Siempre utilizaba la misma técnica: vigilaba los centros de mayores en busca de posibles presas, todas mujeres, a las que desvalijar. Pero la Policía Nacional ha puesto fin, al menos por el momento, a las fechorías del delincuente, paraguayo de 33 años, que cometía estos asaltos.
Tras seleccionar a sus objetivos, los seguía hasta su portal y, utilizando gran violencia, les arrancaba de un tirón sus pertenencias, principalmente joyas de oro, que llevaban colgadas en sus cuellos. Las arremetidas eran tales que, en alguna ocasión, las víctimas cayeron al suelo llegando a sufrir lesiones.
Las pesquisas policiales comenzaron a finales de este pasado enero cuando las autoridades tuvieron conocimiento de un atraco con fuerza ocurrido en el distrito de Usera: una mujer mayor manifestaba haber sufrido un tirón, con el que sustrajeron su cadena de oro, a las puertas de su edificio. Durante febrero se produjeron otros tres robos más, con las mismas características, lo que hizo pensar a los investigadores que se trataba de un mismo delincuente.
Las indagaciones llevaron a los agentes hasta dos establecimientos de la capital donde se compraba y vendía oro. Allí recuperaron varias joyas sustraídas de las ancianas que habían presentado denuncia. Asimismo, descubrieron que el joven paraguayo, en alguna que otra ocasión, utilizaba a otra persona para que figurase como titular de la venta. Finalmente se pudo comprobar que en el año 2024 había vendido hasta un total de 16 piezas de oro, por las que obtuvo un beneficio de 3.600 euros.
Por tales hechos, una vez identificado este varón, se estableció un dispositivo que culminó con su detención, como presunto responsable de cuatro delitos de robo con violencia. Tras su paso a disposición judicial, se decretó su inmediato ingreso en prisión.