La situación que vive José Soares de Pina (Oporto, 1967), consejero delegado del grupo industrial portugués Altri, es difícil de explicar. A él mismo le cuesta y no porque no domine el castellano. Quiere invertir más de 1.000 millones en un complejo de industrial de fibra textil en Galicia, considerado innovador en su sector, pero no es bienvenido, acusado de daño medioambiental. Acaba de obtener la Declaración de Impacto Medioambiental favorable en Galicia, y este ingeniero civil con estudios en el Instituto Tecnológico de Nueva Jersey creía que se iban a disipar las dudas, pero, por el contrario, las movilizaciones se han recrudecido.
Se han manifestado en su contra incluso los líderes del Bloque Nacionalista Galego, Ana Pontón, y el del PSOE, José Manuel Gómez Besteiro. En cambio, el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, sí defiende el plan, pero sólo se materializará si cuenta con un 25% de ayuda vía fondos europeos que adjudica el Gobierno central. De momento, tanto la vicepresidenta tercera, Sara Aagesen, como el ministro de Industria, Jordi Hereu, han declinado recibirlo y dan largas a su solicitud en línea con la hostilidad del PSOE gallego.
Todo ello al tiempo que el mismo Gobierno predica que hay que reindustrializar el país y atraer inversión exterior con los fondos europeos. Pina, curtido en la multinacional estadounidense Dow Chemical antes de dirigir Altri, no tira la toalla y cree que se terminará valorando su plan de forma favorable.
- ¿En qué consiste el proyecto de Altri en España?
- Altri es el accionista mayoritario de Green Fiber, que es un vehículo que se ha creado para promover este proyecto. Nace con la intención de transformar la industria de las fibras textiles, no sólo en Galicia, donde queremos fabricar, sino en España y Europa. Es un proyecto enfocado en aprovechar dos polos muy importantes que tenemos en la Península Ibérica: el forestal y el textil. El clúster textil es, por cierto, quizá uno de los últimos que tenemos en Europa.
- ¿Y eligen Galicia por estos dos factores?
- Partimos de una de las grandes riquezas de Galicia, que es la materia prima, la madera, para producir una fibra textil que se pueda incorporar al otro polo y que, además, se pueda exportar y suministrar a otros clusters de la industria en Europa. Y todo esto haciéndolo con las mejores tecnologías disponibles en este momento. Empezamos el diseño de este proyecto hace ya tres años y hemos invertido más de 25 millones e implicado a más de 400 técnicos especializados trabajando en el proyecto. Se trata de transformar la industria textil con una fibra que tiene un impacto medioambiental mucho menor y que puede ser una solución de futuro para esta industria a nivel mundial.
- ¿Y cuánto prevén invertir en España?
- Por encima de 1.000 millones de euros es nuestra estimación.
- ¿Y por qué no ha previsto el complejo en su país, Portugal?
- Este proyecto nunca se ha planteado en Portugal porque surgió a través de un concurso internacional de la Xunta de Galicia para promover proyectos tractores de transformación de madera. Ahora se exporta mucha madera de Galicia sin transformar y la Xunta nos seleccionó en concurrencia con otras empresas, varias de ellas internacionales. Nosotros en Portugal ya estamos desde hace años produciendo fibras celulósicas de base soluble, que es la materia prima de las fibras textiles, pero este proyecto nace desde su raíz en Galicia.
- ¿En qué fase está tras haber conseguido la Declaración de Impacto Ambiental?
- Esta Declaración de Impacto Ambiental, que llamamos la DIA, es el primer gran hito porque es un análisis técnico muy profundo que determina en todos sus parámetros la viabilidad del proyecto y el cumplimiento de todas las normativas medioambientales. Sabemos que incorpora el análisis de más de 30 informes sectoriales e involucra a más de 40 técnicos de la administración, por lo cual es un proceso muy garantista.
- ¿Cuál es la conclusión en contaminación del agua?
- Muy por debajo en este y otros parámetros de lo que determina la normativa. Se capta el agua en el río Ulla, en este caso en el embalse de Puerto Morelos. Estimamos que diariamente se utilizarán más o menos 15.000 metros cúbicos y no los 46.000 metros cúbicos de los que se habla, porque ése es un valor de diseño para situaciones extremas.
- ¿Y se devuelve el agua?
- Sí, la totalidad se devuelve aguas arriba tras un proceso de depuración y tratamiento. Al final, la conclusión es que el impacto que puede tener en el río no es significativo y menos aún en el embalse y otras áreas.
- Los movimientos ecologistas alertan también sobre el impacto con el eucalipto...
- Estimamos 1,2 millones de toneladas de utilización en esta fase, pero Galicia está produciendo más madera, más eucalipto, de lo que se está cortando, así que calculamos que el exceso que se está produciendo en Galicia ya sea suficiente para utilizar en esta planta.
- ¿Cómo afronta la contestación social? En la manifestación del pasado marzo contra el proyecto hubo dirigentes políticos...
- Respetamos mucho a las personas que han participado en la manifestación, pero lamentamos que se produzca en base a desinformación interesada o bulos. Lo que ha pasado en los últimos tiempos es la politización del proyecto y lo lamentamos. Se están utilizando argumentos que no tienen nada que ver con lo que es la realidad. Por eso la publicación de la DIA viene a clarificar y a desmitificar todos estos argumentos que se han hecho de forma, como digo, interesada, para crear una alarma social que al final no tiene justificación.
- Pero en la manifestación participó incluso el líder del PSOE gallego, José Ramón Gómez Besteiro. ¿No ha conseguido usted convencerlo?
- El señor Besteiro toma sus decisiones, pero lo que hemos escuchado no tiene nada que ver con el proyecto. Además, el Partido Socialista en el pasado lo ha apoyado de forma plena. Yo tuve la oportunidad de presentarlo incluso al señor Besteiro cuando era delegado del Gobierno en Galicia en abril de 2023 y en su momento le gustaba el proyecto.
- Pero ¿el proyecto que le presentó ha cambiado?
- No. Es exactamente igual que entonces. Tiene dos componentes importantes: uno de transformación de madera en celulosa soluble y otro, de transformación de esa celulosa como materia prima para producción de las fibras textiles. El volumen de producción de la celulosa soluble es mayor desde siempre. Eso es totalmente conocido y la razón es precisamente para tener una autosuficiencia energética. Ambos componentes requieren mucha energía y el beneficio de la integración es precisamente que estén las dos presentes en el proyecto. Es muy equilibrado y con un enfoque de reutilización y de eficiencia.
- ¿Y ahora, cuál es la siguiente fase?
- El próximo paso es la tramitación de la licencia ambiental integrada que corresponde a la Xunta. Y los otros dos elementos que estamos aguardando son la decisión del Ministerio de Industria relativa a la atribución de los fondos europeos y, por otra parte, la tramitación de la conexión eléctrica que es necesaria en un complejo industrial como éste.
- ¿Aunque sea autosuficiente?
- Sí, necesita estar conectado a la red eléctrica por momentos de mantenimiento en que la fábrica no funciona o en fases de exceso de producción de energía para volcarla a la red.
- ¿Cuántos fondos europeos necesita para que sea viable la inversión?
- Un 25% de la inversión total, unos 250 millones. Es una subvención esencialmente dedicada a reducir el riesgo de invertir en un complejo con esta dimensión.
- ¿Cómo va la tramitación de los fondos?
- Empezamos en junio de 2022 y el Ministerio conoce muy bien el proyecto, porque nos pidieron mucha documentación para preparar un proceso de solicitud a la Unión Europea de una preautorización de concesión de subvenciones. Además, acudimos en septiembre de 2024 al Perte de descarbonización, pero seguimos esperando. Y el tiempo apremia porque el límite de ejecución de estos fondos es marzo de 2026.
- ¿Cuántas reuniones ha tenido con el ministro Hereu o la vicepresidenta Sara Aagesen?
- No hemos sido recibidos por ningún ministro salvo por el anterior titular de Industria, Héctor Gómez.
- ¿Quiere invertir más de 1.000 millones en España y no le recibe ningún ministro actual? ¿Ha pedido usted que le reciban?
- Sí, lo hemos pedido. Supongo que están analizando la documentación.
- Hereu deslizó una crítica en el Parlamento a que el proyecto no es el mismo que se comunicó al Ministerio en su día...
- No. Es exactamente el mismo. La planta solo va a producir fibras textiles sostenibles: 250.000 toneladas de fibras solubles, de las cuales 60.000 se destinarán a la producción de lyocell en una misma planta integrada. El resto, como ya se ha explicado desde el primer momento, se destinará a otros productores de la industria textil.
- ¿Y para la producción de papel?
- En ningún caso se trata de pasta de celulosa destinada a la producción de papel. Es que incluso tanto la tecnología como el proceso de fabricación de uno y otro producto son muy distintos. El proyecto no ha variado, siempre ha sido así, y la concesión favorable de la DIA ratifica su carácter garantista desde el punto de vista ambiental, social y económico.
- ¿Cuánto tiempo pueden esperar para decidir si invierten?
- Necesitamos saber todas las variables y cómo se posiciona el Gobierno antes de tomar una decisión.
- ¿Es un revés que la Xunta de Galicia haya anunciado que no aportará subvenciones adicionales?
- No, porque es el Gobierno central el que asigna los fondos Next Generation, que es donde estamos enfocando nuestra solicitud. En la parte de fondos regionales que sí compete a la Xunta tendríamos posibilidad de acceder, pero el componente importante es el manejado por el Gobierno central.
- Como industrial, ¿entiende el fenómeno actual de que todos quieren que se reindustrialice el país, pero nadie en su territorio cercano?
- Al final, Europa está importando del resto del mundo materias primas que generan residuos en Europa y que necesitan tratamiento. Pensamos que una forma de hacerlo es empezar a reducir esa necesidad de importar tantas fibras textiles y hacerlo más en proximidad, y más con materias primas que son renovables, que se están plantando en Europa y creando las condiciones para tener una cadena de suministro bastante más sostenible.
- ¿Es posible que los que se manifiestan en contra del proyecto vistan con las fibras textiles que ustedes quieren producir en Galicia?
- Sí, pero probablemente con fibras textiles importadas de otras áreas del mundo. Europa produce menos del 5% de las fibras textiles que consume. El resto se está trayendo de otras zonas. Si hablamos de fibras de base de madera, hay un circuito. Una cadena muy típica se produce con base en madera en Sudamérica. La pasta soluble se exporta a Tailandia u otras partes en Asia para producir la fibra textil y ahí posiblemente a China para producir el hilo. Quizás sigue en Turquía para producir el tejido y termina en la Península Ibérica para producir la prenda final, con lo cual es una cadena completamente insostenible a largo plazo. Por eso nuestro proyecto de tener una base industrial en Europa mucho más enfocada a la circularidad y a reducir las emisiones de carbono tiene una relevancia a nivel no solo de Galicia y de España, sino de la Unión Europea.
- ¿Son esenciales los fondos europeos para que puedan invertir en España?
- Como para todos los proyectos europeos innovadores e intensivos en capital que van a ser sostenibles. Yo puedo tener 100% de subvención, pero sólo será útil para operaciones que sean sostenibles económicamente, y nuestro proyecto lo es.
- Pero si el Gobierno no les adjudica fondos europeos, ¿hay riesgo real de que no inviertan más de 1.000 millones en España?
- Sí hay riesgo real y el coste de la oportunidad nos parece que es bastante más importante para España de lo que es para nosotros. Nosotros podemos, y vamos a seguir invirtiendo en desarrollar este sector como nos hemos propuesto. Tenemos en este momento varios proyectos de inversión. Por ejemplo, en Portugal estamos cambiando una de nuestras unidades que está produciendo a día de hoy más de 250.000 toneladas. La estamos convirtiendo a fibras solubles precisamente para el sector textil. Este proyecto está recibiendo una subvención, por cierto, incluso porcentualmente superior a la que estamos solicitando en España. Y nos la conceden, claro, porque requiere un grado de innovación importante, por lo cual el riesgo es real.
- ¿Dónde harían la inversión si fracasa en España?
- Siempre donde está la materia prima para hacerlo de forma integrada y para obtener las sinergias. Tenemos ya dos plantas en Portugal de celulosa soluble. También hay materia prima en Brasil, Uruguay, Vietnam o incluso en China.
- También da importancia a que se encuentre junto a un polo textil. ¿Le preocupa que Inditex u otras empresas no compren su productos, si hace la inversión, por la contestación social?
- No vemos razones por las cuales cuando estemos produciendo este producto, no pueda ser suministrado a la industria. Está el precedente de Alcoa, que también recibió mucha contestación hace décadas y después lo que se ha pedido es su continuidad. Nuestro proyecto creará 2.500 puestos de trabajo cualificado, de los cuales 500 serían directos en el complejo. Creemos que generaríamos 9.000 millones de riqueza en España.
- La vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, dice que destruiría más empleos de los que crearía...
- Me parece inconcebible que la vicepresidenta Díaz tenga esa posición. Nuestra experiencia siempre que hemos invertido en proyectos es que generamos riqueza. No hay más que ver lo que ha pasado con nuestras plantas en Portugal. No entiendo que diga eso. Nosotros sólo pedimos al Gobierno que nos dé igualdad de trato.
- Pero ya no es igual que a otros grupos que les tramitan los fondos sin esperar, como en el caso de Altri, a que obtengan Declaración de Impacto Ambiental...
- Eso es verdad, pero tenemos derecho a igualdad de trato. Pedimos al Gobierno rigor en su tramitación. Nosotros no entramos en temas políticos. Nuestra expectativa es que tengamos un tratamiento igual. Si eso no pasa, no sorprendería muchísimo.
- ¿Ha informado de esta situación en España al Gobierno portugués?
- Al Gobierno portugués lo que le gustaría es que nuestro proyecto se hiciera en Portugal. Ya no los dijo en su día el que fuera primer ministro António Costa. Nosotros seguimos con nuestros proyectos en Portugal, pero seguimos apostando para hacer éste en Galicia.
- ¿Cuánto tiempo más esperarán?
- Comprendemos que el proceso es complejo, pero el tiempo no es infinito. Estamos ya en un punto en el que el Gobierno tiene que resolver y, nosotros, tomar una decisión de inversión.