- Polémica Kanye West demandado por acoso sexual y despido injustificado
- EEUU Sean Combs, P. Diddy, acusado de violación por la cantante Cassie
El agujero legal del rapero Sean Combs (54), conocido también como Puff Daddy o Diddy, se hace cada vez más profundo. En la cárcel desde que fuera arrestado el pasado 16 de septiembre por un entramado de abuso sexual y prostitución, el hombre conocido por su excelsa carrera musical ha visto cómo se le apilaban las demandas en las últimas semanas. Más de un centenar pesan ya en su contra, además de una investigación federal en curso. El martes pasado le cayeron encima otras seis querellas, entre ellas una que le acusa de haber abusado de un menor de 16 años en una fiesta. Y parece que no será el último en levantar la mano.
El relato de su modus operandi durante décadas es simplemente atroz. El rapero, que ha negado de forma categórica todos los delitos de los que le acusan, "abusó, molestó, violó, agredió, amenazóy coaccionó a mujeres para imponer su dominio y para ocultar su abominable conducta", de acuerdo a uno de los documentos judiciales. Es una acusación que han respaldado, de una forma o de otra, hasta 3.200 personas, el número de presuntas víctimas que se han puesto en contacto con el abogado Tony Buzbee, el hombre detrás de estas seis nuevas demandas y de las 120 que se presentaron el pasado 1 de octubre en contra del músico.
Hay gente de todas las edades en 25 estados diferentes de todo el país, mujeres, en su mayoría, que fueron violadas, drogadas o agredidas por Diddy Combs. También hay multitud de casos de menores de edad, 25 en total. Por ejemplo, el de una niña de nueve años que presuntamente fue violada por el rapero en su estudio, Big Boy Records, además de por otros colaboradores cuyos nombres aún se desconocen.
Le acusan de manejar una "organización criminal" desde la que abusó sexualmente de multitud de mujeres y prostituyó a otras tantas, en ocasiones implicado directamente y en otras como simple espectador de los espectáculos grotescos que organizaba. Siempre contando con la complicidad de sus empleados y asistentes, a los que fue involucrando en la trama.
Era, según el mismo Buzbee, "el mayor secreto de la industria de la música" que, en realidad, "no era ningún secreto". Como en otros casos durante la era del #MeToo, hizo falta que una mujer diera el paso de denunciar para que el resto de acusaciones fueran cayendo. En el caso de Combs fue su ex novia, la cantante Cassie, la que se atrevió a denunciar años de humillaciones, palizas y agresiones de todo tipo.
Ocurrió en noviembre de 2023. En la querella de la artista, cuyo verdadero nombre es Casandra Ventura, explica cómo fue víctima de años de "ataques de ira incontrolable" de Diddy y de un control absoluto de su vida, incluyendo actos sexuales forzados con otros hombres a los que el rapero contrataba para poder contemplar la escena y masturbarse. Sostiene además que la violó.
Los abusos describen lo que después vería la luz en un vídeo, un ataque en un hotel de Los Angeles en 2016 en el que Combs, con tan solo una toalla alrededor de la cintura, salió corriendo detrás de su pareja para impedir que huyera. En la grabación la tira al suelo y la empieza a golpear con violencia para después arrastrarla de vuelta a la habitación.
Diddy, que aún sigue negando cualquier abuso, alcanzó un acuerdo extrajudicial al día siguiente de que Cassie presentara la demanda. No pudo evitar, eso sí, la onda expansiva que vino después. Dos días más tarde surgirían otras dos querellas, una de ellas por parte de Joi Dickerson-Neal, una estudiante de psicología que aceptó la invitación a cenar de Combs hace más de 30 años, cuando éste trabajaba para Uptown Records. Clama que el magnate de la música la drogó y la violó, un incidente que grabó en vídeo y distribuyó entre sus amigos y colaboradores.
Tony Buzbee aseguró durante la rueda de prensa que confía en que durante el proceso "salgan a la luz nombre de personas muy poderosas, que se revelen muchos secretos muy sucios". En esa lista, de momento, ya está otro de los ilustres del rap, quizá del más controvertido del rebaño: Kanye West. Lauren Pisciotta, su antigua asistente, le ha demandado por drogarla para después violarla en el estudio de Combs en Los Angeles. Eso después de haberse querellado contra el marido de Kim Kardashian en junio de este año por acoso sexual, incumplimiento de contrato y despido injustificado.
Ahora Diddy, ganador de tres Grammy, fundador de su propio sello discográfico y uno de los raperos más ricos influyentes de las últimas décadas, con una fortuna en torno a los 740 millones de dólares (según Forbes), se enfrenta a pasar el resto de su vida en prisión. Fue detenido en Nueva York y está acusado de tráfico sexual, transporte para ejercer la prostitución y conspiración para extorsionar.
"Sean Combs utilizó el imperio empresarial que controlaba para abusar y explotar sexualmente a mujeres, así como para cometer otros actos de violencia y obstrucción de la justicia", indicó un día después de su arresto el fiscal federal Damian Williams. "Si usted ha sido víctima de los supuestos abusos de Combs, o si sabe algo sobre sus presuntos delitos, le instamos a que lo denuncie. Esta investigación está lejos de terminar". El futuro de Combs parece estar entre rejas.