Imma Prieto (Vilafranca, 1976) no llega en un momento fácil a la Fundación Tàpies, que ha sido cantera y trampolín de directores como Manuel Borja-Villel (que pasó al MACBAy al Reina Sofía)o Nuria Enguita (hoy en el IVAM). Tras imponerse por unanimidad en un concurso internacional, Prieto se incorporó en septiembre a un museo que lleva tres años de impasse sin director y perdiendo visitantes. Viene avalada por su buena gestión en Es Baluard, el centro de arte contemporáneo de Palma de Mallorca, que ha situado en el circuito internacional con exposiciones de primer nivel. En los próximos cinco años tiene el reto de resucitar la Tàpies.
- Nadie se imagina la Fundación Miró o el Museo Picasso sin un director durante tres años. ¿Ha habido cierta desidia institucional?
- El anterior director, Carles Guerra, se fue y a los dos meses estalló la pandemia. Después, cuando se iba a convocar el concurso de dirección se produjo un cambio de presidente del Patronato. Todo se alargó... De todos modos, es algo que no depende de mí, yo puedo hablar desde septiembre hasta ahora.
- En vida, Tàpies fue un artista muy respetado pero desde su muerte en 2012 su figura ha quedado muy olvidada... ¿Cree que hoy entendemos su obra?
- Hoy no se le conoce. Con el tiempo se ha desdibujado, se ha invisibilizado y tenemos que redescubrirle. Hay que recuperar a Tàpies desde la contemporaneidad de su trabajo. Picasso no está desdibujado y esto me interesa remarcarlo: el tridente Picasso, Miró, Tàpies es un error. No es justo. Miró y Picasso son artistas nacidos en el siglo XIX que vivieron las vanguardias. Tàpies es el artista de la segunda mitad del XX. Claro que hay unas herencias y Tàpies las reconoce. Pero son otras miradas, otros marcos. No le puedes meter en ese tridente.
- En 2022, la Tàpies registró 32.527 visitantes, cuando hace diez años rozaba los 100.000.
- Sí, es muy poco. Es poquísimo. Yes uno de los retos: aumentar los públicos. Uno de mis objetivos es reconstruir una identidad institucional. Este centro ha vivido épocas de oro, pero también son parte de un pasado. La ciudad ha cambiado, el ecosistema institucional de Barcelona es muy rico y diverso, desde la Virreina al CCCB, el MACBA o el MNAC. Hay que saber desde dónde hablamos y pensar el mundo desde Tàpies entendiendo su legado y su vigencia.
- Aunque apenas lleva cuatro meses en la dirección ya ha impulsado la creación de una Cátedra Tàpies.
- Junto a la Universidad Pompeu Fabra, donde Tàpies creó una Capilla Laica, pondremos en marcha una cátedra para promover el estudio de su obra, que empiece a haber tesis doctorales y se acerque al público más joven. Tàpies tiene una época matérica, se le incluye dentro de un informalismo... Pero hay muchas maneras de pensar su obra desde una clave contemporánea.
- ¿De qué nos puede hablar Tàpies hoy?
- Sin duda, nos puede hablar desde su actitud crítica y su posicionamiento político-social. Ahora que vivimos una época de hiperespecialización, hace falta subrayar el humanismo de Tàpies, su conocimiento de diferentes culturas y filosofías. ¡Una de las joyas de la Fundación es su Biblioteca! Desde un punto de vista medioambiental, por ejemplo, se puede repensar la utilización de los materiales que hizo Tàpies, aunque el concepto de reciclaje no existía en su época. La mirada de hoy no puede ser la de hace 30 años. Hay obras tan icónicas como Celebración de la miel (1989) con barnices, amarillos y líquidos corrosivos que se mezclan con genitales y partes del cuerpo, que incluso le acercan a algo queer. Pero si ponemos esa obra en contexto, el SIDA ya estaba encima de la mesa. No digo que Tàpies lo pensara, pero la obra lo contiene, cuando el tema aún era tabú. Necesitamos distancia temporal para ver algunas obras. Los grandes artistas son universales, conectan con diferentes épocas y tiempos. Goya es contemporáneo porque sus grabados, por desgracia, retratan lo que pasa ahora en cualquier guerra. Con Tàpies hay que hacer el mismo ejercicio.
- ¿Y cómo revisitar a Tàpies?
- Dejando que creadores contemporáneos dialoguen con su obra, desde la japonesa Chiharu Shiota hasta Serge Attukwei Clottey, que ahora está en la Bienal de Arquitectura de Venecia representando a Ghanay en 2024 hará una intervención en la fachada del edificio. Como líneas de actuación vamos a crear un premio internacional de investigación cuyo lema va a ser pensar en el mundo de hoy desde Tàpies. Ypondremos en marcha un Instituto de las Derivas Críticas con un grupo de investigadores estables, que se reunirá varias veces al año.
- ¿De dónde sacará el presupuesto? Porque en los últimos años, la aportación de las administraciones ha caído en picado.
- Para la Cátedra hemos encontrado financiación privada. Y para el Instituto tendremos que mover partidas. Obviamente, hacen falta más recursos. Mantener una institución como esta con el presupuesto que tenemos es indigno.
- ¿Cómo se va a celebrar el 13 de diciembre, nacimiento de Tàpies e inicio del centenario?
- Inauguramos dos exposiciones con puertas abiertas. Varios artistas se ubicarán en diferentes esquinas del edifico e irán recitando textos de Tàpies, como si fuesen pregoneros. Por la tarde actuarán Raimon, Jordi Savalls y Marina Herlop, una Björk local. A Tàpies le encantaba la música electrónica y experimental, quizás hoy escucharía a Herlop...