El primer instituto público de la Comunidad de Madrid que se abastece con geotermia, esto es, que aprovecha el calor del interior de la tierra para abastecerse de energía, se encuentra en Alcalá de Henares. Se trata del IES Complutense y su edificio se nutre de esa fuente natural para sus propias necesidades básicas. Es decir, para convertirlo en un inmueble prácticamente autosuficiente. Para ello ha sido necesaria una inversión de 5,4 millones de euros, con la que se ha acometido su rehabilitación integral e incorporar las últimas tecnologías que sirvan para minimizar el consumo.
¿Y cuál es el atractivo de la geotermia para apostar por una obra de semejante calado? Pues, básicamente (y no es poca cosa), que se trata de una energía limpia y renovable que permite el aprovechamiento del calor del interior de la tierra. A partir de unos 15 metros de profundidad, la temperatura permanece estable entre los 15 y los 18 grados, independientemente de la época del año y de las condiciones meteorológicas del exterior. Cada 100 metros de profundidad incrementan unos tres grados esta temperatura constante.
Por eso, para conseguir atraer toda esa energía hacia la superficie, se ha instalado en el IES Complutense un complejo sistema geotérmico formado por una red de 36 pozos excavados bajo el centro, cada uno de los cuales alcanza los 125 metros de profundidad. Estos pozos se conectan con unas bombas instaladas en el interior del inmueble que elevan o reducen la temperatura del agua que discurre a través del suelo radiante o refrigerante del centro educativo, según la época del año.
Este sistema de geotermia instalado en el instituto de Alcalá genera una potencia total instalada frigorífica de 242 kilovatios y calorífica de 310 kilovatios y se combina, al tratarse de un sistema mixto, con una instalación de aerotermia. Ambos están alimentados con energía solar por paneles fotovoltaicos. Se consigue así una estructura altamente eficiente que alarga la vida útil de los equipos y reduce tanto la demanda energética como las emisiones de gases de efecto invernadero.
El resultado es que, según sostienen fuentes del Ejecutivo regional, estos elementos aportan hasta el 80% de la potencia frigorífica y hasta el 100 % de la calorífica que consume el inmueble, que únicamente tiene que conectarse a la red eléctrica convencional cuando las condiciones climatológicas son especialmente rigurosas.
Además, los trabajos de rehabilitación de este centro educativo se han llevado a cabo minimizando la generación de residuos, ya que el 70% de los desechos que se han generado con la intervención se han destinado a reutilización o reciclado.