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Raventós Codorníu ha cerrado su último ejercicio (de julio a junio) con una facturación de 232 millones de euros (un 4% más respecto al balance anterior a tipo de cambio constante) y un beneficio bruto de 39 millones (un 15% más).
El consejero delegado de la compañía vitivinícola de origen familiar, Sergio Fuster, ha destacado que estos resultados "son los mejores de la última década" y consolidan el retorno a números verdes conseguido en el ejercicio fiscal de junio de 2023 (227 millones de euros en ventas y un ebitda de 33 millones).
El CEO del grupo productor de cavas y vinos, controlado desde el año 2018 por el fondo de inversión estadounidense Carlyle (con cerca del 70% del capital social), no ha avanzado la cifra de beneficio neto, que será comunicada en la junta general de accionistas prevista para diciembre, pero ha confirmado que su crecimiento irá en consonancia con la del beneficio operativo.
Sequía
En la presentación de los resultados, Fuster ha asegurado que Raventós Codorníu está en condiciones de alcanzar próximamente los 50 millones de beneficio bruto marcados como objetivo en su actual plan estratégico. El consejero delegado ha destacado que eso será posible, pese a "las dificultades del mercado o los efectos de la sequía".
Sobre este último problema, el directivo ha dicho que Codorníu tiene asegurada la producción de cava para los próximos 18 meses, ya que más de la mitad de la uva procede de los terrenos de la Bodega Raimat (Lleida), una zona menos afectada por la escasez de agua debido su proximidad a los Pirineos. Una situación distinta a los terrenos del Penedès, en las provincias de Barcelona y Tarragona, donde la vendimia volverá a ser "corta" por tercer año consecutivo.
Raventós Codorníu comercializa actualmente 57 millones de botellas en más de 50 países, el 55% de las cuales son de cava y el 45% de vino. El 63% de las ventas se han realizado en España y el 37% en el mercado internacional, con un importante porcentaje en Reino Unido, México, Japón, Suiza, Finlandia o Brasil.
China y Rusia
Precisamente sobre la estrategia internacional, Fuster ha explicado que, por distintos motivos, China y Rusia han tenido un comportamiento "muy errático" en los últimos años, con una caída del consumo del vino en el país asiático del 80% en los últimos cinco. Por este motivo, el grupo bodeguero descarta, ahora mismo, apostar por estos dos países en su plan de crecimiento.
Raventós Codorníu cuenta con 15 bodegas en España, Argentina y California (Estados Unidos), así como con 3.000 hectáreas de viñedo en propiedad o bajo supervisión directa. En su portfolio destacan marcas como Viña Pomal, Ederra, Codorníu, Parxet, Bach, Artesa (California) o Séptima (Argentina). La empresa vitivinícola tiene 600 empleados y realiza una inversión anual de 15 millones de euros en negocio, personal, marcas e innovaciones.