Miércoles, 19 de agosto
de 1998

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Yo mi ordenador
Según un estudio realizado por la Universidad
Norteamericana de Pittsburg el 14% de los universitarios norteamericanos
podrían ser adictos a Internet
OLALLA CERNUDA
Para muchas personas el suave ronroneo del módem y los destelleos
de la pantalla del ordenador son incluso más atractivos que los encantos
sexuales que pueda tener su pareja. De hecho pasan muchas más horas
con su PC o su Mac que con su media naranja. Incluso en Estados Unidos empiezan
a darse casos de peticiones de divorcio argumentadas en la adicción
a Internet de uno de los miembros de la pareja. Y hace un año una
mujer perdió la custodia de sus hijos por este preciso motivo: pasaba
más horas con sus amigos cibernéticos que cuidando de sus
hijos de carne y hueso.
La adicción a Internet nunca se ha considerado un problema "serio"
pero cada día son más las personas que confiesan que no pueden
dejar de navegar. Y a los poco aficionados al mundo de la informática
les puede parecer que se trata de una excentricidad más de jovencitos
imberbes aspirantes a piratas informáticos, pero el abanico de personas
afectadas por este mal va mucho más allá.
Según un estudio realizado por Kimberly Young, profesora de la
Universidad de Pittsburg-Bradford y fundadora del Centro
contra la Adicción a Internet, ésta se sitúa en
la misma categoría de enfermedades que las adiciones al alcohol,
a las drogas, al tabaco, al juego o al hurto. Las personas aquejadas de
esta dolencia han tenido serios problemas en todos los aspectos de sus vidas:
matrimonios fracasados, despidos laborales, fracaso escolar... y todo debido
a la cantidad de horas que pasan frente al ordenador navegando por la Red.
Según el estudio realizado por Young (cuyas conslusiones están
publicadas en el libro Caught in the Net: How to Recognize the Signs
of Internet Addiction ) las personas más propensas a contraer
esta "enfermedad" son los estudiantes universitarios (el 14% de
la población universitaria estadounidense cumple los criterios para
ser considerados "webadictos") y las amas de casa de mediana edad.
En estos casos Internet supone una forma de entrar en contacto con otras
personas sin tener que dar datos reales de su edad, profesión, sexo
o raza, y de esta forma se sienten más desinhibidos para iniciar
una relación o una amistad.
En Estados Unidos el problema comienza a ser preocupante y es de suponer
que, como casi todo, se trasladará a Europa en breve. Que si "mi
marido tuvo amantes que conoció a través de Internet y por
eso le maté", o bien "pues mi marido no me hacía
el más mínimo caso, estaba enamorado de su ordenador y la
conexión a Internet". Los abogados especializados en divorcios
se frotan las manos ante la avalancha de casos que se esperan en los próximos
años provocados (hay que aclarar que Internet no suele ser el único
causante de una ruptura, pero sí puede ser la gota que colma el vaso)
por el auge del ciberespacio..

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