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la Infanta Sofía entra con su hermana en el taller de Jaume Plensa en Sant Feliú de Llobregat. Siguen ambas atentas a la explicaciones del escultor y de pronto llegan a una zona del estudio donde hay ordenadas letras del alfabeto en distintos idiomas confeccionadas en un material metálico. Sofía, mucho menos encorsetada por el protocolo que Leonor, coge algunas piezas en árabe y se pone a componer su nombre y el de la Princesa.
Esta anécdota, desvelada por el escultor a Vanitatis, refleja el carácter de la segunda en la línea de sucesión. Sofía de Borbón y Ortiz, Infanta de España, alcanzará la mayoría de edad el próximo 29 de abril. Lo hará en Gales, donde ultima ya los exámenes finales de su etapa escolar. Y los fastos por sus 18 años estarán marcados por la discreción y el silencio que diferencia, por primera vez de forma patente, los distintos papeles de Leonor y Sofía.
No se distribuirán instantáneas oficiales de la Infanta, que ha estado en Madrid pasando la Semana Santa en familia. Tampoco habrá concesión de condecoraciones ni una fiesta privada en el palacio de El Pardo, como sucedió cuando Leonor alcanzó su mayoría de edad. Si Sofía ha celebrado en España su cumpleaños, no ha dejado rastro. En Gales, sus amigos del internado, donde está disfrutando de estos dos años de anonimato, lo festejarán con ella. Pero es difícil que ningún miembro de la familia pueda acudir ese mismo día a festejar. Los Reyes tienen previsto estar el martes en Jaén, pues se celebran 1.200 años de la fundación de la ciudad. Y Leonor deberá conectarse a un teléfono satelital si quiere felicitar a Sofía, pues en ese momento se encontrará en algún punto del Océano Pacífico, navegando en dirección Norte hacia panamá.
Ya se han escrito decenas de artículos sobre su gusto por los deportes, su afición por las carreras STEM (ciencias, tecnologías y matemáticas) y su carácter curioso y extrovertido. Pero estos rasgos tan repetidos quizá se puedan justificar con anécdotas. De los deportes, la Infanta tenía buen toque con el balón de fútbol, pero también ha destacado en voleibol, deporte que entrenaba con un equipo en el centro de Madrid sin participar en la liga oficial, para no verse expuesta. Además de practicar, la Infanta ha visto mucho fútbol con su padre, cuando era más pequeña y el Rey aún era Príncipe, juntos se sentaban a ver algunos partidos, costumbre que los estudios y provocaron que dejaran de hacer. Sin embargo, la Infanta ha podido acompañar a su padre a estadios en partidos clave. Lo hizo por primera vez en 2016 en la final de la Champions que enfrentó al Real Madrid contra el Manchester City y desde entonces lo ha repetido en varias ocasiones, incluyendo la final del Mundial de Fútbol que ganó la selección española, con Alexia Putellas como capitana.
Del mundo tecnológico, el interés tiene parte genética y otra incentivada por sus padres. Lo familiar le viene por la rama paterna, pues a Don Felipe también le interesó de pequeño la física y la astronomía, como a la Reina Doña Sofía. Lo práctico, por el colegio. Los Reyes, conscientes de la brecha de género que hay en las carreras STEM, han apuntado a sus hijas a extraescolares como robótica desde pequeñas, asignaturas por las que la Infanta mostró destreza e interés. Como su hermana, es políglota y domina el inglés, el árabe y el francés. Eso de los estudios de chino mandarín de ambas jóvenes se quedó en una cosa de los primeros años y no se profundizó.
Felipe VI ha dispuesto que la Infanta no trabaje en ninguna actividad privada, dedicará su vida a servir a la Corona
Lo último, su carácter extrovertido y curioso, se ilustra con muchas anécdotas cuando ya no hay cámaras. La Infanta entabla relaciones de cercanía sincera con el equipo de seguridad que vela por su bienestar. Siempre pregunta por ellos y les dedica tiempo. Sofía despierta simpatías entre los trabajadores por su forma de ser desde pequeña.
Aunque su madre les intenta inculcar gustos culturales más elevados, incluso les organiza encuentros con jóvenes influyentes que dedican su vida a cambiar el mundo a través de sus carreras, tanto Leonor como Sofía tienen gustos culturales de su edad. Escuchan a Harry Styles y también a Billie Eilish. Una vez, visitó El Hormiguero para conocer a Chris Hemsworth.
Pero la relación más especial es la que le une a su hermana, la Princesa de Asturias. Los primeros 18 años de su vida la educación que han recibido ha sido exactamente igual. Acudieron al mismo colegio y sorprendió a muchos cuando Zarzuela informó de que la Infanta cursaría Bachillerato en el UWC Atlantic college de Gales. El centro donde terminó esos estudios su hermana. Fue una decisión tomada junto con sus progenitores para que la etapa escolar de las dos jóvenes terminara con el mismo nivel.
Sus caminos se separan con la formación universitaria. Como publicó hace meses EL MUNDO, nunca estuvo sobre la mesa una educación castrense para la Infanta. Sofía ha realizado varias aplicaciones a universidades, tanto en España como en el extranjero, pues con el Bachillerato Internacional no necesita realizar ninguna prueba de acceso más. También se ha barajado un gap year o año sabático, como hacen otros príncipes europeos. Se plantea como un tiempo en el que la Infanta pudiera conocer otras realidades y formar con más criterio la decisión de lo que quiere estudiar.
Porque Sofía no es tan libre como pareciera. Cuando Felipe VI llegó al Trono, decidió que los miembros de la Familia Real no podrían tener ninguna ocupación que no fuera dedicarse a la institución. Eso, sumado a lo pequeña que es la Familia Real en estos momentos, provoca que la Infanta deba formarse en algo que le guste, pero que también le proporcione conocimientos del funcionamiento de España, porque esa va a ser su dedicación laboral las próximas décadas.
La Infanta deshoja ahora la decisión sobre un futuro que Zarzuela comunicará en las próximas semanas. El próximo 24 de mayo se celebra su graduación en Gales. La idea de los Reyes es acudir a la cita, como hicieron cuando terminó la Princesa de Asturias. Ese día coincide con la toma de posesión del presidente de Ecuador, cita que Don Felipe no suele perderse, pero aún no se ha confirmado su asistencia. También, ese mismo día el velero de instrucción Juan Sebastián de Elcano partirá desde Puerto Rico tras realizar allí una escala de cinco días. La guardiamarina Borbón, por tanto, se perderá también la graduación de su hermana, aunque podrá seguirla a través del streaming del colegio, pues pese a la distancia ambas siguen muy pendientes de los logros de la otra.
La unión de Princesa e Infanta es palpable no sólo cuando hay cámaras. Se buscan, se agarran del brazo o de la mano y se dedican confidencias. Sofía conoce los discursos de su hermana, muchas veces es, junto a la Reina Letizia, el primer crítico de las alocuciones, ante las primeras con los que ensaya hasta un punto que la Infanta llega a aprenderse de memoria lo que va a decir ante el público Leonor.
Las hermanas llevan meses sin verse, nunca han estado tanto tiempo sin coincidir los cuatro, desde Navidad. La Princesa de Asturias no ha vuelto a España en Semana Santa por sus obligaciones como guardiamarina de primero, embarcada en Elcano. Su hermana regresará de Gales a principios de junio, y aprovechará para realizar algún viaje con amigos.
Será entre el 10 de junio, cuando Leonor regrese del crucero de instrucción, y la semana siguiente, cuando se embarque en una fragata de la clase F-100; el momento en el que se reunirán. Esos días serán de familia y trabajo. Leonor permanecerá cerca de un mes en el buque de guerra y después se reintegrará con sus compañeros de Elcano para volver a Marín, donde asistirá, el 16 de julio, a la entrega de despachos. Desde ese momento, empezarán dos semanas de apretada agenda. Tras los fastos en Marín, la familia reaparecerá junta en Barcelona, donde la semana siguiente se entregarán en el Liceo, los premiosPrincesa de Girona. Casi desde allí, empacarán las maletas para marcharse a Palma, donde una vez más participará don Felipe en la Copa del Rey, la incógnita es si la Princesa hará lo propio.
Será un verano especial para la Infanta, el primero como mayor de edad. Los días que pasan en Marivent, en torno a una semana, suelen invitar a amigos y sus padres alquilan un barco días sueltos para que salgan a navegar con privacidad. Unas vacaciones en las que la Infanta exprimirá los 18 años.
El deporte, el centro de su agenda
Aunque las materias en la que se especializará la agenda pública de la Infanta Sofía aún no se pueden determinar, parece que el deporte, en el que anteriormente se centró la Infanta Elena, toma un peso especial en sus apariciones. Su debut sola con su padre fue en un partido de fútbol, ha acompañado a su padre a finales de Champions y de la Copa del Rey, también ha estado con su madre en la final del Mundial en Australia. Además, junto a la Princesa Leonor pasó varios días en París apoyando a los deportistas españoles que participaban en los Juegos Olímpicos.