Estamos en abril y ya tenemos la portada del año. Salvo catástrofe ulterior, será la de Diez Minutos, con la Princesa de Asturias en bikini, con otros cinco guardiamarinas, en una playa de Uruguay. Los que la vieran con el uniforme de la Armada tendrían ya una idea aproximada de su charpente o arquitectura, sin duda, favorable. Pues bien, lo real supera lo imaginado. Leonor aparece como lo que popularmente se ha llamado "una mujer de bandera", en su caso por doble motivo: como la Corona y la bandera, es un símbolo de la permanencia de la nación. Y también la nuera que aceptaría cualquier suegra. La Princesa tiene el don de la naturalidad, sin por ello perder majestad. Ha nacido para ser lo que es y lo hace sin aspavientos. Algunos la querrían con burka, pero lo que vemos es una mujer sana, libre, guapa y española. El delicado primer destape decente, ha salido muy bien.
La historia de los dos fotógrafos
Una foto o una historia del corazón vale tanto como los comentarios que suscita, y la historia de estas fotos ha dado de sí una barbaridad. El primer debate es si la Zarzuela sabía que había un fotógrafo en la playa donde Leonor se bañó con sus amigos (y comió, durmió en un hotel y volvió a Elcano) o las fotos de Diez Minutos la sorprendieron. Curiosamente, la respuesta es doble: la escolta de la Princesa sí había identificado y tenía bajo control a un fotógrafo; pero la agencia lo usó como señuelo y envió a otro, y fue éste el que hizo las fotos. El reportaje se ofreció a las tres revistas mayores, ¡Hola!, Semana y Diez Minutos, y la tercera fue quien las compró. También se dice que las ofrecieron primero a ¡Hola! y la decana no se atrevió por si Zarzuela se enfadaba. Y otros replican que los fotógrafos no querían que se vendiera a ¡Hola! por si la exclusiva de su vida acababa en un cajón.
Entre la normalidad y los prejuicios
Otro asunto chismoseable es la reacción del Rey y la Reina ante las fotos. Vaya por delante que tradicionalmente, un padre nunca encuentra del todo bien al novio de su hija. Ni una madre a "su chica", como decía Letizia el día del embarque en el Elcano, cuando Leonor se convirtió en fenómeno mediático e internacional. Como la Reina ha sido periodista -de las mejores en la historia de la televisión española- y es muy perfeccionista se supone que habría querido que Zarzuela repartiera las fotos, y no quedar a merced del fotógrafo. Pero ni los que dicen que el grupo de apuestos compañeros de Leonor son "cortesanos" como los que querrían que una princesa no saliera nunca en traje de baño ceden a prejuicios antañones. Leonor debe educarse como una española más para ser una española como nadie más. Y en esa difícil contradicción se mueven todas las monarquías parlamentarias. Precisamente por prepararse para ser una reina constitucional debe actuar como una mujer de su tiempo y de su edad. Y es imposible hacerlo mejor.
El próximo reportaje del año en la Familia Real
Los partidarios de no buscarle tres pies al gato y disfrutar con una Princesa que da gusto verla, esperamos la foto del primer beso, el primer novio, el primer desengaño, todas las idas y venidas que Leonor, salvo milagro de continuidad y boda con su primer novio, vivirá en los próximos años. Y no olvidemos a la Infanta Sofía, primera protectora de su hermana, que este mes cumple los 18 años. Un encanto que seguramente seguirá los pasos de Leonor. El día en que, tras la boda, veamos a Felipe y Letizia con su primer nieto lo celebraremos como propio. Es la magia de la Corona: ser naturales siendo especiales, y la nuestra se acerca mucho a ese imposible.