Tremendo susto el que sufrieron las 171 personas que iban en un Boeing 737 de la aerolínea de bajo coste Norwegian cuando el avión iba a aterrizar el aeropuerto de Molde, en el norte de Noruega. Los pilotos pudieron frenar el avión a pocos metros de la gélida agua tras salirse de la pista por causas que se están investigando. Pese al suceso, los pasajeros y miembros de la tripulación lograron abandonar el avión sin problemas.
El vuelo DY430, con 165 pasajeros, 2 pilotos y 4 azafatas, despegó este jueves 19 de diciembre del aeropuerto de Oslo a las 18.19 horas, con un fuerte retraso respecto a la hora prevista, según indica Flightradar24, la plataforma que monitoriza los movimientos aéreos. Unos cuarenta minutos después llegó a la pista de Molde, una ciudad de 32.000 habitantes en la región de los fiordos y bañada por el mar de Noruega.
Pero, como informan dos pilotos al Corriere basándose en las primeras informaciones disponibles, por alguna razón en el punto del asfalto donde el Boeing normalmente avanza a 50-52 kilómetros por hora y luego gira a la derecha hacia la terminal, en este caso el la nave viajaba a unos 206 kilómetros por hora, es decir, cuatro veces más rápido.
Las continuas nevadas son uno de los principales sospechosos del suceso, así como la cantidad de hielo presente en la pista. Pero los investigadores locales tampoco descartan por el momento un error humano. El caso es que el comandante y el primer oficial lograron de alguna manera detener el avión, justo a tiempo, a pocos metros del agua que rodea al aeródromo y cuya temperatura es cercana al de la congelación.
Según la aerolínea, el accidente se debió a "malas condiciones meteorológicas". Norwegian informa de que esa tarde hubo fuertes vientos y la pista estaba resbaladiza por culpa del hielo.