"Pregunté a sus compañeros por qué no ha venido a clase durante dos semanas", escribió en redes sobre un alumno Hasan Aksakal, profesor en la universidad Sabahattin Zaim en Estambul. Aksakal coordinaba hasta hace poco el doctorado de un estudiante sirio que ostenta ahora uno de los cargos más importantes del nuevo Gobierno de Damasco, después de que una ofensiva islamista derrocara el régimen de Bashar Asad. "Acabo de enterarme de que mi estudiante de doctorado, Asaad Hassan, se ha convertido en el nuevo ministro de Exteriores de Siria", escribió sorprendido.
Nacido en el noreste de Siria, Asaad Hassan Shaibani se licenció en inglés en la universidad de Damasco y en las filas de la milicia Hayat Tahrir al Sham (HTS) -que capitaneó la ofensiva contra Asad y gobierna ahora en Siria- ayudó a levantar en 2019 un autogobierno opositor en el enclave de Idlib, en el noroeste del país. Se ocupó de los asuntos políticos de la administración, al tiempo que empezó un máster en diplomacia y relaciones internacionales en Estambul y siguió sus estudios con un doctorado. En su tesis trata el "impacto de las revoluciones árabes en la política exterior turca en Siria" y profundiza en la relación entre ambos países.
Las conexiones de Shaibani con Turquía no son una excepción. Varios cargos de la nueva administración siria están vinculados con Ankara, incluso en el ejército. Dichos vínculos han sido promocionados a bombo y platillo en los medios turcos, remarcando la influencia que puede ejercer el Gobierno de Recep Tayyip Erdogan en el país vecino durante esta nueva etapa post-Asad.
"Para el pueblo sirio, Turquía no es un país común. No podemos permitirnos el lujo (de no tener lazos) con un país con el que compartimos una frontera de 910 kilómetros", declaró recientemente el presidente turco. "El conocimiento de Shaibani del turco y su historia compartida con el pueblo turco tendrán un efecto multiplicador en las relaciones diplomáticas", afirmó recientemente Hamza Hasil, investigador del centro de estudios de Oriente Próximo Orsam, en declaraciones a la emisora pública turca TRT. "Ahora hay millones de sirios que hablan turco, que tendrán acceso directo a la cultura turca, la política turca y vínculos institucionales", aseguró.
La ventaja turca
En el último lustro, Ankara incrementó su comunicación con la milicia HTS para la gestión del enclave opositor de Idlib -que acogía a más de tres millones de desplazados- aumentando su influencia sobre el grupo. El experto en relaciones turcosirias del Atlantic Council, Ömer Özkizilcik, cree que "lo que está sucediendo ahora es el resultado de las políticas turcas", según explica a EL MUNDO, sobre el éxito de la ofensiva de milicias opositoras que derrocó a Asad.
A día de hoy se desconoce el alcance de la implicación de Turquía en el asalto, aunque el Gobierno turco señaló que dio "luz verde" a la operación. A la ofensiva se unieron las milicias del Ejército Nacional Sirio (ENS), facciones islamistas patrocinadas directamente por Ankara. Estos vínculos anteriores a la caída de Asad dan a Turquía cierta ventaja con el nuevo gobierno de Siria sobre rivales regionales como Arabia Saudí. A ello se le añade la pérdida de influencia de Irán y sus milicias aliadas en el país, que hasta ahora respaldaban el régimen de Asad. Turquía fue de los primeros países en enviar a funcionarios a Damasco para mostrar apoyo a la nueva administración y contribuir a la reconstrucción del país.
Además de Shaibani, la nueva administración nombró a Ayshe el Dibs jefa de la Oficina de la Mujer. Hasta hace pocas semanas El Dibs trabajaba en una fundación en Idlib y anteriormente ostentó varios cargos en asociaciones sirias presentes en Turquía. Durante este proceso adquirió la nacionalidad turca con el nombre de Ayshe Seyidoglu. Tras su nombramiento generó polémica con unas declaraciones en las que invitaba a las mujeres a "no ir más allá de las prioridades de su naturaleza dada por Dios" y a conocer "su papel educativo en la familia". El ministro de Exteriores se pronunció para zanjar la controversia, asegurando que el nuevo Gobierno "apoyará los derechos plenos de las mujeres".
Por otro lado, Alepo, la mayor ciudad del país, será gobernada por Azzam Garip, graduado en Teología en la universidad turca de Bingöl. Garip fue comandante del Ejército Nacional Sirio -que recibe apoyo de Ankara- milicia que participó en la ofensiva contra Asad. Por último, entre las filas del ejército hay incluso un ciudadano turco, Ömer Muhammad Çiftçi, que ostentará el cargo de "general de Brigada" de los nuevos uniformados. Çiftçi figuraba en la lista de "terroristas buscados" del ministerio del Interior turco, pero fue eliminado poco después de su nombramiento. Su elección sorprendió porque HTS aseguraba que los combatientes extranjeros serían invitados a salir del país. Sin embargo, en el ejército hay varios altos rangos de nacionalidad extranjera, entre ellos albaneses, egipcios, chinos y jordanos.