Giro en las investigaciones sobre la muerte de Émile Soleil, el niño de dos años y medio desaparecido el 8 de julio de 2023 en el pueblo de Haut Vernet, en los Alpes franceses, cuando acababa de llegar a la casa de verano de sus abuelos maternos para las vacaciones. Este martes, Philippe Vedovini y su esposa, abuelos de Émile, y dos de sus hijos, tíos del niño, han sido detenidos por asesinato y ocultación de un cadáver.
El caso de Émile ha estado en las noticias desde el día de su misteriosa desaparición hace dos años. Cientos de personas participaron en vano en la búsqueda en los bosques, y durante meses los padres mantuvieron la esperanza de que el niño seguía vivo, hasta que el 30 de marzo de 2024 una mujer que paseaba por un sendero a menos de dos kilómetros del pueblo se encontró con restos humanos, que luego fueron identificados como el cráneo y los dientes de Émile.
El 13 de marzo pasado, gendarmes de Marsella llegaron al pueblo, realizaron nuevas búsquedas y se marcharon incautando una jardinera de aproximadamente un metro de largo que estaba colocada cerca de la pequeña iglesia del pueblo. La hipótesis es que el cuerpo del niño pudo haber permanecido oculto, al menos por un tiempo, dentro de la jardinera colocada en el centro del pueblo, a la vista de todos.
Mientras se esperan más detalles por parte de la Fiscalía, la atención vuelve a centrarse en la familia, considerada cercana al integrismo católico y a la extrema derecha. En particular, Philippe Vedovini, de 58 años, el abuelo materno detenido este martes, fue interrogado el año pasado porque estuvo implicado en un caso de abusos físicos y sexuales a niños en Riaumont, en el norte de Francia.
El día de la desaparición, Émile estaba bajo la responsabilidad de su abuelo, Philippe Vedovini, quien quería llevar a toda la familia a instalar una cerca en un prado. Según una hipótesis del periódico especializado en crónica negra Nouveau Détective, Émile quería ir a jugar con sus primos en una cabaña cercana y podría haber desobedecido a su abuelo, conocido por su severidad, lo que desató su reacción violenta y un castigo que se le fue de las manos.
Bruno Raout, ex alumno del colegio de Riaumont en el que trabajaba Philippe Vedovini, explicó en el citado medio como eran los métodos del centro. "En Riaumont nos enseñaron la ley del silencio y el secreto. Estoy convencido de que, si se hubiera producido una tragedia de este tipo, el abuelo nunca lo habría denunciado a la Policía y que nadie en la familia lo habría hecho. En casa hay que estar unidos y resolver los problemas entre nosotros", afirmó.
Luego está la cuestión del sacerdote que había bautizado al niño, Claude Gilliot, que se quitó la vida hace pocos días, el 15 de marzo pasado. Conocido islamólogo y profesor emérito de la Universidad Aix-Marsella, Gilliot dejó una escueta carta de despedida: "Solo el amor importa. Anunciad el Evangelio".
El sacerdote tenía una relación muy estrecha con la familia de Émile. Los padres y los abuelos participaban en el coro de los Pénitents gris de Aix-en-Provence, una iglesia de rito tradicional. Pero cuando el padre Claude difundió una foto de Émile a la prensa, la familia vivió este gesto como una traición y las relaciones se deterioraron, hasta llegar a un intercambio público de insultos entre Claude Gilliot y el abuelo Philippe Vedovini.
La hermana del sacerdote fallecido, Claudine Vandenbroucke, dijo a Paris Match que no se lleva bien con la familia del pequeño. "Tengo un gran rencor hacia la familia del pequeño Émile, porque creo que todo comenzó con ellos", afirmó.