Para quien este fin de semana se haya quedado sin plan o esté buscando uno para pasar el día fuera de casa, la localidad de Pastrana se presenta como una gran opción de última hora, no sólo para los amantes de la historia y el patrimonio cultural sino también para los aficionados a la miel y a otros productos locales elaborados de manera artesanal.
Situada a hora y media de Madrid, la villa ducal, considerada la capital de La Alcarria, incluida en la asociación de los Pueblos Más Bonitos de España, acogerá hasta el domingo 16 de marzo la 44º Edición de la Feria Apícola Internacional, que tendrá como escenario varios lugares emblemáticos de la localidad. En el Convento de San Francisco se instalarán los 45 expositores que representan las empresas nacionales e internacionales más relevantes del sector, como Hungría, Italia, Rumanía (concretamente de la región de Transilvania), Portugal o Cuba, entre otros. En el centro cultural Ermita de Santa Ana se llevarán a cabo varias ponencias sobre esta industria, mientras que en el Palacio Ducal se desarrollarán las catas y talleres. La céntrica plaza de la Hora acogerá las actividades infantiles.
La miel de La Alcarria, producida en zonas de las provincias de Guadalajara y Cuenca y con Denominación de Origen Protegida (DOP), será sin duda la protagonista del fin de semana. Famosa mundialmente por su calidad y sabor únicos, derivados de la flora autóctona de la región, especialmente el romero, el espliego (lavanda) y el tomillo, los visitantes podrán conocerla a fondo adquirirla y degustarla en varias versiones, como por ejemplo en forma de helado.
Además de los helados de miel, la feria contará con una gran variedad de productos artesanos para todos los públicos, desde las tradicionales almendras garrapiñadas, dulces como kurstoskalacs (procedentes de Transilvania), aceites, ceras, vinos, joyería tematizada, propóleos, medicina natural a base de miel, productos de cosmética hechos con miel, quesos o cócteles con este increíble producto.
Además de este mercado, los visitantes podrán participar de una serie de actividades como catas de miel para adultos, showcooking, talleres de elaboración de velas y de propóleos y las ya tradicionales representaciones de algunos de los famosos episodios históricos acaecidos entre la princesa de Éboli y Santa Teresa de Jesús de la mano de la Asociación de Damas y Caballeros de Pastrana. Será en el Palacio Ducal, donde con sus afamadas vestimentas darán cuenta de su destreza teatral.
El domingo 16 de marzo, además de un taller de velas, tendrá lugar la entrega de premios del I Concurso de Mieles y el sorteo "Apadrina una colmena".
Villa Histórica
La feria de la miel es sólo una (buena) excusa para escaparse en el día a Pastrana, aunque la villa alberga muchos más motivos que dan pie a visitarla en cualquier momento del año. Reconocida como uno de los pueblos más bonitos de España, la localidad está catalogada como Conjunto Histórico Artístico. Rincones con encanto y monumentos históricos salpican la capital de La Alcarria, lugar que retrató Camilo José Cela en Viaje a la Alcarria.
Entre los lugares de obligada visita están el Convento de San Francisco, una de las sedes de la Feria Apícola, donde se instaló una congregación de franciscanos en 1460. En su iglesia hay una exposición de réplicas de trajes del Renacimiento.
La Plaza de la Hora es otro lugar con encanto de Pastrana, con sus soportales y el imponente edificio que la preside: el Palacio Ducal, perteneciente a los príncipes de Éboli, los I Duques de Pastrana, y levantado en 1542 de estilo renacentista y con elementos manieristas, artesonados plateresco y zócalos de azulejería toledana de estilo mudéjar.
La Fuente de los Cuatro Caños (de 1588), situada en la plaza del mismo nombre, lugar donde se hacían el mercado, las danzas del Corpus y hasta las corridas de toros en el siglo XVI; la Muralla y Arco de San Francisco, que datan del siglo XIV; y la Iglesia Colegiata, del siglo XVI, que alberga la serie de tapices góticos flamencos más importante del mundo de finales del siglo XV, son otros imprescindibles del patrimonio cultural de Pastrana.
Merece también la pena perderse paseando por los barrios del Albaicín, donde se alojaban los trabajadores moriscos de la industria de la seda y los tapices en 1570, y el de la Plaza de Abajo, un entramado de callejuelas estrechas y empinadas de la Pastrana medieval con numerosas fuentes que aún conservan el suministro de manantiales cercanos.