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Olvidado rey zulú

Misuzulu kaZwelithini: el gran culebrón de la tercera boda del polémico y rico rey zulú

Los deseos de casarse de nuevo del monarca sudafricano pueden irse al traste por la denuncia de 'bígamo' interpuesta por su primera mujer y todavía reina

El rey zulú Misuzulu KwaZwelithini y su esposa, la reina Ntokozo Mayise
El rey zulú Misuzulu KwaZwelithini y su esposa, la reina Ntokozo MayiseGETTY
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¿Habrá enlace o no lo habrá? La primera boda real del año en todo el planeta está fijada para este fin de semana. Y, sin embargo, al cierre de esta edición de LOC resultaba imposible confirmar si se acabará produciendo dado que lo que tendría que ser un feliz acontecimiento para sus protagonistas y sus súbditos se ha convertido en un auténtico culebrón que podría competir con los enrevesados guiones de las telenovelas turcas o venezolanas.

El protagonista es Misuzulu kaZwelithini (50 años), polémico y muy rico rey de los zulúes, quien había previsto desposarse este domingo, por tercera vez, con la joven Nemzamo Myeni, llamada a convertirse en la nueva soberana consorte del pueblo zulú. Pero la paz y armonía entre los tortolitos se truncó con la decisión de la primera esposa del monarca, la reina Ntokozo kaMayisela, de demandar preventivamente a su marido ante la Justicia con el fin de evitar que la boda pueda llegar a celebrarse.

Vayamos por partes. El rey Misuzulu se casó con Ntokozo -su pareja desde hacía muchos años y madre de dos hijos- en 2021, cuando él no era aún sino un príncipe más de la extensísima familia real zulú -uno de los 28 hijos del entonces rey Goodwill Zwelithini, figura carismática que ocupó el trono durante más de medio siglo-. Y aquel matrimonio se consagró por el Derecho civil vigente en Sudáfrica.

Unos meses después, poco antes de su coronación, el rey Misuzulu contrajo segundas nupcias, aunque esta vez sólo por la tradición consuetudinaria, con la reina Nozizwe Mulela-Zulu, de la que se separó enseguida. De esa segunda mujer, originaria de la vecina Eswatini, se sabe poco, y hoy ocupa un importante cargo en la banca estatal de su país de origen.

El rey zulú y Nomzamo Masesi Myeni, su futura tercera esposa
El rey zulú y Nomzamo Masesi Myeni, su futura tercera esposaGETTY

El problema llegó con el deseo del rey de casarse por tercera vez, ya que su decisión ha venido acompañada de otra de calado, la de tratar de divorciarse de su primera esposa. Y ésta, hecha una furia, no dudó en acudir al Tribunal Superior de Pietermaritzburg para denunciar que si su esposo se da el sí quiero este fin de semana estará cometiendo grave delito de bigamia. El juez que asumió el caso desestimó a principios de semana la demanda de la reina, esgrimiendo dos argumentos: el primero, que si ya permitió al monarca en el pasado tener más de una mujer, podía entenderse que ese consentimiento alcanza a esta nueva boda; y, el segundo, que los abogados del rey se negaron a confirmar ante el tribunal sus planes maritales, lo que ha llevado a la prensa local a especular con que Misuzulu se haya echado finalmente atrás y ya no vaya a haber boda.

Cabe subrayar que en Sudáfrica está prohibida la poligamia cuando se trata de matrimonios civiles, pero las leyes de la nación sí permiten contraer varios matrimonios consuetudinarios, algo muy extendido en comunidades como la zulú.

Mientras intenta por todos los medios aguarle la fiesta cuanto pueda a su esposo, la reina Ntokozo, al más puro estilo Bárbara Rey, ha denunciado públicamente que teme por su vida y por la de dos de sus hijos, a quienes el divorcio de sus padres podría complicarles en un futuro sus derechos sucesorios al trono.

Para saber más

La llegada al trono del actual rey zulú ha estado rodeada de toda clase de controversias. Todo comenzó con el deceso, en marzo de 2021, del mencionado rey Goodwill Zwelithini. Siguiéndose la ancestral tradición, a su muerte ascendió a la regencia su esposa principal, la reina Shiyiwe Mantfombi Dlamini. Pero todo saltó por los aires cuando ésta perdió la vida apenas un mes después, en medio de rumores de envenenamiento que nunca pudieron ser demostrados.

Palacio proclamó entonces como rey a Misuzulu kaZwelithini, primogénito de la regente, quien en su testamento dejó establecido que era a quien había nombrado como su sucesor Goodwill Zwelithini. La decisión no fue, sin embargo, aceptada por varias de las esposas que éste llegó a tener, ni por algunos de sus 28 hijos. Comenzó así un rocambolesco juego de tronos que ha llevado a varios miembros de la familia real a presentar demandas en los tribunales para impugnar el testamento de la reina regente y, con ello, arrebatar la corona al monarca. Esas demandas y las apelaciones no están aún resueltas. De hecho, se espera que la Justicia se pronuncie en las próximas semanas.

Pero, pese al monumental lío, en noviembre de 2022 Misuluzu fue coronado en una impresionante ceremonia celebrada en el estadio de fútbol de Durban. El presidente de la República sudafricana, Cyril Ramaphosa, le entregó en aquel acto el diploma ceremonial por el que el Gobierno le reconocía como rey de derecho.

La Constitución sudafricana de 1996 institucionalizó los reinos tradicionales que integran el país, una nación-caleidoscopio de etnias, culturas e idiomas, como casi todo el continente. La zulú es la comunidad étnica más importante de Sudáfrica, con unos 12 millones de ciudadanos, de un total de 60 millones de habitantes. La mayoría viven en la provincia de KwaZulu-Natal.

La familia real zulú controla el Ingonyama Trust, una corporación que gestiona el 30% de todas las tierras cultivables del territorio, dirigida, al menos sobre el papel, a que los beneficios mejoren las condiciones de vida de los zulúes. Y, como todo en el reinado de Misuluzu está siendo controvertido, las pasadas navidades se despachó despidiendo a los miembros del Consejo de Administración de la corporación, en una decisión con visos de ilegalidad, a lo que unió el cese de su primer ministro tradicional. Los expertos subrayan que el monarca siente que todo son conspiraciones a su alrededor y que ya no sabe en quién confiar.

Al parecer, el pobre Misuluzu se quedó prendidamente enamorado desde hace unos dos años. La joven trabajaba en una sucursal de Nedbank, uno de los grandes bancos del país, en la ciudad de Jozini. A principios del año pasado, desde Palacio se anunció el matrimonio. Y, en mayo, tuvo lugar la lobola, la costumbre local por la que el novio otorga una dote a modo de precio de su nueva esposa. Se estima que Misuluzu habría ofrecido 15 vacas y una considerable suma económica a la familia de su futura mujer.

Todo lo celebraron con imágenes difundidas en las redes en las que se ve al rey y a su novia felices y relamiéndose con el sabor a perdices. Pero ahora es una incógnita si el domingo cortarán la tarta nupcial tras la prevista ceremonia tradicional por el rito de la Iglesia Bautista de Nazaret, que amalgama ritos y creencias tradicionales zulúes y cristianos. El culebrón promete nuevos capítulos.