La Comunidad de Madrid y Extremadura se plantan ante la estrategia de Moncloa para el desmantelamiento progresivo de las centrales nucleares. Las presidentas de ambas regiones, Isabel Díaz Ayuso y María Guardiola, unirán sus fuerzas la semana que viene en una cumbre bilateral en defensa de la central de Almaraz (Cáceres), cuyo cierre está previsto para noviembre de 2027.
El encuentro se celebrará en Extremadura y en él se abordarán medidas con las que manifestar la oposición existente a la estrategia del Gobierno de Pedro Sánchez en materia energética, así como acciones con las que proteger la continuidad de la central de Almaraz, que genera casi 4.000 empleos directos e indirectos en la zona y es una de las principales fuentes de energía para Madrid.
De hecho, el asunto se ha convertido en una prioridad para el Ejecutivo de Ayuso por el impacto que tendría sobre la capital el final de la energía nuclear, ya que el 40% del total de la energía que se consume en la región procede de las centrales de Almaraz y Trillo (Guadalajara). Tal y como avanzaba GRAN MADRID este jueves la inquietud es notoria en varias consejerías del Gobierno regional, donde se trabaja desde hace semanas en el desarrollo de un plan de choque en defensa de la energía nuclear.
El anuncio llega en plena tormenta política a nivel nacional por la continuidad o el desmantelamiento de la nuclear y refuerza la importante oposición que ha mostrado el Partido Popular al plan establecido por el ministerio de Transición Ecológica para el progresivo cierre de las centrales en nuestro país antes de 2035.
Una negativa a la que la semana pasada se sumaron importantes socios del Gobierno en el Congreso. Junts y ERC se alinearon con el PP para instar a Pedro Sánchez a prorrogar la vida útil de las centrales, una petición que va en dirección opuesta a la hoja de ruta establecida por Moncloa y afianzada por la ministra Sara Aagesen este miércoles, cuando aseveró que son las empresas que gestionan las centrales las que han decidido el calendario de cierre.