En menos de dos días, la probabilidad de que el asteroide 2024 YR4 impacte contra la Tierra el 22 de diciembre de 2032 ha bajado bruscamente del 3,1 al 1,5% (según la estimación de la NASA), y del 2,8 al 1,4% (de acuerdo a los cálculos de la ESA). El porcentaje podría seguir variando en los próximos días, al alza o a la baja, a medida que se siguen haciendo observaciones con telescopios de todo el mundo.
Esta roca, que mide entre 40 y 90 metros de diámetro, fue descubierta el pasado 27 de diciembre desde el telescopio ATLAS de Río Hurtado, en Chile, y un mes después, la Red Internacional de Alerta de Asteroides (IAWN) emitía la primera notificación por impacto potencial de un asteroide. En ese momento, la probabilidad de impacto contra nuestro planeta era de un 1,3%.
Aunque se trata de un riesgo muy bajo, el protocolo de Defensa Planetaria de Naciones Unidas establece para su activación dos condiciones que este asteroide reúne: que la probabilidad de impacto supere el 1% en un momento dado dentro de 50 años y que mida más de 50 metros.
Desde su descubrimiento, la comunidad astronómica está observando el asteroide para intentar definir mejor su trayectoria antes de que deje de ser visible para los telescopios terrestres, algo que ocurrirá a mediados de abril. Una vez que se haya alejado de la Tierra, no volverá a ser visible hasta junio de 2028.
Entre los telescopios que están estudiando el nuevo asteroide destacan varios de los instrumentos del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), como el Gran Telescopio Canarias (GTC) y el Nordic Optical Telescope (NOT), ambos situados el Observatorio del Roque de los Muchachos de la isla de La Palma. En el Observatorio de El Teide están usando para ese fin el Transient Survey Telescope (TST) y el Two-meter Twin Telescope (TTT).
De hecho, gracias a los espectros que han realizado investigadores españoles, se cree que el tamaño del asteroide está más cerca de los 40 metros que de los 90, pues apuntan a unos 50 metros. Las observaciones que se harán en marzo y mayo con el telescopio espacial James Webb, el más potente del mundo, permitirán precisar mejor cuánto mide, y con ello, la amenaza que representa.
Según las estimaciones realizadas y la destrucción que causó en 1908 un objeto de unos 50 o 60 metros que cayó en Tunguska, Siberia, un asteroide de ese tamaño tendría capacidad para arrasar una ciudad. La explosión afectaría a una zona de unos 50 kilómetros.
Desde finales de enero, la probabilidad de impacto ha ido subiendo hasta marcar el máximo registrado esta misma semana, del 3,1%. Un porcentaje con el que 2024 YR4 ha batido el récord establecido por el asteroide Apofis, que en 2004 llegó a tener un 2,7% de probabilidades de chocar contra la Tierra durante el acercamiento a la Tierra que hará en el año 2029. Un riesgo que se descartó.
Según los científicos que estudian el nuevo asteroide, lo más probable es que la probabilidad de impacto caiga a 0 y se pueda descartar por tanto una colisión con la Tierra en 2032. "Es esperable que la probabilidad de impacto aumente en las primeras fases del cálculo, ya que, al mejorar la determinación de la órbita, también se reduce la incertidumbre sobre la región por la que podría pasar el asteroide el 22 de diciembre de 2032, cuando cruce la órbita terrestre", ha explicado en un comunicado Julia de León, investigadora del IAC. "Mientras la Tierra permanezca dentro de esa región, el valor de la probabilidad seguirá siendo significativo. Sin embargo, lo más esperado es que, una vez que la órbita sea calculada con suficiente precisión y esa región se haga más y más pequeña, la Tierra quede fuera de la misma y la probabilidad de impacto pase a ser 0%".
Es lo que ocurrió con Apofis, el único asteroide que en la últimas dos décadas ha supuesto una amenaza mayor que 2024 YR4.
Apofis fue catalogado en el nivel 4 de la Escala de Turín mientras que 2024 YR4 está en el nivel 3. Esta escala utilizada para clasificar a los asteroides cercanos a la Tierra que se van descubriendo en función del peligro que suponen consta de 10 niveles (el 0 supone que no hay peligro de choque, y los niveles 8, 9 y 10 indican un impacto seguro).