CRÓNICA
Tiroteo entre clanes

Una bala perdida de 'Los Hilarios' mató a la niña de dos años de Plasencia: la reyerta se fraguó en un club de alterne y su cabecilla se fugó de la cárcel hace un mes

Plasencia estaba en estado de máxima alerta por la fuga de la prisión de Valladolid de Ángel Benito, referente de uno de los clanes que se disputan el control de la droga en el municipio. La Policía cree que no participó directamente en el tiroteo, pero ahora se temen represalias

Barrio de Plasencia en el que se produjo el tiroteo que mató a una niña de dos años ajena a la reyerta entre dos clanes rivales.
Barrio de Plasencia en el que se produjo el tiroteo que mató a una niña de dos años ajena a la reyerta entre dos clanes rivales.EFE
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"¡Fue como como una película en el Salvaje Oeste!". Lo cuenta un policía que intervino en la noche del sábado en el último episodio de la cruenta guerra de los dos principales clanes de la droga en Plasencia (Cáceres). Los Hilarios (asentada en el barrio Gabriel y Galán) y los Mercheros (San Lázaro). Una sanguinaria y eterna batalla por el control de la droga en el municipio placentino, de casi 40.000 habitantes, que se ha saldado con una nueva víctima mortal: una niña de tan sólo dos años que no tenía relación familiar con ninguno de ellos.

La menor fallecida se encontraba junto a su madre, que resultó herida, en una calle de la barriada de San Lázaro cuando de repente llegó un vehículo, cuyos integrantes se bajaron del coche y comenzaron a disparar con armas de fuego. La escena se convirtió en un cruce de disparos infernal y mortífero. Un proyectil terminó en la cabeza de la menor. "Una bala perdida", diría luego su padre. Falleció horas después de ser ingresada aún con vida en la UCI del hospital Materno Infantil de Badajoz. A su madre, de 25 años, otra bala le alcanzó en un pie. Está estable.

Una circunstancia ilustra el clima de extrema tensión que se respiró en la zona tras el suceso: la ambulancia que transportó a la menor tras recibir el disparo en la cabeza tuvo que ser custodiada por los agentes para salir de la barriada. Iván, el padre de la menor, en declaraciones a Telecinco, señaló este lunes: "Pido justicia, que se pudra" el asesino. Y relató la escena completa: "Estábamos en la calle en un puesto de cositas y vinieron 'Los Hilarios'. Dijeron: 'que vienen, que vienen' y mi mujer y mi hija se metieron a la casa de mi prima Tania, se cerraron". En ese momento "empezaron a tirar tiros" y cuando fue a casa de su tía escuchó los gritos de su mujer: "Decía que la niña estaba herida, que todavía estoy lleno de sangre".

"ESTOS SUCESOS SON LO NORMAL"

Para los habitantes de Plasencia, lo ocurrido este fin de semana es una práctica común. "Vosotros os sorprendéis porque ahora ha muerto una niña, pero para los que vivimos aquí estos sucesos son lo normal", destaca un vecino de un barrio que sólo tiene dos accesos y que se encuentran en todo momento vigilados por colaboradores de la banda. Desde allí avisan de llegadas peligrosas, bien de la Policía o bien de gente sospechosa. "El verdadero clan, el que tiene el gran poder, es el de 'Los Hilarios', que lucha por mantener su posición, y el resto tiene su cuota, pero mucho menor", declara un experto policial.

A esta familia pertenece Ángel Benito Moreno. De hecho, es uno de sus cabecillas. Placentino de 47 años de edad, se fugó el pasado 14 de febrero de la cárcel de Valladolid, donde cumplía una condena (2019) impuesta por la Audiencia Provincial de Cáceres a 28 años por delitos contra la salud pública, blanqueo de capitales y falsedad documental. Había cumplido ocho entre rejas en la prisión de Villanubla. Sigue en paradero desconocido y aunque se habían activado todas las alarmas por un posible regreso a su ciudad, en la noche del sábado en Plasencia, según denuncian los sindicatos policiales, sólo había tres agentes de la Policía Nacional en servicio: «La situación es insostenible. La precariedad de medios deja a la ciudad indefensa ante situaciones críticas como la vivida recientemente».

Ángel Benito, detenido en el marco de una operación antidroga en 2018, se fugó hace poco más de un mes de la cárcel de Valladolid y sigue en paradero desconocido.
Ángel Benito, detenido en el marco de una operación antidroga en 2018, se fugó hace poco más de un mes de la cárcel de Valladolid y sigue en paradero desconocido.GUARDIA CIVIL

Sin embargo, y según las primeras investigaciones, el fugado -hermano del jefe del clan de 'Los Hilarios'-, no participó de forma directa en el tiroteo de Plasencia. Dichas fuentes apuntan a EL MUNDO que existe un precedente cercano que pudo propiciar el suceso mortal. Se trata de una trifulca, primero verbal y luego física, pero sin llegar a las armas, aunque sí contó con fuertes agresiones. Habría ocurrido en el local de alterne Puerto de los Castaños, donde también se mueve la droga. El portero de dicho local pertenece a uno de los clanes. Ocurrió semanas atrás y desde entonces se tramó la 'vendetta' del sábado. Los Hilarios fueron a por los Mercheros. Sin miramientos. "A llevarse todo lo que se encontraran por delante", apunta la investigación. Lo hicieron en dos vehículos, que recibieron también numerosos disparos de bala. Durante la mañana del domingo se produjeron cuatro detenciones (tres hermanos y un primo). Horas después, por la tarde, otras cinco detenciones. "Esto no ha acabado, ahora tememos las represalias", teme la Policía.

LOS HILARIOS: UN CLAN FAMILIAR CON AL MENOS 162 MIEMBROS

La capacidad de regeneración de Los Hilarios la demuestra el hecho de que en el año 2015 la Guardia Civil anunciara su práctica desarticulación. En una operación denominada "Aqueronte", se realizaron una veintena de registros y se detuvo a 20 personas, acusadas de distribuir droga, además de en las principales ciudades extremeñas, en Salamanca y Talavera de la Reina (Toledo). Entre los detenidos figura un policía local de Plasencia (ex guardia civil), que cumple sentencia firme en la cárcel por colaborar con este clan familiar, al que le trasladaba información sobre las redadas policiales. En la investigación se pudo comprobar que la organización estaba formada por al menos 40 miembros de un numeroso grupo familiar al que estaban vinculadas otras 122 personas, que desempeñaban cometidos de información, distribución y otras labores de apoyo. Entre ellos, destaca la figura de testaferros para blanquear el beneficio que les reporta esta actividad delictiva.

El puente de San Lázaro es frontera entre los territorios de los clanes criminales de Plasencia.
El puente de San Lázaro es frontera entre los territorios de los clanes criminales de Plasencia.EFE

La organización contactaba con su proveedor para comprar cocaína procedente de países sudamericanos, con un elevado porcentaje de pureza, y que era trasladada oculta en vehículos de doble fondo. Después los miembros de la organización procedían al "corte" para obtener mayor cantidad, abaratar su precio y acaparar el mercado, obteniendo así un mayor beneficio.

ALQUILERES DE 36 EUROS CON MOBILIARIO DE LUJO

En la operación los agentes incautaron algo más de 25.000 dosis de cocaína con una pureza cercana al 90 %; y más de 20 armas, como un fusil de asalto, pistolas detonadoras, escopetas.... Durante los registros llamó la atención a los agentes que, pese a que muchos de los detenidos vivían en viviendas sociales pagando alquileres de 36 euros mensuales, algunas de ellas estaban decoradas lujosamente con muebles y enseres de gran valor; y que nunca compraban vehículos de alta gama, para evitar llamar la atención. Los que adquirían eran de gama media, pero en sus versiones más altas.

Diez años después de aquella macrorredada, ahora en 2025, la situación no ha cambiado en Plasencia