- Diplomacia & Geopolítica El traje de Volodimir Zelenski
- Diplomacia & Geopolítica Historia de dos Papas
¿Cómo acabó Jeffrey Goldberg, director de la revista estadounidense 'The Atlantic', en un chat de grupo de la aplicación Signal donde altos cargos americanos discutían abiertamente sobre los ataques que EEUU iba a efectuar contra los hutíes de Yemen? ¿Cómo se les coló un periodista considerado incluso por la Administración Trump como una de sus 'bestias negras'?
Seis días después de que el escándalo estallara, todo sigue siendo un misterio. Por no hablar de la sorpresa de que el jefe del Pentágono, Pete Hegseth (quien viene directamente de ser un presentador de la cadena Fox), utilizara un canal de mensajería al alcance de todos para deliberar sobre lo que se suponía eran planes secretos. ¡Ah!, y sin olvidar los emoticonos de bíceps, banderas y manos rezando con los que acompañaban sus comentarios personalidades como Steve Witkoff, emisario de Trump para Ucrania y Oriente Próximo, quien, según la cadena CBS, se encontraba además en Moscú cuando este diálogo tenía lugar.
Si alguien pensaba que el periodista Goldberg no iba a publicar los pantallazos de la conversación estaba muy equivocado. Sólo hay que recordar el artículo que escribió en octubre de 2024 bajo el título: 'Trump: "Necesito el tipo de generales que tenía Hitler". La preocupación del republicano por los dictadores y su desdén por los militares estadounidenses es cada vez mayor'.
Mike Waltz, el mismísimo consejero de seguridad nacional que organizó el grupo de chat para debatir sobre la operación militar, ha calificado a Goldberg de "perdedor" y "escoria más baja de los periodistas", así como ha insinuado que podría haber entrado en el grupo con trampas. Waltz, que conoce de sobra a Goldberg, ha dicho también de él: "No le reconocería ni aunque le viera en una rueda de reconocimiento policial".
Pero Goldberg no se arruga y, aparte de sacar a la luz la inaudita conversación, ha concedido entrevistas donde aporta una interesante reflexión sobre lo que sintió en vivo y en directo mientras veía aparecer los mensajes de la 'guardia pretoriana' de Trump en la pantalla de su móvil: "Había mucho resentimiento dirigido a los aliados europeos de EEUU, lo que aumentó la credibilidad de este chat, porque todos sonaban igual que la gente de la Administración Trump".
En concreto, el director de 'The Atlantic' se refiere a la parte de la conversación en la que el vicepresidente de EEUU, J.D. Vance, no está convencido de atacar a los hutíes porque considera que los europeos se beneficiarían de ello; por lo que Vance dice al secretario de Defensa: "Si crees que debemos hacerlo, adelante. Simplemente odio volver a sacar a Europa de apuros". A lo que Hegseth responde: "Comparto plenamente tu aversión a los aprovechados europeos. Es PATÉTICO".
De sobra es conocida la visión sobre Europa de la Administración Trump. El propio presidente de EEUU nunca ha ocultado que, para él (como para los miembros de su Gabinete), los europeos somos una especie de parásitos. De ahí su célebre frase: "La UE se creó para joder a Estados Unidos". Sin embargo, ver este rechazo confirmado de una manera tan rotunda en una conversación privada es la constatación del profundo y sincero desprecio que Washington alberga hacia los aliados del Viejo Continente.
Lo curioso es que no hubo ninguna petición oficial de funcionarios de la Unión Europea para que Estados Unidos llevara a cabo el ataque en Yemen, sino que simplemente se les informó, según han podido confirmar rotativos como 'The New York Times'.
Una semana más, la alianza transatlántica -una de las más firmes de la historia, asentada y fortalecida generación tras generación- recibe un implacable golpe. Y es que la 'Vieja Europa' representa para la 'Nueva EEUU' todo aquello que también aborrece y combate dentro de su propio país: una concreta manera de ver y de vivir en el mundo, unos determinados valores.
La UE ha comenzado a reaccionar ante esta realidad y, más allá de su rearme, busca nuevos aliados en el planeta. La discusión es abierta y se encuentra en pleno apogeo: unos socios comunitarios miran más hacia Latinoamérica o el Sur Global, mientras que otros prefieren aferrarse a lo ya seguro, esto es, a Canadá y Reino Unido, con los que además compartimos los mismos estándares democráticos. "En todo caso, las alianzas llevan su tiempo. Todo esto será a largo plazo", avisaba este jueves un alto cargo de Bruselas.
Si por algo preocupan tanto las severas grietas que hacen tambalear el puente que une ambas orillas del Océano Atlántico es porque sobre él se asientan décadas de paz y prosperidad. Estaríamos, por tanto, ante lo que tan bien indica el nombre del último libro de Enrico Letta (ex primer ministro de Italia y actual decano en la IE University de Madrid): 'Europa. Última oportunidad'. Eso sí, el llamamiento es a afrontar el desafío con un espíritu de acción y no de desesperación o, como el mismo Letta apunta, "a hacer todo lo posible para no desperdiciar el destino recibido en herencia".