Una vez me hice una foto con Raúl. Si le preguntaran a Raúl si conoce a un tal David Mejía, Raúl diría que no, y la publicación de la foto no lo desmentiría: para un hombre de fama, posar junto a alguien casi nunca significa conocerlo. Tras la exclusiva de EL MUNDO, el departamento de propaganda de Moncloa intenta convencernos de que la foto de Víctor de Aldama con Pedro Sánchez es como la mía con Raúl: otro anónimo que se hace fotografiar junto a un famoso. El argumento sería verosímil si Sánchez no se hubiera negado cien veces a responder si conocía al anónimo. Porque si es verdad que la única vez que Sánchez y Aldama se cruzaron fue en aquel posado, si Aldama sólo era un fan entre tantos, es lógico que el presidente no lo recordara; en ese caso, la respuesta natural habría sido decir que no lo conoce. Pero Pedro Sánchez prefirió no responder. Y es su ambigüedad lo que carga de sospecha la fotografía; quien elige la ambigüedad por encima de la verdad es porque cree que la verdad le perjudica. ¿No sería sospechoso que Raúl se negara a responder si conoce a un tal David Mejía? ¿Y que respondiera que no sólo tras la publicación de la foto?
Puede ser que Sánchez no conozca a Víctor de Aldama, pero esta versión tampoco dibuja un escenario prometedor para el presidente. Teniendo en cuenta que Aldama fue intermediario en el caso Delcy, contratista del Estado durante la pandemia, mediador en el rescate de Air Europa y mullidor del patrocinio de Wakalua al centro que dirigía su esposa, lo indignante sería que Sánchez no lo conociera. Sería un descuido impropio de un dirigente serio.
El hombre engominado se paseaba por las zonas de acceso restringido en sus mítines. Tenía línea directa con el partido del que es secretario general y con ministerios del Gobierno que preside (con algunos hizo negocio durante la pandemia). El hombre engominado intervino para evitar un supuesto conflicto diplomático con Venezuela y en el rescate de una empresa estratégica, que decidió -de nuevo- el Gobierno que preside. El hombre engominado se reunió con su mujer y medió para inyectar dinero en su África Center... Y la versión oficial es que el presidente no sabe absolutamente nada del hombre engominado.