- Telecinco Gran Hermano, contra las cuerdas tras la confesión inesperada de un concursante: "Puta vergüenza"
Para todos estratega, para algunos en exceso. Ruvens (29) como concursante de Gran Hermano ha despertado el sentimiento más primario de los espectadores: o lo aman o lo odian. No es (en términos televisivos) un mueble. Él se define como un "agitador de la casa".
En la casa no ha hablado mucho de sí mismo. Suele esperar a que lo hagan los demás. Solo se abrió en la curva de su vida, el espacio creado por el programa para que los concursantes cuenten las partes más lacrimógenas de su existencia. No la hizo como Ruvens sino "como Rubén".
De Ruvens se sabía que es de Albacete, aunque vive (y le encanta) Barcelona y que no cumple con los prejuicios de los que sueñan con entrar a Gran Hermano (literal, en la primera gala aseguró que era uno de sus sueños): estudió Ingeniería Mecánica y Cinematografía.
Decidió que quería estudiar cine como un premio, había salido de una depresión y la ciudad tuvo mucho que ver: "Estando lejos empiezo a trazar una nueva vida, empiezo a vivir en libertad estando en una ciudad muy abierta de mente. Yo también soy bastante abierto de mente, y si antes podía tener unas preferencias de X, ahora puedo tenerlas de X y de Y. Yo pienso que en la vida a mí lo único que me ha jodido es tenerme que encasillar. Me puede dar igual estar soltero, casado, teniendo sexo con Pepa, con Pepe, no teniendo... Toda mi vida he sido muy cambiante, no sé que será de mí el día de mañana", confesó en su curva de la vida.
En aquel programa explicó que se ha sentido el rarito toda su vida; que creció en una familia de clase media y que cada miembro era lo que se esperaba de ellos, "todo el mundo es perfecto e ideal".
Mayor de dos hermanos, su etapa escolar fue la peor de su vida: "Me cuesta ver las fotos, Súper", dijo con lágrimas en los ojos. "Estaba en el colegio y ahí era todo prácticamente horrible. He estado un montón de años, hasta que cambié al instituto, en los que me pegaban a diario. Sobre todo eran insultos: bicho raro, nenaza, maricón. Me han llegado a coger el pelo y cortármelo delante de todo el mundo para hacerme sentir en ridículo".
Vivió lo que supone tocar fondo pero también aprendió a vomitar lo que sentía: "El toro por los cuernos. El día en el que solté todo y me vacié, me di cuenta de que era la cosa que más me gustaba del mundo. Ese gesto de honestidad se convirtió en sincericidio y es algo que con el tiempo he ido puliendo".
En sus peores momentos entendió la huída como opción: "Consigo irme hacia Italia y por primera vez siento que tengo un grupo de amigos perfecto". Cuando volvió a Albacete entró en una ligera depresión, de la que le salvó el cine.
Otro de sus momentos clave, que forma parte de los picos más altos de su curva, fue durante la primera semana de septiembre. Cumplió el deseo de entrar a Gran Hermano y su llegada se anunció en Times Square. Aquel día ya se definió como un culo inquieto, aseguró que movería la casa.
Su destino se verá esta semana. El jueves pasado el público le expulsó y está en proceso (con otros cuatro concursantes) de que le elijan como repescado. La decisión de los espectadores se llevará a cabo este jueves. En X se lee de todo: algunos aseguran que "se aprovecha" de su relación con Óscar (aunque le repite siempre que no le gusta), otros le señalan como topo de la edición. Un elegido del programa.
Esta teoría saltó una vez él ya estaba fuera de la casa. Su amigo Edi, sin darse, lo señaló: "Cuando yo supe que existía esto, hace ya unos meses, por parte de Ruvens, cuando lo comentó... Buf, pensé, 'vaya marronazo para quien le toque eso". Se refería al poder de expulsión directa, que le tocó a Edi y que nunca se había hecho en Gran Hermano, tal y como ha señalado EL MUNDO.
"Quedémonos con las caras de Ruvens al escucharlo y con las de después dirigidas hacia algunos de los colaboradores. Caras de 'tierra trágame', caras de 'me han pillado con el carrito del helado', caras de 'me han cazado'", ha escrito sobre el momento la periodista Esther Mucientes. Por muy fan que sea, es una novedad en el programa que no podía adivinarse, ni con bola de cristal.