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Número 153 / Domingo 3 de enero de 1999 | ||
Las etapas El Nacimiento de una Moneda Alvaro Tizón &laqno;Para un mercado único, nada más lógico que una moneda única». Esta reflexión de un antiguo responsable del Ministerio de Economía tiene la virtud de resumir las ventajas de una de las apuestas económicas y políticas más ambiciosas planteadas en la historia reciente del continente. La puesta en marcha del euro, que es ya irreversible aunque la nueva moneda no circule aún físicamente, es el resultado de un proceso iniciado en 1996, cuyo desarrollo puede dividirse claramente en tres etapas. 1996-1999 Son los años en los que se han sentado las bases legales y políticas del proceso, y que han servido para evolucionar hacia una convergencia económica, que suavice los fuertes desequilibrios macroeconómicos existentes en distintos países del bloque. En 1997, los candidatos a entrar en la moneda única establecen el marco jurídico general para la introducción del euro, un complejo entramado de normas entre las que destacan las siguientes:
Dentro de la fase de preparativos, en la primavera de 1998 se toman algunas decisiones clave para la unión monetaria:
1999-2002 La fase que ahora comienza supone la entrada en vigor del euro, aunque sólo de modo escritural, esto es, como apunte de operaciones de todo tipo, pero sin circular físicamente. A partir de ahora, las pesetas no son sino una expresión del euro, una fracción que equivale aproximadamente a 168º parte de un euro. El pasado día 1 entró en vigor la unión monetaria y, desde el primer día hábil del año (el lunes 4), rigen tipos fijos de cambio entre el euro y cada moneda. Ese día desaparece el ecu y entra en vigor el SME2, que dará estabilidad a la cotización entre el euro y las divisas comunitarias que hayan quedado fuera, como la libra esterlina o el dracma griego. Otras de las profundas modificaciones que supone la adopción del euro son las siguientes:
2002... Una vez culminado su proceso de producción, en el año 2001, a partir de enero del 2002 comenzarán a circular los euros, como moneda de curso legal. Durante seis meses, hasta el 1 de julio, ambas divisas coexistirán como moneda legal. Los bancos y cajas canjearán este semestre pesetas por euros. El 31 de julio del 2002 está prevista la supresión del curso legal de las monedas nacionales. A partir de entonces, la única moneda de curso legal en España y el resto de la UEM será el euro. ¿Por qué el Euro se Llama Euro? La denominación 'euro' fue adoptada por los jefes de Estado y de Gobierno de la UE, durante el Consejo Europeo celebrado en Madrid en septiembre de 1995, a propuesta de Alemania, como muchas de las iniciativas que afectan a la UEM. Se trata de un acuerdo impuesto en última instancia a la propuesta francesa de mantener la denominación 'ecu' (unidad de cuenta europea, en inglés). El Consejo Europeo apostó en su día por el euro en lugar del ecu porque esta última estaba contaminada por una connotación de inestabilidad y porque se trata de una denominación que, fonéticamente, es similar al nombre de una antigua moneda francesa, el escudo. En opinión, primero de Alemania y luego del resto de los socios de la UEM, el nombre 'euro' reúne una serie de cualidades, entre las que figura el hecho de ser pronunciable en todas las lenguas, con unas connotaciones supranacionales. En Madrid se adoptó también la denominación de 'cents' para las fracciones del euro, un nombre difícil de pronunciar en idiomas como el portugués, el italiano o el propio castellano. Pese a su nombre oficial, es previsible que en España se utilice el vocablo céntimos. La 'Rubia', con Canas La adopción del euro como moneda de curso legal pone fin en España a 131 años de hegemonía de la peseta. La divisa que ahora comienza a dejar de existir fue adoptada en octubre de 1868. Con ella, el Gobierno surgido tras el destronamiento de Isabel II logra unificar la creciente dispersión de la emisión de moneda en distintas regiones de España. La peseta nace con la vocación de convertirse en la moneda única española, en un momento en el que diferentes administraciones emitían dinero con esta denominación, pero como expresión de otra unidad de cuenta, el real. El valor de la nueva moneda se fijó entonces en 0,290 gramos de oro fino, unas 4.500 pesetas de hoy. Desde entonces, con breves interrupciones en algunas regiones, la peseta ha sido siempre la denominación de la moneda española en la monarquía y en la república, en la democracia o en la dictadura, en la guerra y en la paz... El antecedente más próximo de la peseta, tal y como la hemos conocido en la historia reciente, es de diciembre de 1946. Entonces se ordena la acuñación de las monedas 'rubias' y se pone en marcha una nueva ordenación del sistema español que nada tenía que ver con el vigente hasta entonces, salvo que la peseta era la unidad de cuenta en el sistema monetario español. A partir de 1976, tras una devaluación que equipara el valor del
dólar a 66 pesetas, comienza primero a reflejar la efigie de Juan
Carlos I y, gradualmente, se modifica el formato y las aleaciones utilizadas
en su producción hasta que, hoy en día, la circulación
de las monedas de peseta ha mermado drásticamente como consecuencia
de su pérdida de valor. Además de ser la moneda oficial en
España, la peseta es hasta hoy, junto al franco francés, la
divisa de Andorra. | ||