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El Bundestag de la legislatura del canciller Olaf Scholz ha aprobado, a solo una semana de su disolución, una modificación de la Ley Fundamental que rompe el tabú de la austeridad alemana con la reforma del freno de la deuda. Los impulsores de esta reforma, controvertida en el fondo y las formas, la justificaron por la necesidad de invertir en infraestructura y dar lo que el próximo canciller, el conservador Friedrich Merz, llamó "primer gran paso hacia una gran comunidad europea de Defensa".
Los conservadores de la CDU/CSU y los socialdemócratas (SPD) se habían asegurado la mayoría requerida de dos tercios con amplias concesiones a los Verdes. La única incógnita era saber si el descontento entre las filas de la CDU/CSU por un acuerdo que les roba parte de su ADN echaría por la borda el peaje que ha pagado Merz para asegurarse la Cancillería en una gran coalición con el SPD. El miedo a las disidencias lo desató Mario Czaja. El antiguo secretario general de la CDU anunció que no votaría a favor de levantar el freno de la deuda "porque no es justa desde el punto de vista intergeneracional y porque las razones aducidas para ello no son honestas".
La reforma requería 489 votos a favor, dado que el Bundestag saliente cuenta con 733 escaños. Los Verdes, el SPD y la Unión tienen juntos 520 escaños, es decir, 31 diputados más de los necesarios. El resultado final fue de 513 escaños a favor y 207 en contra.
Cambio de paradigma
El cambio de paradigma aprobado este martes por el Bundestag, que se disolverá simbólicamente el día 24 para dar entrada a un nuevo Parlamento donde la mayoría de dos tercios sólo sería posible con el apoyo de Alternativa para Alemania (AfD), permitirá a la gran coalición aumentar hasta los 440.000 millones de euros los gastos de Defensa, incluidos los de defensa civil y ciberseguridad. El ex ministro de Finanzas, el liberal Christian Lindner, ya había previsto unos 63.000 millones de euros por año en el presupuesto ordinario hasta 2028, pero en el futuro los gastos de Defensa que superen el umbral del 1% del PIB no estarán sujetos a las normas del freno al endeudamiento, es decir, podrán financiarse sin restricciones mediante créditos adicionales.
El endeudamiento también servirá para la creación de un fondo especial de 500.000 millones de euros, de los que 100.000 millones se desviarán a los estados federados y otros tantos a la transformación climática del país. Quedan 300.000 millones de euros para inversiones federales en ferrocarriles, puentes y redes digitales, distribuidos en 12 años. "La protección del clima ya no puede fracasar por falta de dinero, sino sólo por falta de voluntad política. No vamos a permitir que nos pongan excusas", advirtió la presidenta de los Verdes, Franziska Brantner.
Para la AfD, que dobló en las elecciones del pasado 23 de febrero su presencia en Bundestag y se convertirá en el primer partido de la oposición, los primeros pasos del futuro canciller son un despropósito. El ex presidente de la AfD, Alexander Gauland, recordó así que Friedrich Merz, "víctima de la voluntad de poder de Angela Merkel, ha sacrificado todo lo que le quedaba de conservador o burgués. Su política fracasará porque es una continuación de la política de Merkel. Y con los fracasados de ayer no hay un verdadero cambio de época. Eso sólo existe con la AfD", dijo.
La sesión arrancó con la oposición de los liberales del FDP y de AfD al único orden del día. "Aquí se quiere cambiar la Ley Fundamental en un galope dramático. Esto no tiene nada que ver con el parlamentarismo serio" argumentó el FDP. La AfD alegó que los diputados no han tenido tiempo suficiente para prepararse.
Sin opciones para alterar el curso de los acontecimientos, el copresidente del SPD, Lars Klingbeil, abrió el debate justificando la necesidad de gastar lo que no se tiene en Defensa. La modificación prevista de la Ley Fundamental es "una decisión histórica" pero necesaria porque "la paz en Europa está en peligro", afirmó. "Rusia está actuando de forma agresiva y Estados Unidos es impredecible. Europa debe hacerse más fuerte, velar por su propia seguridad", reclamó Klingbeil, quien agregó que, además de la Defensa, el país debe modernizarse para impulsar la economía y fortalecer la cohesión social.
En su intervención, Merz también puso el acento en la Defensa, como si el relato de la presunta amenaza de Rusia fuera el único argumento para el consenso. "Somos OTAN pero Alemania y Europa deberían ser capaces de defenderse por sí mismos; de ahí este primer gran paso hacia una gran comunidad europea de Defensa", dijo Merz, quien precisó que no sólo incluiría a la UE, sino también a países como el Reino Unido.
Britta Haßelmann, una de las dos presidentas del grupo parlamentario de Los Verdes, arrancó su intervención acusando a la CDU y a Merz de pedir con la reforma del freno de la deuda lo que negó al tripartido de Scholz, pero adelantando el voto favorable de los Verdes a la misma por "responsabilidad con la población" y pese a que "no todo puede explicarse ni justificarse con la actuación de Donald Trump".
Tras la aprobación de la reforma del freno de la deuda en el Bundestag, el texto pasará este viernes al Bundesrat. Allí se necesitan 46 de los 69 votos que tienen los estados federados. Los gobiernos regionales formados exclusivamente por la CDU, el SPD o los Verdes sólo tienen 41 votos. Baviera tiene seis y, tras el acuerdo alcanzado el domingo por la CSU -el ala bávara de la CDU- con los Votantes Libres, la Cámara federal no debería plantear problemas.
La gran coalición, cuando se formalice, podrá sentarse sobre una gran montaña de deuda.