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Más denuncias de "guerras internas y omertá" en la Compañía de Teatro Clásico de Lluís Homar

Un ex técnico de la Compañía relata la "toxicidad y mezquindad" del ambiente laboral mientras el Ministerio de Cultura sigue sin pronunciarse e ignora el escándalo

Lluís Homar frente a la Compañía Nacional de Teatro Clásico.
Lluís Homar frente a la Compañía Nacional de Teatro Clásico.A. ORTEGA / EUROPA PRESS
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Nuevos testimonios de trabajadores de la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC) reiteran las irregularidades en el seno de la entidad dirigida por Lluís Homar. «Existe cierta omertá en la Compañía y muchas guerras internas», denuncia un antiguo técnico de sonido que prefiere permanecer en el anonimato y con una causa judicial abierta contra el Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (Inaem), que gestiona la CNTC y depende del Ministerio de Cultura.

El ex trabajador reclama una compensación económica por el fin de su contrato de sustitución pero admite que «nunca volvería al Clásico» por la «toxicidad y mezquindad» del ambiente laboral. «Incluso cuando venía una compañía externa por alguna coproducción, como Mal Pelo [una de las emblemáticas de danza, con Premio Nacional], desde la Dirección Técnica se les ponía palos en las ruedas y nos daban la consigna de que no les diéramos unos recursos que en realidad teníamos», explica el técnico. En 2023 pasó cinco meses de baja por «la fuerte presión y la sobrecarga laboral, aunque no faltara personal para ejecutar el trabajo».

Tal y como reveló EL MUNDO, que tuvo acceso a una carta interna de CCOO, en la CNTC se da «un clima de violencia laboral», según denuncia el sindicato. En el duro escrito se habla de un «aumento considerable» del número de bajas laborales por «riesgos psicosociales» entre el personal del equipo técnico desde septiembre de 2022. La fecha coincide con el nombramiento de Carlos Carrasco como director técnico, un puesto de confianza de Homar, aunque su figura ya había causado controversia en su paso por el Teatro Valle-Inclán, también gestionado por el Inaem.

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«No diré que fuera acoso laboral, todo era más sutil... En CCOO me animaron a que lo denunciara, pero yo solo quería trabajar y que se equilibraran las cosas», admite el técnico que, al reincorporarse de su baja, se encontró sin unidad de trabajo («Me quitaron el ordenador») y durante 11 días no se le asignó ninguna tarea.

En la carta interna de CCOO, fechada en febrero, se reclamaban «medidas urgentes» para atajar las irregularidades en el teatro público, pero ni el Inaem, dirigido por Paz Santa Cecilia desde enero, ni el Ministerio han aportado aún una respuesta pública a la polémica que rodea a Lluís Homar y que destapó la actriz Marta Poveda, que estuvo vinculada a la CNTC durante casi una década, en la época de Helena Pimenta.

El 3 de julio, Poveda publicó en X (antes Twitter) documentos en los que se reflejan hasta tres pagos a Homar por codirecciones que nunca realizó. En declaraciones a El Periódico de España, el primero en hacerse eco del escándalo, Homar reconoció abiertamente esos pagos y los justificó por un acuerdo al que habría llegado en 2019 con la entonces directora del Inaem, Carmen de Miguel, esposa de Carlos Westendorp, quien fuera ministro de Exteriores de Felipe González y uno de los mentores de Pedro Sánchez.

Según Homar, De Miguel le habría ofrecido un sueldo de 120.000 euros: 70.000 fijos (hoy ya rozan los 80.000) más otros 50.000 de cantidad variable por dirigir y/o protagonizar dos obras anuales. Sin embargo, administrativamente no está contemplado que el director de la compañía pueda actuar, así que los papeles protagonistas que se adjudicaba Homar los compensaba en concepto de codirecciones falsas, como las de Antonio y Cleopatra (por la que cobró 18.000 euros), Esta primavera fugitiva (otros 18.000) o Caravaggio, Vermeer, Velázquez (14.000 euros). Desde el Inaem tan solo se ha conminado a Homar a dirigir la CNTC sin posibilidad de actuar. El Ministerio continúa en silencio a pesar de la polémica creciente.