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Carles Puigdemont sigue postulando su candidatura para presidir la Generalitat. El cabeza de lista de Junts en las elecciones catalanas del pasado domingo, en las que quedó en segunda plaza con 35 escaños, por detrás del PSC de Salvador Illa (42 diputados), ha reivindicado que "todo el mundo tiene derecho a intentar formar Gobierno si cree que puede reunir un apoyo parlamentario que se lo permita".
En un mensaje difundido a través de redes sociales, el ex presidente de la Generalitat defiende "la legitimidad" de su aspiración a ser reelegido en el cargo que ocupó entre 2016 y 2017 y señala tres ejemplos de la política española que considera equiparables.
"En 2006, Artur Mas ganó las elecciones con seis diputados más de los que ahora tiene el PSC, pero no gobernó. El año pasado, Jaume Collboni perdió las elecciones municipales de Barcelona, fue alcalde gracias a un pacto con el PP y tiene un Gobierno en minoría. Pedro Sánchez perdió las elecciones de 2023, pese a venir de presidir cuatro años el Gobierno español, y hoy sigue en el cargo en minoría", relata Puigdemont.
"Discutir la legitimidad de que ahora en Cataluña se pueda hacer lo mismo me parece muy incoherente y extraño", se queja el jefe de filas de JxCat, que califica de "error" que "quienes se han beneficiado siempre de este juego lo descalifiquen ahora".
Tripartito
El primero de los tres episodios aludidos por el líder neoconvergente es el que propició el segundo Govern tripartito hace casi 18 años. Convergència i Unió obtuvo 48 escaños, pero el PSC de José Montilla (37), Esquerra Republicana (21) e Iniciativa per Cataluna Verds (12) volvieron a reeditar la misma coalición que ya habían puesto en marcha en la legislatura anterior, entonces bajo la presidencia de Pasqual Maragall. También en 2003, CiU había ganado las elecciones autonómicas con 46 escaños, por encima de los 42 que logró el PSC, aunque los socialistas habían conseguido 7.000 votos más.
El capítulo municipal al que alude Puigdemont es el que hace 10 meses permitió in extremis a Collboni convertirse en alcalde de Barcelona, pese a la victoria de Xavier Trias (Junts). A media hora del pleno de investidura en el que el ex alcalde de CiU entre 2011 y 2015 parecía que iba a tomar nuevamente la vara de mando, tras su pacto con Ernest Maragall (ERC), los comunes de Ada Colau anunciaron que votarían a favor del candidato socialista y, después, los cuatro concejales del PP de Daniel Sirera acabaron de apuntalar la mayoría absoluta de Collboni.
El tercer episodio, el del presidente Sánchez, es significativo para Junts. Los siete diputados neoconvergentes en el Congreso fueron la clave para que el secretario general del PSOE siguiera en el Palacio de La Moncloa, pese a la victoria electoral del PP de Alberto Núñez Feijóo. Los populares lograron 137 escaños, por 121 del PSOE y 31 de Sumar, el socio minoritario en el Gobierno de coalición.
Sánchez logró ser investido con una mayoría absoluta de 179 votos, gracias a reunir también el apoyo de ERC, PNV, EH Bildu, BNG y Coalición Canaria. Feijóo, en cambio, lo había intentado un mes y medio antes y solamente alcanzó una suma de 172 síes (PP, Vox, Coalición Canaria y Unión del Pueblo Navarro).
Pacto independentista
La fórmula pretendida por Puigdemont para ser investido presidente de la Generalitat en segunda votación, en la que se requiere mayoría simple (más síes que noes), pasa por tener el apoyo de ERC, lo que le daría 55 votos, y de la CUP, con lo que alcanzaría los 59 escaños. Faltaría contar con una abstención socialista que permitiese que los votos afirmativos superasen a los negativos (en el Parlament hay 135 diputados).
El ex presidente catalán compara su situación con la del PSC señalando que, si Illa obtiene el apoyo de Comuns Sumar, se quedaría únicamente con 48 escaños favorables, a 20 de los 68 en que está fijada la mayoría absoluta en la Cámara catalana. Si, además del sí de los comunes, los socialistas lograsen el de Esquerra, Illa alcanzaría esos 68 diputados.