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Vladimir Milov, ex viceministro ruso de Energía: "Putin estaría en una posición negociadora mucho más débil si esperásemos sólo unos meses"

Es una de las voces del exilio más críticas con el régimen, en cuya cúspide estuvo a principios de los 2000. Denuncia la negociación de paz bilateral iniciada por Trump. "Él, Rubio y Heget están repitiendo las mismas palabras que Chamberlain cuando justificó su acuerdo con Hitler", afirma

El economista y político opositor Vladimir Milov, retratado en 2023 en Madrid.
El economista y político opositor Vladimir Milov, retratado en 2023 en Madrid.JAVIER BARBANCHO
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Hace un año, Vladimir Milov llegó a Bruselas en estado de shock tras la muerte en extrañas circunstancias de Alexei Navalny en una prisión ártica. Había sido asesor del líder opositor ruso, y antes colaborador del también crítico con el régimen putinianoBorís Nemtsov, y ninguno de los dos estaba ya vivo. El economista se dirigió con emoción al Comité de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo en recuerdo de su amigo. Reivindicó su causa en aquel momento de dolorosa orfandad. Y luego volvió a casa. Por supuesto, en el exilio. Por supuesto, junto a sus escoltas.

Milov (Kémerovo, Rusia, 52 años) acaba de pasar precisamente por la sede del Parlamento Europeo, en Estrasburgo, para analizar el estado de la economía de su país y de las medidas que podrían adoptarse en el Báltico para controlar mejor la flota en la sombra rusa. El hombre que a principios de los 2000 ejerció como viceministro de Energía y aconsejó a Putin el troceado de Gazprom es hoy una de las principales voces críticas con el Kremlin y mantiene activos varios canales de comunicación online. Eso sí, hasta ayer no publicó su primer mensaje del año en Instagram, precisamente a propósito del flujo de noticias relacionadas con la guerra de Ucrania. «No tengo tiempo para comentar todo lo que está pasando», admitió medio en broma el vicepresidente de la Free Russia Foundation.

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Imagino que durante su reciente visita tuvo la oportunidad de calibrar el estado de ánimo de los eurodiputados en relación a las negociaciones de paz entre EEUU y Rusia. ¿Cómo lo definiría? ¿Impotencia? ¿Traición?
No sé si estoy autorizado a revelar las conversaciones a puerta cerrada que se han mantenido fuera de la cámara, pero diría que en general no he percibido un sentimiento de traición. Me he reunido con miembros del Parlamento de diferentes grupos políticos y lo que sí he observado es un amplio consenso en que hay que seguir apoyando a Ucrania. Muchos confiesan estar horrorizados por las impactantes concesiones anunciadas por la administración Trump. No es lo que esperaban de Estados Unidos como aliado. Tal vez pase un tiempo antes de que Europa se dé cuenta de cómo tiene que responder porque, claramente, es necesario aportar grandes compromisos y recursos para llenar el vacío que EEUU está dejando. Y aquí es donde entramos en terreno delicado. Europa tiene que encontrar recursos para conseguirlo porque Occidente ha dependido de EEUU en exceso. Tuve algunas conversaciones al respecto, pero la fórmula sigue planteando una pregunta sin respuesta. Existe un alto grado de incertidumbre. También he escuchado una condena generalizada de las concesiones a Putin anunciadas por la administración Trump. Todos los ojos están puestos en el poder ejecutivo, en cuál va a ser la respuesta del Consejo y de la Comisión Europeos.
Rusia ha conseguido entablar conversaciones de paz directamente con Estados Unidos y relegar a Ucrania al papel de actor secundario. ¿Qué puede esperarse de estas conversaciones que dejan al país invadido y al resto de Europa fuera de la mesa negociadora?
Estamos hablando de algo peor que el modelo Yalta. Estamos hablando del modelo Múnich y, como sabe, sus consecuencias fueron mucho más catastróficas. EEUU tiene la potestad de cortar la asistencia militar o cualquier otra a Ucrania. Pero no puede dictarle lo que tiene que hacer, si debe seguir luchando o no contra la agresión rusa. Ni tampoco puede imponerle a otros países su criterio. Ucrania podría encontrar otros aliados que quieran reemplazar la ayuda estadounidense quizá no totalmente, pero sí al menos parcialmente.
¿Suscribe las críticas a Trump por su política de apaciguamiento?
Si escuchamos con atención lo que está diciendo el presidente, su secretario de Defensa, Pete Hegseth, y su secretario de Estado, Marco Rubio, nos daremos cuenta de que están repitiendo exactamente las palabras del primer ministro británico Neville Chamberlain para justificar su acuerdo con Hitler en 1938. Es una repetición precisa de los argumentos de Chamberlain contra la defensa de Checoslovaquia. Si recurriésemos a un modelo de lenguaje basado en IA, se vería de forma bastante evidente que Trump está utilizando el 100% del argumentario de Chamberlain.
¿El diálogo a dos bandas entre EEUU y Rusia, bendecido por China, evidencia que el mundo avanza hacia una imparable era neoimperalista?
Es cierto, se está produciendo un cambio importante en esa dirección. Putin y su círculo de asesores llevan promoviendo su visión ideal del mundo durante años. Mencionan el concierto de naciones del siglo XIX como alternativa a las reglas democráticas o a las fronteras mundiales que responden a las reglas establecidas tras el final de la Guerra Fría. Vyacheslav Nikonov es uno de los líderes clave del partido Rusia Unida en el gobierno de la región de Nizhni Nóvgorod. Además, es nieto de Molotov, que firmó el infame pacto con Ribbentrop en 1939. Nikonov ha escrito una serie de artículos para la revista Russia in Global Affairs llamada Back to the Concert, en la que hace referencia específicamente al concierto de naciones del siglo XIX. Que, básicamente, retrata a un puñado de potencias repartiéndose el mundo. Ésa es la alternativa que ve Putin a la dominación global estadounidense de las últimas décadas: un grupo de dictadores y sus respectivas esferas de influencia. Con el regreso de Trump a la Casa Blanca estamos volviendo rápidamente a un orden mundial que la Humanidad ya conoce y que terminó bastante mal, con dos guerras mundiales en la primera mitad del siglo XX. Que regresemos a ese orden mundial depende en gran parte de los ciudadanos del mundo libre y de lo determinados que estemos a plantarle cara. No solo hablamos de Ucrania, de Europa y de otros países democráticos, sino de los propios estadounidenses y de si van a aceptar que su líder tome súbitamente ese rumbo. En Estados Unidos hay muchas voces a favor de mantener el orden democrático basado en reglas. Veremos si son capaces de mantener una resistencia significativa.
¿El fin del aislamiento internacional -al menos, por parte de Occidente- de Putin debería debería haberle costado un precio más alto?
Está claro que la intención de Trump es perdonarle a Putin todos los crímenes de guerra cometidos en Ucrania. Pero pasar página es absolutamente inaceptable, porque eso se convertiría en un incentivo no sólo para Putin, sino para otros hombres fuertes agresivos. Verían que, si persisten en impulsar su agenda, estarían autorizados a tomar territorios o modificar fronteras por la fuerza. Es un grave peligro al que no deberíamos exponernos. Sin embargo, insisto, en las acciones de Trump se evidencia que no confía en el Estado de derecho internacional. Sólo confía en las transacciones y en los acuerdos personales suscritos entre líderes fuertes. Ésa es la cosmovisión soñada por Putin.

"Incluso sin Navalny, la esperanza de que Rusia se convierta en un país democrático y pacífico sigue muy viva"

Si no me equivoco, usted reside actualmente en Vilna. ¿Le preocupa que la validación de la posición de fuerza de Putin se materialice en una amenaza para Lituania, Letonia y Estonia a medio plazo? La ex primera ministra estonia Kaja Kallas, ahora jefa de la diplomacia europea, siempre ha defendido la consecución de la paz a través de la fuerza precisamente porque es consciente de cuáles pueden ser las intenciones del Kremlin. ¿Los países bálticos y Polonia son hoy menos seguros que ayer?
En efecto, ahora vivo en Lituania y estoy 100% seguro de que validar la conquista de territorio de Putin en Ucrania le hará ir más allá. No se trata de mi percepción o de la gente de los Estados bálticos, Polonia o Finlandia. Se trata de una intención expresada en repetidas ocasiones. Me sorprende que en Occidente no se preste demasiada atención a lo que Putin y su camarilla siguen diciendo públicamente para la audiencia rusa. No ocultan su intención de restaurar las fronteras del antiguo Imperio Ruso. Han mencionado incluso la intención de restaurar de alguna manera la influencia rusa sobre Polonia, Finlandia o Rumanía. Por no hablar de los países bálticos, que además son relativamente pequeños y sólo estarían parcialmente protegidos ante una hipotética invasión.
La economía rusa está dando señales de estar acercándose a un punto crítico después de tres años centrada en mantener el esfuerzo bélico y con el complejo industrial-militar prácticamente exhausto. ¿Las negociaciones de paz han llegado en el momento más oportuno para Moscú?
Sí, el giro brusco de la política de EEUU por parte de la Administración Trump hace que todo esto sea aún más desafortunado, porque llega en un momento en el que los recursos de Rusia se están agotando. En diversos frentes: recursos financieros, capacidades de la industria militar, mano de obra, etc. Si se hubiera producido sólo unos pocos meses más tarde, nos habríamos encontrado con una situación totalmente diferente en el frente, con las capacidades de Rusia para lanzar cualquier ofensiva mermadas y en una posición cuestionable para hacer frente a la contraofensiva de las fuerzas ucranianas, en caso de que tuviera lugar. Estamos viendo una pequeña muestra de esto en la región de Kursk, donde los rusos están siendo incapaces de recuperar las posiciones tomadas por Ucrania después de intentarlo durante varios meses. Kiev incluso lanzó allí una contraofensiva recientemente. El Fondo Nacional de Riqueza de Rusia (NWF), que ha servido de colchón, está ya casi vacío. A principios de este mes, quedaba menos de 40.000 millones de dólares, que más o menos equivale al déficit presupuestario de un año.
¿Entonces?
Rusia necesita aumentar el gasto militar en Ucrania, pero no tiene dinero para hacerlo. No dispone de liquidez para otro año de déficit. El gobierno no puede pedir dinero porque se encuentra aislado en los mercados financieros internacionales. En teoría, puede pedir internamente, pero no a la tasa de interés actual, porque con los rendimientos tan altos de los bonos del Gobierno están cerca del 17%. El gobierno gasta casi lo mismo en pagar las tasas de interés que lo que obtiene del mercado. En 2024, la deuda neta rusa fue casi cero porque recaudó cuatro billones de rublos, pero se vio obligada a pagar casi la misma cantidad en deuda e intereses. La única opción que le queda es la emisión de moneda, pero la financiación del déficit con emisiones llevaría a una mayor inflación. Inflación que, en gran medida, también es un producto de las sanciones internacionales. El Banco Central ruso sigue inyectando ingentes cantidades de dinero en la economía, apoyando la industria militar, supliendo la ausencia de importaciones... Pero la producción no puede seguir el ritmo porque está restringida por la falta de acceso al capital, a tecnología, etc. Así que sí, este es el momento en el que las sanciones internacionales empiezan a tener un impacto real. Esto hace que las acciones de Trump sean aún más lamentables. Putin estaría en una posición negociadora mucho más débil si esperásemos sólo unos meses.
Trump está interesado en disponer a toda costa de las tierras raras de Ucrania. ¿La aplicación de la mentalidad empresarial al ámbito de la geopolítica abre una puerta a un futuro donde prime lo económico sobre cualquier otro criterio?
Sí. De nuevo, se trata de una visión muy desafortunada por parte de Trump, porque supedita los principios del derecho internacional en la defensa de Ucrania a lo meramente transaccional. ¿Qué pasaría si Ucrania no dispusiera de estos recursos? Entonces, según Trump, estaría expuesta a que cualquier dictador vecino quisiera apropiarse de su territorio. Semejante mentalidad ilustra la falta de conocimientos básicos sobre cómo funciona lo relacionado con estos minerales, su producción y desarrollo. Imaginemos que usted suministra tierras raras a las grandes empresas tecnológicas. Tendría muchos lugares donde invertir en todo el mundo: China, Indonesia, Madagascar, incluso Groenlandia... ¿Por cuál se decantaría? ¿Por un lugar amenazado por la acción militar o por otro que tenga garantizada su seguridad? Seguramente, elegiría la segunda opción. Ucrania se encuentra en desventaja en este sentido. Y digo más: si EEUU rechaza la incorporación de Ucrania a la OTAN y las garantías de seguridad que conlleva su membresía, ¿cree que alguien decidiría invertir en un país así con semejante riesgo? Esto también demuestra que Trump tiene escasos conocimientos sobre el funcionamiento de esta industria. Sin las garantías de seguridad necesaria, es muy poco probable que Ucrania se pueda convertir en productor importante de tierras raras.
El presidente de EEUU exige que sus aliados de la OTAN aporten el 5% de su PIB. ¿Qué sacrificio tendrían que hacer países como España para alcanzar esa cuota?
Aquí debo decir que estoy de acuerdo con Trump. Con la amenaza militar por parte de potencias dictatoriales como Rusia, China y algunos países de Oriente Medio, vale la pena que los países democráticos gasten más en Defensa. No lo considero necesariamente una carga o un sacrificio. Miremos a Polonia, por ejemplo. Es el país que más gasta en Defensa de todos los miembros de la OTAN, más del 4 % de su PIB. Polonia no se encuentra en apuros económicamente, ni mucho menos. Disfruta del período más largo de crecimiento ininterrumpido del PIB en décadas. Logró mantenerlo incluso durante la crisis de la eurozona y lo hizo mucho mejor que la mayoría durante la crisis pandémica. Además, hay una forma de lograr que la economía se beneficie de esta inversión: mediante la transferencia de tecnología del sector militar al civil. En el caso concreto de España, se ha quedado rezagado. Está por debajo del 2% del PIB, lo que no se corresponde con las volátiles circunstancias actuales. Tal vez España no esté en peligro de ser atacada, pero hay aliados que sí lo podrían estar y que requerirían en tal caso una asistencia importante -incluso militar- para mantener el orden internacional basado en reglas del que España también se beneficia. Por lo tanto, y volviendo a mis conversaciones en Estrasburgo, diría que en este asunto existe un mínimo consenso entre los trumpistas y los representantes de países democráticos escépticas respecto a las intenciones de Trump.
¿Qué queda hoy en Rusia de la visión política de Navalny?
Navalny propició un clic muy importante en la mentalidad rusa. Antes de que emergiera como líder político, los rusos que deseaban vivir en un país democrático pacífico e integrado en el mundo civilizado se consideraban a sí mismos una minoría. Pensaban que Rusia nunca podría lograrlo, que siempre sería una especie de imperio autocrático arcaico. Navalny, con su campaña presidencial de 2018 y con su posterior popularidad en la sociedad rusa, despertó en millones de rusos la ilusión de que una Rusia diferente era posible. Observé de cerca esa transformación. Fue un cambio importante en el pensamiento de millones de personas, una especie de gran despertar de la nación rusa. Varios millones de rusos siguen muy de cerca nuestras emisiones en el exilio. Las cifras que maneja el equipo de Navalny indican que tenemos más de 20 millones de espectadores habituales en Rusia en nuestros canales de YouTube. Es un número bastante significativo de seguidores, sobre todo teniendo en cuenta que dichas emisiones están prohibidas. Están consideradas contenido extremista sancionable por la ley rusa, pero la gente sigue viéndolo. Eso significa que incluso un año después de la muerte de Navalny, la esperanza de que Rusia se convierta en un país democrático y pacífico sigue muy viva.