El próximo domingo 23 de marzo, el Casino de Madrid volverá a acoger el concurso de vino más influyente del sector, el Premio Vila Viniteca de Cata por Parejas. En esta 17ª edición, la organización ha decidido ampliar hasta 135 parejas concursantes e incrementar la dotación a 50.000 euros. "Tras agotar las inscripciones en tres minutos nos dimos cuenta de que la lista de espera era más larga que la de registrados", explica Quim Vila, artífice del certamen y propietario de Vila Viniteca junto a Siscu Martí. "Por eso, decidimos aumentar excepcionalmente en 15 parejas más el número de participantes, y subir 10.000 euros más en premios". La dotación de este 2025 se reparte así: 35.000 euros para la primera pareja clasificada, 10.000 euros para la segunda y 5.000 euros para la tercera.
Se trata del concurso de cata a ciegas más prestigioso del sector, tanto a nivel nacional como internacional. Y también el que más revuelo genera a su alrededor. La razón es el altísimo nivel de dificultad y la excepcional calidad de los vinos presentados. En él participan personas de todas partes del mundo y ganarlo puede suponer una plataforma muy importante a nivel profesional, además de la retribución económica, que cada año es más elevada.
Esta edición, el certamen acogerá a catadores de siete nacionalidades diferentes que se han preparado durante meses para poder aspirar a ganar esta competición. Las 135 parejas probarán siete vinos en la Fase Clasificatoria. Y solo diez parejas pasarán a la Gran Final, donde se catarán siete vinos más. Las tres parejas que más características acierten de cada uno de los vinos seleccionados (en el más estricto secreto) serán las ganadoras.
Para sumar puntos, de cada vino, las parejas de cata deben descubrir el país, la zona de origen, la Denominación de Origen, las variedades de uva, la añada, el elaborador y la marca. Toda una proeza digna de unos catadores con una sensibilidad especial. Pero también de un entrenamiento específico. "Por un lado, hay que preparar la parte organoléptica, entender muy bien a qué sabe y a qué huele cada zona del mundo, entender la variedad en sus diferentes formas, y luego también, en este concurso, se trata de conocer a productores concretos, tener esa memoria olfativa bastante fresca", explica Boris Olivas, sumiller y ganador junto a Alberto Ruffoni (catador de la Guía Peñín) de la 14ª edición del Premio Vila Viniteca de Cata por Parejas, celebrada en marzo 2022, después del parón pandémico de 2021.
"Es algo completamente autodidacta, los libros no te explican nada sobre esto, es un trabajo que tú tienes que definir y Alberto y yo llevamos ya muchos años haciendo, lo cual es una gran ventaja a la hora de participar juntos en el concurso", añade Olivas. Pero el conocimiento teórico también es importante. "Hay que saber muy bien qué variedades hay en cada zona, cómo se usan, qué tipo de estilos de vino se elaboran, qué productores importantes existen allí... Todo influye".
Para ganarse un sitio en el podio de este concurso hay que catar, leer y estudiar. Esa es la mejor forma de prepararse. Y llegado el momento de la verdad, no hay trucos ni técnicas infalibles. "Intentamos mantener un equilibrio entre intuición y método, anotando lo primero que se nos viene a la cabeza y luego analizando el vino en profundidad", comenta Ruffoni, actual campeón del Spanish Wine Master de Ramón Bilbao. "Nos resulta muy útil ver cómo va cambiando el vino en la copa, escribir todo el proceso y aquello que podría ser para tenerlo en cuenta en la decisión final; aunque, muchas veces, nos quedamos con la primera opción".
Los peligros de la noche anterior
"Las horas previas son cortas y divertidas, porque la noche anterior suele ser movidita. Como nos reunimos muchas amistades y colegas en la misma ciudad, a menudo quedamos para entrenar y esa noche tiene sus peligros", dice Alberto Ruffoni. "Si trabajas en hostelería, les recibes en tu local con más ajetreo de lo normal; y si libras o te dedicas a otra cosa, se te puede olvidar poner freno a tiempo. La mañana del concurso encuentras rostros que dan buena cuenta de ello".
Lo peor que puede pasar el día del concurso
"Que se te olvide poner tu número identificativo, que es como si se te olvida poner el nombre en el examen, y esto nos pasó a Alberto y a mí hace un par de años", recuerda entre risas Boris Olivas. "Aunque nos conocían, no se enrollaron. Directamente nos descalificaron".
"Obviando imprevistos que impidan llegar al concurso, que uno de los integrantes de la pareja de cata pierda el olfato es de lo peorcito que puede pasar el día del concurso", añade su compañero de cata. "Pero como es un trabajo de equipo, si tu colega está en plenas condiciones, puedes concentrarte en el sabor del vino y aportar mucho, sin que los aromas te confundan. Ahora, si pierdes también el gusto por algún asunto de salud o si ambas personas estáis afectadas, te queda solo la vista, y sí que te enfrentas a la peor situación posible".
El vino más difícil de identificar
"La cata a ciegas tiene un componente muy importante de suerte, depende mucho de cómo estés ese día. Quizá lo más difícil es mantener la calma y creer siempre en la primera impresión. Cambiar las cosas a última hora siempre suele ser un error", defiende Pilar Cavero, sumiller y crítica de vinos de ABC, que junto a Rosa Molinero forman una de las pocas parejas femeninas del certamen. "Los espumosos son los más complicados a la hora de catar a ciegas, son los más engañosos", puntualiza.
Santi Rivas, líder de Colectivo Decantado, que presume de tener un palmarés de un tercer puesto y dos finales en este concurso, está de acuerdo con su compañera. "Normalmente nos ponen el mini juego de saber si es champán o cava, Francia o España, y aquí es muy difícil desafiar la estadística fallando. Los blancos también son especialmente difíciles, porque al poco que tenga algo de crianza se homogenizan mucho, la variedad se pierde. O los dulces con botritis, que hay muchos lugares en los que se hacen y todos saben a botritis".
Trucos y manías
"El concurso empieza por la mañana. Hay mucha gente que prefiere no desayunar para que no influya en la cata, pero nosotras no tenemos manías especiales", explica Cavero. "Intentamos no utilizar perfume ese día, aunque en realidad yo no uso nunca desde que me dedico al vino. La clave está en confiar en la primera impresión, en tu pareja, comunicarte bien y disfrutar".
Recomendaciones para principiantes
"Mi consejo para alguien que se vaya a presentar por primera vez es muy básico, pero curiosamente, no he visto a nadie que lo haga, y es tomar nota de los vinos", propone Boris Olivas. "Cuando catas un vino a ciegas es esencial describir el vino en profundidad y apuntar cómo va cambiando en la copa. También ayuda tomar nota del proceso deductivo, de cómo has llegado a una u otra conclusión. Todo esto es tremendamente útil a la hora de estudiar y entender después dónde falla tu razonamiento".
"Que descansen, se hidraten y den tiempo a los vinos para atemperarse y respirar", aporta Alberto Ruffoni. "Y sobre todo que se relajen y disfruten, que la competición no les haga olvidar que esto es solo un juego. Los sentidos y la memoria no funcionan igual cuando están muy mediados por la lógica y la razón; y que hay que relajarse un poco para que lo inconsciente haga su parte. Si esto no es lúdico y divertido, no merece la pena".
"Practicar, juntarse con amigos, probar muchas cosas, tener calma y confianza el día del concurso, y un poco de suerte, que nunca viene mal", añade Pilar Cavero. "Y hacer pis antes de empezar el concurso porque luego no puedes ir al baño", concluye Santi Rivas. "Se te puede complicar mucho la cosa por esa aparente tontería".