Fue uno de los anuncios estrella lanzados por Isabel Díaz Ayuso durante el Debate del Estado de la Región y ya son «varios» los municipios que se han puesto en contacto con el Ejecutivo madrileño para reclamar una de las 40 residencias y centros de día para mayores y dependientes que se construirán en la región antes de 2030 y que alcanzarán las más de 3.200 plazas. La rápida respuesta por parte diversas localidades en las dos últimas semanas ha acelerado la ejecución de esta iniciativa, desarrollada por la consejería de Asuntos Sociales.
Fue precisamente su titular, Ana Dávila, quien ayer avanzó que han comenzado los trámites con los equipos locales. Lo hizo desde un lugar simbólico: la Residencia Amavir de Ciudad Lineal, uno de los 32 centros que hace ahora dos décadas la Comunidad impulsó a través de un modelo de colaboración público-privada que ahora se va a replicar en el desarrollo de este proyecto, a cuyo diseño ha tenido acceso este diario.
El plan está compuesto por 40 complejos formados cada uno por una residencia y un centro de día. Se levantarán en parcelas cedidas por los ayuntamientos, y la previsión es que aproximadamente una treintena se ubiquen en distritos de la capital madrileña. El resto se distribuirán en otros municipios de la región, en función de diversos factores, como la disponibilidad de plazas o la demanda. Estas situaciones ya se encuentran bajo el estudio de los técnicos de la dirección general de Atención al Mayor y a la Dependencia. Todas las instalaciones contarán con «sistemas innovadores» en lo referente a mantenimiento y eficiencia energética.
La inversión prevista por la Comunidad de Madrid de aquí a 2030 es de 500 millones de euros a través de este modelo de colaboración público-privada. Según los datos aportados por la consejería de Asuntos Sociales el proyecto de residencias y centros de día generará 5.600 empleos directos y 15.000 puestos de trabajo indirectos durante la construcción de los complejos.
Así, esta construcción será uno de los pilares fundamentales del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso en materia social. Una apuesta que choca con el criterio de la oposición parlamentaria, que viene criticando la gestión autonómica en lo relativo a las residencias de ancianos durante los peores meses de la pandemia. Esta semana, de hecho, Más Madrid y el PSOE retomaban su denuncia contra «los protocolos de la vergüenza» y la falta de «sensibilidad» del Ejecutivo de la Comunidad.
El cálculo que maneja el Gobierno regional mejorará el déficit de plazas que los sindicatos llevan años denunciando en la Comunidad: se generarán 2.460 plazas residenciales y 804 para atención diurna para la red pública. Una capacidad total para 3.264 personas.
Una de las prioridades para el Ejecutivo madrileño en este programa es la atención personalizada a cada uno de los usuarios: cada uno tendrá un plan de atención y un profesional de referencia localizado. Para ello se ha acotado a 150 las plazas máximas que tendrá cada centro, que estará organizado en unidades de convivencia que reproducirán el funcionamiento de un hogar completamente equipado. Además, se garantiza que más de la mitad de las habitaciones ofertadas serán individuales. El resto como mucho tendrán una capacidad máxima de dos personas.
A pesar de que el proyecto marca su plazo máximo en 2030 no existe en este momento una fecha de inicio de las obras. Por ahora, de hecho, los técnicos de la consejería de Asuntos Sociales, en contacto con los ayuntamientos interesados en la construcción de los complejos, se encuentran identificando qué parcelas de las propuestas ya están cedidas a la Comunidad de Madrid o pueden ser objeto de cesión. Los terrenos deberán cumplir además unos requisitos específicos en lo relativo al tamaño u otras necesidades.