Como el español Ignacio Echeverría con su monopatín, el brasileño Caio Benicioplantó cara con su casco de repartidor de Deliveroo a un hombre armado con un cuchillo que sembró el terror a la salida de una escuela en Dublín el pasado 23 de noviembre. Su intervención fue proverbial para evitar una tragedia mayor y salvar la vida de los tres niños heridos y la trabajadora de cuidados infantiles que resultaron gravemente heridos.
El sangriento ataque fue obra de un argelino con nacionalidad irlandesa, y el revuelo que se originó en las redes acabó provocando en Dublín una noche de disturbios al estilo Belfast, a manos de grupos de ultradereha que levantaron barricadas, quemaron coches y lanzaron cócteles molotov entre consignas contra los inmigrantes.
Los irlandeses de buena fe decidieron desmarcarse de la violencia y dar su apoyo al otro inmigrante, al brasileño que de la noche a la mañana se convirtió en el héroe local por la valentía con la que se lanzó con su casco para salvar a las víctimas. Alguien decidió crear una página en GoFundMe ("Invitadle a un pinta a Caio Benicio") y la gente fue dejando donaciones para el repartidor en motocicleta hasta llegar a los 430.000 euros.
"Yo no pedí ningún tipo de ayuda, pero fue asombroso ver cómo la gente de volcaba", reconoce a toro pasado Caio Benicio de declaraciones a The Guardian. "Imagino que los irlandeses estaban avergonzados de lo que pasó aquella noche y estaban deseando mostrar al mundo que un puñado de gente violenta no representa a Irlanda".
Caio Benicio ha vuelto a los grandes titulares al cabo de seis meses, esta vez por su decisión de dar el salto a política en las elecciones locales de junio de Irlanda, con el partido de centroderecha Fianna Fáil y dispuesto a defender los derechos de los inmigrantes y de los trabajadores de la gig economy, con un ojo puesto también en la seguridad pública después de lo visto y vivido aquella noche.
Otro titular fue el que hizo reflexionar a Caio Benicio, de 43 años, sobre su misión en la vida. "Viaje de ida a Río", pudo leer en un periódico carioca, que contaba su reencuentro con su mujer Clara y sus hijos Brena y Lara, que le esperaban en Brasil con los brazos abiertos y deseosos de emprender una nueva vida.
Al fin y al cabo, el sueño de Caio fue siempre ahorrar el suficiente dinero en Irlanda para regresar a su tierra y volver a montar un restaurante propio, como ya tuvo en tiempos. Aquel viaje a Río en Navidades, tumbado en la playa junto a su familia y disfrutando de la buena vida, le hizo sin embargo plantearse muchas cosas...
"Decidí que tenía que volver a Irlanda para dar algo a cambio y hablar por todos los que esperaban que yo pudiera darles voz... Conocí a una paisana brasileña, Isabel Oliveira, que estaba metida en política y me conectó con Fianna Fáil, el primer partido que creó una red de diálogo abierto con los inmigrantes".
Su auténtica madrina fue al final la senadora Mary Fitzpatrick, que le puso al tanto de los retos y los riesgos del salto sin red a la política: "Fui muy franca con él. Le dije que un héroe es apreciado y valorado por el público... y un político se encuentra precisamente en el extremo opuesto la mayor parte del tiempo".
El ex primer ministro y líder de Fianna Fáeil Micheál Martin hizo el anuncio público en las redes: "Estoy encantado de que Caio compita en las elecciones locales y quiera desempeñar un papel mayor en su comunidad. Creo que será un gran representante público".
Y Caio Benicio ya no pudo echarse atrás... Quitarse el casco y golpear con él al agresor del cuchillo fue más un impulso humano que un acto de valentía, reconoce. La gente se lo agradeció con creces, aunque aquel gesto unánime está dejando paso a las eternas suspicacias y a las falsas expectativas en que se apoya la política, y más en un momento en el que el debate vuelve a estar al rojo vivo en Irlanda por la llegada de inmigrantes irregulares desde el Reino Unido, huyendo de la Ley de Ruanda y aprovechando la porosidad de la frontera...
"Hay gente que dice que me estoy dejando utilizar por el partido. Y otra gente que alega que soy yo quien está usando al partido. Pero la verdad es que tenemos los mismos valores y las mismas ideas... La política es la mejor manera de tener poder para ayudar a la gente, y no solo a la comunidad brasileña, sino a todos los inmigrantes. Es una responsabilidad que yo no pedí, pero que ha caído ahora sobre mis hombros".