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El derrocado presidente de Siria, Bashar Asad, ha publicado un comunicado explicando las circunstancias de su huida a Rusia. En un una carta publicada en su canal de Telegram, Asad confirma que salió de Siria el 8 de diciembre desde una base rusa en la provincia de Latakia y niega que su huida fuera algo "planeado" o que se hubiera planteado "dimitir o buscar refugio" ante la ofensiva de los rebeldes encabezados por Hayat Tahrir al Sham (HTS).
Asad asegura que fue trasladado a Latakia "en coordinación con los aliados rusos" con el objetivo de "supervisar las operaciones de combate". "A la llegada a la base aérea de Hmeimin quedó claro que nuestras fuerzas se habían retirado completamente de todas las líneas del frente y que las últimas posiciones militares habían caído", añade.
"Ante el continuo deterioro de la situación sobre el terreno en la zona, la base militar rusa quedó bajo un intenso ataque por parte de drones. Sin medios viables para abandonar la base, Moscú pidió que el mando coordinara una evacuación inmediata en la tarde del 8 de diciembre", explica Asad. "Esto tuvo lugar un día después de la caída de Damasco y tras el colapso de las últimas posiciones militares y la resultante parálisis de todas las instituciones estatales", ha apuntado el derrocado líder sirio, aliado de Putin durante décadas. Asad insiste en que "en ningún momento" se planteó dimitir".
El Ministerio de Exteriores de Rusia informó hace una semana, el pasado domingo 8, de que Asad "decidió dejar el cargo presidencial y abandonó el país, dando instrucciones para llevar a cabo la transferencia de poder de manera pacífica".
El derrocado líder sirio insiste en presentarse como alguien que no se rindió. "Durante los días más oscuros de la guerra no me fui, sino que permanecí junto a mi familia y junto a mi pueblo, haciendo frente al terrorismo bajo los bombardeos y las amenazas de incursiones terroristas en la capital durante 14 años de guerra", ha argumentado, al tiempo que ha defendido que "nunca abandonó a la resistencia en Palestina y Líbano ni traicionó a los aliados" que estuvieron junto a él. La carta indica que fue escrita en Moscú el 16 de diciembre de 2024.
Reuters informó anteriormente, citando sus propias fuentes, que Asad no notificó a nadie, ni siquiera a su círculo íntimo, sus planes de abandonar el país. El 7 de diciembre -el día antes de que los rebeldes entraran en Damasco-, Asad se reunió con jefes militares en el Ministerio de Defensa y les aseguró que pronto llegaría la ayuda militar rusa. Pero, según fuentes de la agencia, unos días antes a Asad se le "dejó claro" que Rusia no proporcionaría ninguna asistencia militar.
Asad, según tres interlocutores de Reuters, quería refugiarse en los Emiratos Árabes Unidos, pero las autoridades del país temían una reacción internacional y se negaron. Rusia, a pesar de rechazar una intervención militar, no estaba dispuesta a asumir el coste reputacional de abandonarlo. Además, los hijos y la esposa de Asad ya estaban en Moscú cuando él abandonó Siria.
250 millones de dólares en 'cash'
La carta de Asad completa la información que se ha ido conociendo sobre el exilio del líder sirio. Fueron los servicios de inteligencia rusos los que sacaron a Asad utilizando la base aérea rusa en Siria. El transpondedor del avión que llevaba a Asad estaba apagado para evitar ser detectado. Moscú impuso un apagón de las comunicaciones por seguridad, y lo prolongó hasta hoy para controlar la narrativa.
Moscú y Damasco han forjado una alianza que va desde lo militar al plano personal. Entre 2018 y 2019, el Banco Central de Siria envió unos 250 millones de dólares en efectivo a Moscú, cuando el entonces dictador sirio estaba en deuda con el Kremlin por su apoyo militar a la guerra en el país. Lo revela este lunes el Financial Times, que ha tenido acceso a los documentos que demuestran que, en esos dos años, el régimen sirio hizo volar cerca de dos toneladas en billetes de 100 dólares y de 500 euros hacia el aeropuerto de Vnukovo de Moscú.
Los flujos de dinero demuestran cómo el régimen sirio pasó a depender de Rusia a causa de la guerra. Los millones se depositaron en bancos rusos que aparecían en las listas de entidades sancionadas por los gobiernos europeos y el estadounidense. El objetivo del régimen era asegurarse una "segunda vida" para la élite en un lugar seguro. Por eso la familia Asad se ha embarcado en una serie de compras de propiedades de lujo en Moscú.
Las bases se quedan
El cambio de signo político en Siria es un revés para Moscú. De cara al futuro, en el Kremlin apuestan por aprovecharse del caos y las luchas internas entre los rebeldes islamistas que derrocaron al régimen sirio, y así poder mantener su peso en el país y, sobre todo, conservar sus bases. Pueden ofrecer petróleo, pero también inversiones, armas y hasta interceder en el Consejo de Seguridad para que, por ejemplo, dejen de estar considerados como terroristas. El jefe de Chechenia, Ramzan Kadyrov, ya ha propuesto iniciar un procedimiento para eliminar de la lista rusa de organizaciones terroristas al grupo islamista Hayat Tahrir al-Sham.
En los últimos días, las autoridades rusas han evacuado al menos 400 soldados de la zona de Damasco, de acuerdo con el grupo islamista Hayat Tahrir al-Sham. El ejército ruso se reunió con representantes de estos rebeldes en la sede del grupo en el Hotel Four Seasons de Damasco para negociar el paso seguro del convoy. Los militares rusos abandonaron Damasco y se dirigieron por tierra a la base aérea de Khmeimim, desde donde los soldados fueron enviados en avión a Rusia. El Financial Times obtuvo imágenes de vídeo que muestran un convoy de casi 100 vehículos con bandera rusa saliendo de Damasco, incluidos vehículos blindados, tractores, camiones cisterna de combustible y unidades médicas móviles.
El número de tropas rusas en Siria a principios de 2024 se estimaba en 7.500 personas. Una mudanza total sería una gran operación logística que, de momento, no se ha detectado. A pesar del movimiento de efectivos, Rusia no está evacuando la base aérea de Khmeimim, sólo está transfiriendo personal militar allí desde otras bases. Lo mismo sucede con el puerto de Tartus. Moscú no tiene planes de cerrar su embajada en Damasco, pero parece que la actividad diplomática en Siria se verá restringida.