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Israel

Choque sin precedentes entre Netanyahu y el jefe del servicio de seguridad interno

Benjamin Netanyahu en los tribunales de Tel Aviv el pasado miércoles.
Benjamin Netanyahu en los tribunales de Tel Aviv el pasado miércoles.Yair SagiAP
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Precisamente cuando se celebra la festividad judía marcada por los disfraces (Purim), las máscaras se han quitado en la tensa relación entre el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y el jefe del poderoso servicio de seguridad interna (Shabak), Ronen Bar, en un cruce de acusaciones públicas sin precedentes. Se trata de una batalla decisiva en la guerra entre el Gobierno derechista y la cúpula de los organismos de seguridad, el Tribunal Supremo y la fiscal general y asesora legal, Gali Baharav-Miara, en un país en el que el frente interno se ha reabierto mientras otros externos tras el ataque del 7 de octubre de 2023 se cerraron de forma temporal.

Netanyahu acusa a Bar, al frente de un organismo que depende directamente del primer ministro, de "liderar una campaña de extorsión y amenazas". Shabak ha respondido también públicamente señalando que se trata "de una grave acusación": "[Bar] dedica todo su tiempo a los asuntos de seguridad, a los esfuerzos por devolver a los secuestrados y a la defensa de la democracia. Cualquier otra afirmación al respecto carece de fundamento".

El choque salió a la superficie segundos después de que el antecesor de Bar, Nadav Argaman, recordara que debido a su cargo tiene mucha información: "Si llego a la conclusión de que el primer ministro ha decidido que actúa en contra de la ley, entonces, si no hay más remedio, diré todo lo que sé y no he dicho hasta hoy (...) Nosotros no vamos con un machete de amenazas, si nosotros vemos que hay cosas que sabemos al respecto que ponen en peligro la seguridad nacional de Israel, haremos uso de ello de forma legal".

Argaman, que sirvió bajo las órdenes de Netanyahu desde 2016 hasta junio de 2021, cuando el líder conservador fue a la oposición, se refirió sobre todo a la investigación abierta por Shabak sobre las supuestas relaciones entre asesores de Netanyahu y Qatar. Este país, que alberga el liderazgo de Hamas, se encuentra en el ojo del huracán dado su apoyo económico a la Franja de Gaza, bajo control islamista en los años previos al 7-O. Un apoyo que Israel alentó alegando que servía para mantener la calma en el enclave vecino.

"Qatar es el principal financiador de Hamas en la última década y parte del eje chií. Permitió a Hamas crear su ejército terrorista por lo que si es cierto que logró acumular poder en la oficina del primer ministro eso quiere decir que influye en el primer ministro y la política de Israel frente a Hamas, en la negociación sobre los secuestrados... Sería una catástrofe si es verdad", declaró Argaman comentando que nada ocurre en la oficina de Netanyahu en Jerusalén sin su permiso. "El primero que debía exigir una investigación de Shabak en la oficina del primer ministro sobre si hubo relación con Qatar es el primer ministro". En la entrevista en prime time en el Canal 12, Argaman también le acusó de "golpear de forma intencionada a la sociedad israelí y causar roces entre sus grupos para seguir teniendo el control".

La reacción de Netanyahu fue inmediata: "Se ha cruzado otra peligrosa línea roja para la democracia israelí. Nunca en la historia de Israel y en la historia de las democracias, el ex jefe de una organización secreta ha llevado a cabo amenazas de chantaje en directo [en televisión] contra un primer ministro en ejercicio". Su enfado va más allá de la red X y este viernes presentó una denuncia en la Policía acusando a Argaman de chantaje y prácticas propias de la mafia.

Netanyahu aprovechó el mensaje contra Argaman para atacar a su sucesor. "Este delito se suma a una entera campaña de chantaje con amenazas a través de sesiones informativas [filtraciones] en los últimos días liderada por el actual jefe de Shabak, Ronen Bar". Según él, el objetivo es evitar que tome "decisiones necesarias para la reconstrucción del Shabak tras su enorme fracaso del 7-O". Bar se desmarcó anoche de las palabras de Argaman sobre una posible revelación de información de sus reuniones a solas con el premier.

El Qatargate aumenta la voluntad de Netanyahu de destituir a Bar, pero, al mismo tiempo, lo obstaculiza, ya que el Supremo podría tumbar la destitución por conflicto de intereses. Por eso, en tensas reuniones en los últimos días, le instó a dimitir. Bar se niega a irse al temer que Netanyahu haga un nombramiento político basado en la lealtad a la persona y no al Estado. Por otro lado, reitera que asumiendo la responsabilidad por no haber evitado el ataque de Hamas, dejará el cargo como hizo el jefe del ejército, Herzi Halevi, hace 10 dias. El 7-O unió sus destinos al compartir el fracaso, el liderazgo de la masiva y posterior ofensiva y la diana donde reciben los dardos de Netanyahu y su Gobierno.

Shabak es la agencia de Inteligencia más importante de Israel junto al Mosad y Aman (en el ejército) con un papel fundamental no solo en la lucha antiterrorista, espionaje y contraespionaje, sino en la defensa del carácter democrático del país. Por todo ello y su intensa relación con el primer ministro, el jefe de este organismo tiene mucha información confidencial que va más allá de secretos de Estado.

Además, la Unidad 730 de Shabak protege a las principales personalidades de Israel con todo lo que ello significa. También se ocupa de la vigilancia del hijo mayor de Netanyahu, Yair, que desde su residencia en Miami denuncia con su famoso estilo agresivo en las redes sociales lo que llama el Deep State buscar la cabeza de su padre.