INTERNACIONAL
ORIENTE MEDIO

¿Por qué Trump, que había prometido retirarse de todo, ahora quiere tomar el control de Gaza (y qué tiene en mente)?

El "plan" revelado por Trump prevé una "migración forzada" de los palestinos de Gaza. Pero el escenario de Oriente Medio es enormemente complicado y este anuncio plantea numerosas dudas y riesgos

Un cartel con la imagen de Donald Trump donde los israelíes de Tel Aviv agradecen su propuesta sobre Gaza.
Un cartel con la imagen de Donald Trump donde los israelíes de Tel Aviv agradecen su propuesta sobre Gaza.JACK GUEZAFP
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Durante su campaña electoral, Donald Trump prometió desentenderse de las crisis en Oriente Medio. Para ello, incorporó a su equipo a figuras que se sumaron a esta disciplina, pero también porque estaban convencidos de esa decisión. El actual jefe del Pentágono, el número dos de la CIA y la directora de todas las agencias de inteligencia han respaldado claramente esta postura.

Hasta este martes. Anoche, escucharon al "jefe" lanzar la idea de "tomar el control" de Gaza y trasladar a los palestinos a otro lugar. En su comparecencia conjunta con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, Trump revolucionó el tablero de Oriente Medio con su anuncio de convertir Gaza en "La Riviera de Oriente Próximo": "Ahora mismo es un agujero infernal y le vamos a dar la oportunidad a la gente de vivir en una comunidad estupenda. He hablado con muchos líderes y adoran la idea, creen que llevará estabilidad a la región"

La melodía de anoche es muy distinta al estribillo de "mantengámonos alejados" de este avispero. Aunque el plan se equilibra con la preparación de un borrador para la retirada de las tropas estadounidenses de Siria, en un plazo de entre 30 y 90 días.

Trump recibe a Netanyahu en la Casa Blanca: "EEUU se hará con el control de la Franja de Gaza"E.M

La "visión" de una migración forzada (pagada por otros)

Las intenciones -no sabemos qué concretas son- de poner "botas sobre el terreno" han provocado de inmediato la reacción en contra de Arabia Saudí, la petromonarquía que, en los planes de la Casa Blanca, debe desempeñar un papel más importante y finalmente hacer la paz total con Israel. Riad ha reiterado -al menos de palabra- su apoyo a la solución de dos Estados, palestino e israelí. Si en la intimidad de sus palacios los príncipes tienen otros planes, es algo que no sabemos.

La reacción de Egipto y Jordania ha sido aún más negativa. Estos dos países, que el presidente ha señalado como posibles destinos para millones de refugiados palestinos expulsados de sus tierras, temen una desestabilización, consecuencias económicas y tensiones que se suman a otros focos de crisis.

En la mente de The Donald está la "visión" de una migración forzada financiada por donantes -los regímenes del Golfo- que pagarán la factura.

Pero aquí no se trata de vender inmuebles, hoteles o campos de golf. La región es mucho más compleja, con reglas no escritas y matices que Trump no percibe, ya sea por elección o porque no le importan.

Los riesgos

Una implicación directa de Washington en la Franja de Gaza abriría nuevos espacios para los extremistas (no sólo los militantes de Hamas o la Yihad Islámica), proporcionaría pretextos para atacar a los estadounidenses en un "escenario" que es vital para millones de musulmanes, alimentaría la propaganda yihadista y reforzaría la imagen de una operación "perfecta" entre EEUU e Israel.

Al mismo tiempo, la presencia estadounidense, que comenzaría con el despliegue de contratistas militares privados para controlar los camiones de la ayuda humanitaria, podría ser bien vista por el sector del electorado estadounidense de orientación "mesiánica", que históricamente apoya a Tel Aviv.

La estrategia

Es probable que la táctica de la Casa Blanca sea la que ya resulta evidente: subir el tono y amenazar con desatar el Infierno para obligar a sus oponentes a ceder.

Antes incluso de asumir la presidencia, Trump lanzó duras amenazas contra Hamas exigiendo la liberación de los rehenes. De lo contrario, habría graves consecuencias. Y algo se ha movido con las primeras liberaciones, aunque las negociaciones llevaban meses en curso.

El factor Irán

A la voluntad de desvincularse del atolladero de Oriente Medio se le suma el peso de Irán. Paralelamente al plan sobre Gaza, el presidente ha firmado una orden para implementar una campaña de "máxima presión" sobre Teherán, lo que implica nuevas sanciones contra el sector petrolero de la República Islámica.

Los estrategas republicanos esperan que estas medidas sean suficientes para forzar a los ayatolás a ceder en la cuestión nuclear, una flexibilización necesaria para evitar una eventual intervención militar, planteada más en los medios de comunicación que en los círculos de poder.

En los últimos meses, figuras vinculadas a Trump han asegurado que el objetivo no es derrocar al régimen iraní.

Los análisis, siempre parciales, sobre la postura de Teherán presentan dos realidades. La primera muestra un liderazgo dispuesto a dialogar con EEUU y Occidente para encontrar una solución.

La segunda sugiere actividades "secretas": investigaciones llevadas a cabo por un grupo reducido de científicos para desarrollar una bomba nuclear (quizás no demasiado sofisticada) en caso de que el líder supremo, Alí Jamenei, dé luz verde.

En el último año se ha demostrado que en este tablero puede ocurrir cualquier cosa en muy poco tiempo. La única certeza es que no tenemos certezas.