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La encrucijada de Egipto y Jordania: navegar por las tensiones regionales sin salpicarse

La expansión regional de la guerra en la Franja de Gaza amenaza con desestabilizar ambos países y poner a prueba sus lazos con Israel, ante la presión de sus ciudadanos, que apoyan a Palestina

Palestinos desplazados en Jan Yunis.
Palestinos desplazados en Jan Yunis.BASHAR TALEBAFP
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La ofensiva israelí en la Franja de Gaza y las crecientes tensiones entre Tel Aviv y sus enemigos regionales -con el mayor intercambio de fuego con Hizbulá en dos décadas- han arrastrado a Egipto y Jordania a un constante equilibrio diplomático para no ser salpicados por el conflicto. En medio del último intento de El Cairo para rescatar las conversaciones de tregua en Gaza, el líder del grupo libanés, Hasan Nasralá, ha advertido de que tras su ataque contra Israel del domingo, se esperan acciones de sus aliados en Irán y Yemen.

Israel comparte gran parte de su frontera con ambos estados y mantiene desde hace décadas lazos diplomáticos y económicos estables. Sin embargo, la población de estos países árabes han mostrado en las calles su apoyo a Palestina y exigido a sus gobiernos que corten lazos con Israel, especialmente Jordania, donde residen seis millones de refugiados palestinos y muchos jordanos tienen ascendencia en ese territorio, incluso la propia reina Rania de Jordania.

El Cairo y Amán temen que un crecimiento de Hamas o de sus aliados -Eje de Resistencia, la coalición de partidos y milicias bajo la influencia de Irán- pueda desestabilizar sus países. Asimismo, han rechazado contundentemente los planes israelíes de reasentar la población de Gaza en otro territorio, temiendo que Tel Aviv les impida regresar como hizo con los refugiados que acoge actualmente.

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Ahora temen que una escalada regional del conflicto los arrastre, en un momento en el que no pueden cortar relaciones con Israel, pero tampoco están dispuestos a involucrarse en la contienda de Tel Aviv. "Las autoridades egipcias han tratado de trazar una delgada línea entre su deseo de proteger la relación con Israel y la necesidad de mostrar a su población su rechazo de lo que ocurre en Gaza", explica Riccardo Fabiani, director de Norte de África del centro de estudios Crisis Group. "Su prioridad es el fin de la violencia en Gaza porque creen que una vez se establezca un alto el fuego, todas las demás tensiones regionales también disminuirán", asegura. "Obviamente los últimos acontecimientos han añadido una capa adicional de complejidad y tensiones en estas conversaciones ya difíciles, pero los egipcios siguen creyendo en esta vía", añade.

Según apuntaron medios locales, El Cairo ha rechazado la solicitud israelí de defenderlo en caso de un ataque coordinado -si los hutíes de Yemen atacan podrían cruzar el espacio aéreo egipcio- que pusiera a prueba los sistemas de defensa de Tel Aviv. Sin embargo, esta información sólo se conoce a través de declaraciones de fuentes anónimas, como cuando Egipto amenazó con romper acuerdos con Israel si ocupaba Rafah, la ciudad del sur de Gaza fronteriza con el país árabe.

"Es poco probable que tomen partido, lo más probable es que intenten contribuir a calmar las aguas lo mejor que puedan", añade Fabiani. Detrás de la escalada bélica se esconde un gran impacto económico para el país africano, que ya ha sufrido la caída del comercio marítimo en el mar Rojo por los ataques hutíes. "En el caso de que se intensifique el conflicto (israelí) con Hizbulá, probablemente se cerrarán las plataformas de gas marinas. Esto privará a Egipto del 15% de su suministro de gas, provocando un aumento drástico de los precios", explica David Butter, analista político y económico de Oriente Próximo y Norte de África.

La disyuntiva para Jordania es igual de enrevesada, aunque ha advertido públicamente que ante la escalada de tensiones, la soberanía del país es su prioridad. "Debemos estar siempre alerta en las fronteras y no permitiremos que nadie convierta Jordania en un campo de batalla. Debemos proteger a nuestro país y en caso de escalada, nuestra prioridad es proteger a Jordania y a los jordanos", señaló el ministro de Exteriores, Ayman Safadi.

Neil Quilliam, analista del Programa de Oriente Próximo del centro de estudios Chatham House, asegura que en caso de un gran ataque contra Israel, Amán lo tiene difícil para negarse a apoyar la defensa de su espacio aéreo, debido a los lazos económicos que tiene con Tel Aviv y su valedor en la región, Estados Unidos. "Jordania recibe más de 1.400 millones de dólares de apoyo financiero de EEUU, fundamental para sostener su economía. No puede resistirse a la petición de Washington. No obstante, enviarán el mensaje de que están protegiendo su espacio aéreo soberano", señala Quilliam.

A las preocupaciones económicas se le añade el temor de la proliferación de milicias proiraníes en su territorio. "Fuerzas respaldadas por Irán en el sur de Siria se han enfrentado con tropas jordanas a lo largo de la frontera del reino", relata. "Las fuerzas armadas de Jordania cuentan con buenos recursos para desbaratar los esfuerzos de grupos locales para alinearse con el eje de resistencia y llevar a cabo ataques contra Israel desde el reino", asegura.

En su último discurso, el líder de Hizbulá, Hasan Nasralá, lanzó un mensaje a Jordania para que no se entrometa en su represalia contra Israel- "Si (el Eje de) la Resistencia es derrotada en Gaza, el Golán sirio se perderá por completo y Jordania será la patria alternativa para los palestinos", aseguró. "El Líbano y sus riquezas estarán en riesgo, al igual que Jordania, cuyo reino hachemita podría desaparecer", advirtió.

Tras el intercambio de fuego del domingo entre Israel y Hizbulá, en el que Tel Aviv lanzó un ataque "preventivo" con aviones poco antes de que el grupo libanés disparara tres centenares de cohetes, alcanzando una decena de objetivos militares, Jordania se ha apresurado a repetir que la continua "agresión" de Israel en Gaza y la incapacidad de ambas partes para alcanzar una tregua, hace crecer el miedo a la "expansión" el conflicto en toda la región.

Si bien Hizbulá dio por concluida su represalia por el asesinato en Beirut de un alto comandante del grupo, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, advirtió que los aviones enviados al Líbano no son "la última palabra" de esta escalada que parece no tener tregua.