embargo, ha logrado seguir suministrando energía hasta Hungría a través del gasoducto alternativo de TurkStream del Mar Negro y vía Serbia. El resto de países afectados por la decisión de Kiev se conectó a la red europea de gasoductos y compra gas licuado. La interrupción del tránsito de Ucrania no ha tenido por tanto un impacto demasiado fuerte. La situación es diferente en la República de Moldavia, que se encuentra entre Ucrania y Rumanía. La producción de energía eléctrica dependía casi enteramente del suministro de gas ruso, por lo que el Gobierno declaró el estado de emergencia el pasado diciembre.