- Política Pablo Iglesias responde con furibundos ataques a Sumar tras la oferta de Yolanda Díaz para pactar la unidad con Podemos
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La oferta oficial de Sumar a Podemos para «caminar» de nuevo «juntas» y repetir la candidatura de las elecciones de 2023, hecha este domingo por Yolanda Díaz en el congreso de su formación, se estrella contra un muro morado. El partido encabezado por Ione Belarra pisa el acelerador para seguir avanzando en su propio camino y no mira hacia atrás. Así, la unidad es en este momento un escenario que está absolutamente lejos.
La secretaria general e Irene Montero subrayaron ayer ese rumbo propio para volver a «poner en pie» una izquierda «valiente», «fuerte» y «transformadora», que se deshaga de la «cobardía» y el «malmenorismo». Esto Pablo Iglesias lo verbaliza con un feroz ataque al proyecto de Díaz: «Sumar está políticamente muerto».
Esta sentencia, así como la primera reacción de Podemos a los pasos dados por Sumar en su asamblea para buscar un acuerdo ofrecen la suficiente información como para saber que mucho tienen que cambiar las circunstancias para que haya un acercamiento. Desde luego, el partido morado no se está moviendo en la clave de Sumar, dicen desde la dirección, sino en confrontar con el PSOE para aprovechar sus contradicciones para quitarle votos y crecer. Ya sea porque Sánchez está haciendo «las mismas políticas que el PP» o porque ha abrazado el rearme. Asuntos a los que contrapone con la fiereza ideológica de una izquierda que sale a morder y con el «No a la guerra» como bandera.
Más allá de este enfoque, claro que el partido piensa en la estrategia para el próximo ciclo electoral. Y aquí hay una prioridad muy clara: recuperar la entente con IU y resucitar el proyecto de Unidas Podemos. El calendario acompaña. Castilla y León, primero, y Andalucía, después, son las primeras citas electorales que asoman en 2026. Yen ambas autonomías la existencia de Sumar como partido es realmente débil. Esto propicia la ocasión para tentar a IU con un pacto que, como ya dijeron fuentes de la dirección, tendría que vincularse de alguna manera a un pacto nacional.
Esta pista la alimentó ayer Pablo Iglesias en una intervención en RNE como tertuliano cuando se le preguntaba por la alianza con Sumar. Su tesis, compartida por la dirección de su partido, es que «una parte de Sumar se integrará en el PSOE». A partir de ahí, señala que «partidos territoriales o Izquierda Unida» podrán «buscar otro tipo de acuerdos, pero Sumar ya no es un paraguas que sirva absolutamente para nada».
El ex secretario general indicó que cuando llegue el momento de las elecciones «ya veremos quién se va con el PSOE y quién quiere construir otra cosa». Y en otro momento volvió sobre esta idea: «Habrá que ver qué hacen todos estos partidos [ahora en Sumar], que tienen intereses muy diferentes». La tesis, pues, es que llegado el momento de la verdad las piezas de Sumar podrían separarse.
IU es para el proyecto de Díaz una organización trascendental por su implantación y por su militancia. Capaz de levantar candidaturas en muchos lugares y que goza de una fortaleza destacada en enclaves prioritarios para la izquierda como Andalucía y Asturias. Por eso es la fuerza más codiciada en este duelo. Sin ella, Díaz quedaría en una posición tremendamente débil. Con ministerios y cargos, pero sin un sustento real.
La federación liderada por Antonio Maíllo es el único actor que permanece en la misma posición: «unidad sin vetos» y con primarias. Así lo pidió en noviembre. Y presionando en base a esto está para construir una alianza con «todos dentro», como recalcó Eva García Sempere. Por eso IUcelebró ayer que ahora Sumar comparta esa hoja de ruta. Falta Podemos.