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De Courchevel a Crans Montana, lo mejor de los Alpes para esquiadores exquisitos

Recorremos algunas de las estaciones míticas de los Alpes donde el esquí es pura magia.

Restaurante en las alturas de las pistas de Courchevel.
Restaurante en las alturas de las pistas de Courchevel.SHUTTERSTOCK
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La más reconocida referencia mundial del turismo de la nieve, los World Ski Awards, llamados los 'Óscar de la nieve', han distinguido esta temporada a la francesa Val Thorens como la mejor estación de esquí del mundo. Es la octava ocasión que se hace con el galardón "por su excelencia en el turismo de esquí, inspirando la innovación, el crecimiento local y la prosperidad".

Quienes conocen Val Thorens saben que es una apuesta segura. Tradicionalmente es la primera en abrir y la última en cerrar la temporada. Algo posible gracias a la altitud de sus pistas, el 85 por ciento por encima de 2.300 metros, y a su orientación norte. Hay más razones que hacen privilegiada a esta estación de la Saboya.

Encuadrada en Les 3 Vallées (Los 3 Valles), Val Thorens forma parte del dominio esquiable más grande del mundo. Integrado por 8 estaciones, ofrecen forfait común. Junto a Val Thorens, Courchevel, Les Menuires, Merivel, La Tania, Bride-les-Bains, St Martin de Beleville y Orelle.

Universo de más de 600 kilómetros de pistas, atendido por 180 remontes. Por muy rápido que se esquíe, no da tiempo en una semana a recorrer todas las pistas. El mayor dominio esquiable del mundo, también se distingue por ser uno de los que más cuida sus instalaciones, con remontes eficientes, salvo contadas excepciones.

Val Thorens, este año, la número uno del mundo.
Val Thorens, este año, la número uno del mundo.SHUTTERSTOCK

Las pistas de Val Thorens acogen la mejor nieve de Les 3 Vallés. La mitad son fáciles, el 37 por ciento es de nivel intermedio y el 13 por ciento negras. A ellas se añade un fuera de pistas tan desmesurado como el dominio. Los descensos por pendientes raídas de la alta montaña se alternan con plácidas bajadas boscosas.

Un apresquí tan inabarcable y variado como sus pistas completan la oferta. Raquetas, skimo, bicicletas de nieve, trineos, tubing, para esquí y todos los deportes de nieve imaginables. Como remate final, la bestial tirolina que une el Buchet con la cima del Funitel, recorrido de 1.300 metros en el que se vuela a más de 100 kilómetros por hora.

Courchevel, estación 'gourmet'

Los visitantes más tranquilos que visiten Les 3 Vallées, aquellos que se alejan del turismo activo y buscan el apresquí más hedonista, tienen en la vecina Courchevel su particular paraíso. Aquí aguarda un panorama de más de 100 boutiques de lujo y otros tantos restaurantes, comandados por un escuadrón de estrellados Michelin.

Las nieves de Courchevel acumulan 14 estrellas Michelín. La relación más alta del mundo entre estos galardones y población residente en una población. Por tener, la estación presume del primer restaurante de postres gourmet con una estrella..

Alpage es el último en incluirse en la escogida nómina. Lo ha conseguido gracias a una íntima interpretación de la cocina de proximidad alpina. Idéntica categoría muestra Azimut, restaurante asequible dentro de la exclusividad de los de su clase, con ambiente cercano y relajado.

Sarkara se ha ganado dos estrellas por su carta basada en productos vegetales y los postres del pastelero Sébastien Vaouxion. También con dos estrellas Michelin, Le Chabichou ofrece un brunch gourmet basado en la maestría del chef Stéphane Buron.

El culmen de tan delicioso firmamento estrellado lo representa Le 1947 à Cheval Blanc, poseedor de los tres míticos florones. El nombre de este íntimo local (solo cinco mesas) es un homenaje a la cosecha más prestigiada de los caldos producidos por el Château Cheval Blanc, uno de los vinos más caros del mundo. El chef parisino Yannick Alléno ha logrado destilar audacia y delicadeza contemporáneas a partir de la ruda cocina saboyana.

Tan tentador panorama gastro solo tiene un inconveniente, que vista la dificultad para conseguir una reserva de mesa no parece serlo para unos cuantos: los precios arrancan en 350 euros. Vinos aparte.

Crans Montana, el mejor panorama

Las espectaculares vistas alpinas desde Crans Montana.
Las espectaculares vistas alpinas desde Crans Montana.SHUTTERSTOCK

La llaman el 'Balcón de los Alpes' con razón. Situada en las soleadas terrazas que dominan las laderas de mediodía del amplio valle del Ródano, Crans Montana es una de las estaciones de esquí helvéticas más afortunadas por su ubicación.

Desde el altiplano donde se extienden sus pistas, se contemplan todas las cimas de la porción central de la cadena alpina. Presididas por el Cervino, que por aquí llaman Matterhorn, y el Mont Blanc, es entretenido adivinar los nombres de las montañas que componen el quebrado paisaje que regala este dominio.

Integradas en tres áreas, correspondientes a otras tantas localidades, gran parte de las 41 pistas de la estación se extienden por encima de 1.700 metros. Anchas y de inclinación mantenida, la amplia mayoría son de nivel intermedio y solo 4 son negras. Se desarrollan en su parte alta por zonas despejadas de alta montaña, y abajo por el interior de los bosques.

Cry d'Er es el área principal. Se extiende sobre las localidades de Crans y Montana, que realmente están unidas conformando un extenso núcleo. Aquí se sitúa el teleférico de Bella Lui, la parte más alta del dominio. Les Violettes tiene en la parte superior la Plaine Morte, exclusiva cuenca glaciar por lo general visitada por pocos usuarios. En su fondo se extienden dos circuitos para esquí nórdico. Aminona es el tercer sector, con descensos más prolongados. La amplitud y franqueza de los descensos, una innivación por lo general abundante, remontes modernos y un paisaje memorable hacen de Crans Montana un destino idóneo de quienes buscan disfrutar de un esquí amable en plena naturaleza.

Madonna di Campiglio, la más sostenible

Vista aérea  de Madonna di Campiglio en los Dolomitas.
Vista aérea de Madonna di Campiglio en los Dolomitas.SHUTTERSTOCK

Enclavada entre la Brenta, el Adamello y la Presanella, este territorio está enclavado en el Parque Natural de Adamello, uno de los más escogidos parajes de los Alpes. También de los más espectaculares, donde la 'Perla de los Dolomitas', brilla no solo por su belleza, también por integrarse en su entorno gracias al desarrollo de un turismo sostenible.

La estación ha sido de las primeras en abonarse al Green Snow, movimiento que propugna la sensibilidad ecológica para mejorar los ecosistemas y reducir el impacto negativo sobre el medio ambiente, Madonna potencia la producción de energía con biomasa.

Remontes mecánicos y sistemas de producción de nieve de última generación, han logrado reducir de manera notable su gasto energético. En Val Rendena, donde extiende sus dominios Madonna di Campiglio, se potencia el transporte público con una red de autobuses públicos gratuitos.

Esta visión contemporánea y sostenible es el último paso de una estación de montaña surgida para el turismo en la segunda mitad del siglo XIX, cuando llegaron los primeros visitantes, algunos tan escogidos como la princesa Sisi y el emperador Francisco José.

La carta de presentación de la estación señala 150 kilómetros de pistas repartidas en tres zonas: Pinzolo, Folgarida-Marillevay SkiArea di Madonna di Campiglio. Situadas entre 1.650 y 2.504 metros, el desnivel máximo es de 1.652 metros. La mayoría de las pistas son para esquiadores de nivel medio, solo el 13 por ciento son negras.

Descensos amplios, prolongados, de gran amplitud y pendiente moderada, son cuidados con esmero. El fuera de pista está prohibido. Circunstancias que, unidas a la belleza del paisaje, convierten a la estación italiana en uno de los mejores destinos de los Alpes para el esquí placentero y relajante. El descenso desde el Passo Grostè, techo de la estación, es un imprescindible, mientras el Canalone Miramonti es una de las bajadas míticas de toda la cadena alpina.

Cortina d'Ampezzo, la más olímpica

Refugio Lagazuoi cerca de Cortina d'Ampezzo.
Refugio Lagazuoi cerca de Cortina d'Ampezzo.SHUTTERSTOCK

La villa italiana prepara los que serán sus terceros Juegos Olímpicos de Invierno, tras los de 1944 y 1956. En esta ocasión se celebrarán junto con Milán el próximo año. La 'Reina de las Dolomitas' fue destino preferente en los pasados 50 y 60 de celebrities como Sophia Loren, Marcelo Mastroianni, Frank Sinatra, Peter Sellers y Faye Dunaway. Personajes de la talla de Novack Djokovic y George Clooney hoy siguen sus pasos.

Todo empezó gracias a la popularidad que le dio a la estación Ernest Hemingway. El escritor tuvo aquí uno de sus lugares más apreciados para practicar el esquí que había perfeccionado en la americana Sun Valley.

No se ha perdido el encanto de aquellas décadas y la peatonal Corso Italia soporta el paso de la gente guapa internacional dispuesta a sacarle brillo a la American Express en alguno de los ristorantes de moda y en la constelación de tiendas de primeras marcas.

Cortina pertenece al inabarcable Dolomiti Superski, dominio de una docena de estaciones de esquí con 1200 kilómetros de pistas, aunque no todos conectados por remontes. Cuenta con 120 kilómetros de pistas, la mayor parte de nivel medio. El sector Cinque Torri regala una confortable toma de contacto. La Tofana acoge descensos que sobrepasan el kilómetro vertical, donde la visión de las Dolomitas venetas hace difícil concentrarse. Hay que parar y admirarse del paisaje que conforman el Cristallo, las Tofane, el Antelao y resto de arriscadas cumbres y paredones de irrepetibles tonalidades anaranjadas.

Cita inexcusable de la estación, la mítica Olimpia, que debe su nombre a que acogió el descenso de las olimpiadas de 1956, es una de las imprescindibles del arco alpino. Los amantes de las emociones fuertes deben elegir la Forcella Rossa y la Schuss de la Tofana.

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