DINERO E INVERSIÓN
Dinero e inversión

El gigantesco mercado de deuda que hizo tambalearse a EEUU

Hay 140,7 billones de bonos de deuda emitidos a nivel global. Es un 22% superior a todo el dinero que se mueve en las bolsas. EEUU es propietario de 1 de cada 4 dólares en circulación y la UE, de una quinta parte

El gigantesco mercado de deuda que hizo tambalearse a EEUU
PREMIUM
Actualizado

Cuando se han agotado todos los recursos, a veces son los mercados los únicos capaces de volver a poner cada cosa en su sitio. Y más allá de las bolsas, eufóricas y pizpiretas; el mercado de deuda es el verdadero gigante de los mercados: a quien temer y respetar. Y eso lo sabe muy bien Donald Trump. Pero ¿por qué es tan importante? ¿Podría desatar realmente un tsunami financiero de dimensiones incalculables? Todo apunta a que sí. El mercado mundial de deuda (pública, de los estados, y privada, de las compañías) alcanzó en 2024 los 140,7 billones de dólares a nivel mundial, según datos recopilados por SIFMA (Securities Industry and Financial Markets Association). De ellos, solo el 39% corresponde a EEUU con, 55,3 billones de dólares emitidos, más del doble que el siguiente mercado por importancia, la Unión Europea, que representa el 18,4% del total. Esto implica que EEUU tiene emitido en bonos de deuda más del doble del valor de toda su economía, cuyo PIB (Producto Interior Bruto) rozó los 27 billones de euros el año pasado. O, si prefieren, son 36 veces la economía española. De esa cantidad, una minoría, 11,2 billones, corresponden a deuda emitida por sus compañías.

La capitalización de las bolsas, a pesar de que acaparan todos los titulares, representa un 82% del tamaño del mercado de deuda, con 115 billones de dólares.

Con la guerra arancelaria como telón de fondo, el debate sobre el excesivo déficit de EEUU vuelve a estar sobre la mesa, un país -no hay que olvidar- que tiene la capacidad de imprimir billetes si fuera necesario, de ahí que pueda endeudarse sin grandes problemas. Sus cifras serían inimaginables para cualquier país de la UE. Más que suficientes para comprar billete de ida y una estancia larga a los famosos hombres de negro que se paseaban por el sur de Europa durante la crisis de deuda del año 2012 y posteriores.

¿Cuál es la magnitud del problema que quiere revertir Donald Trump? Básicamente, EEUU, el país que patentó el capitalismo más feroz, no controla su deuda, que el año pasado alcanzó los 35,46 billones de dólares. Máximos de todos los tiempos. En los últimos 20 años la ha multiplicado por tres, según datos del Tesoro americano. Estas cifras representan el 123% de su PIB, con un déficit de 1,83 billones de dólares, cercano al 7%. Algo que sería impensable en cualquier país de la Unión Europea.

¿Qué teme el mercado? Que la estampida de los inversores provoque un aumento de los costes de financiación del Gobierno americano que, de media, se sitúan en el 3,32% actualmente, según datos del Treasury americano. En máximos también de la última década.

Uno de los miedos razonables es que una posible recesión de la economía estadounidense -como se descuenta, a raíz de la guerra comercial abierta por el republicano Trump- es que implique un aumento del gasto en intereses de la deuda ante mayores costes de financiación. Según Barclays, cada reducción de entre el 0,5% y el 1% de crecimiento del PIB podría aumentar la rentabilidad de los bonos entre un 0,3 y el 0,35%. Bien para los inversores, mal para las finanzas públicas que Trump trata de redireccionar.

En las últimas semanas se ha acusado a China de estar detrás de la caída de los bonos estadounidenses; de la huida de los inversores del T-Note americano. Se decía que estaba vendiendo de manera masiva. Pekín ni afirma ni desmiente -como es costumbre-, pero sería injusto culpar al régimen chino de algo que lleva sucediendo desde hace años. Al menos, en los últimos dos ejercicios China es vendedor neto de deuda estadounidense, lo que quiere decir que vende más que compra. También fue el caso de Japón en 2024.

Lo que nos lleva a la siguiente pregunta: ¿en manos de quién está la deuda de EEUU? Los inversores extranjeros tienen el 26% del total de deuda a largo plazo; un 20% de las Letras del Tesoro y hasta el 33% si nos ceñimos solo a los bonos públicos (7,3 billones de dólares), según datos recopilados por Barclays. En los dos últimos años, los inversores extranjeros han sido los mayores compradores de deuda estadounidense, aproximadamente un billón de dólares cada ejercicio, según datos del banco británico, y la mitad en bonos del Tesoro americano. Y ello a pesar de la retirada progresiva de China. Es, junto a Japón, el mayor tenedor de deuda de EEUU, seguida de Reino Unido, Luxemburgo o las Islas Caimán.No obstante, más de la mitad de la deuda está en manos de los propios inversores estadounidenses.

SIN REFUGIO

El cambio de paradigma que ha generado Donald Trump se ciñe, precisamente, al mercado de deuda, a pesar de que siempre son las bolsas las que acaparan titulares. El bono de EEUU "ha sufrido una pérdida de estatus, pequeña pero suficiente para provocar una chispa", señala Alberto Matellán, economista jefe de Mapfre y director de La Financière Responsable. Por primera vez en todo el siglo XXI la deuda americana ha dejado de ser refugio para los inversores, con ventas que condujeron al T-Note a un rally del 3,9% a más del 4,5% en los días después del anuncio de la imposición de aranceles de Donald Trump. Así ha funcionado en las grandes crisis financieras, la de 2001 cuando estalló la burbuja puntocom; en la de 2008, la de deuda de la zona euro de 2012, o en el atentado de las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001.

Y lo mismo sucedió con el dólar. En los 12 días posteriores al anuncio que hizo Trump rodeado de rosas, la debilidad de la divisa ha sido palpable entre las mayores monedas del mundo. Es especialmente significativa frente al franco suizo, refugio sin parangón, que se revalorizó casi un 7% frente al dólar. También cedió posiciones frente al euro, hasta los 1,13 al cambio (y hay quien ve la vuelta al 1,20 que estuvo presente durante tanto tiempo); y contra la mayor parte de monedas de las grandes economías. Cae frente a la corona danesa, el yen japonés, el dólar canadiense o sobre la libra esterlina.

Ante la desconfianza que genera el nuevo Gobierno estadounidense, los inversores se han ido a buscar, entre otros lugares, seguridad a Alemania, el país que ha sido capaz de rebajar su deuda pública del 80% al 62% sobre PIB después de la pandemia -toda una gesta- y que, por ello, se ha permitido el lujo de flexibilizar su límite de deuda y aprobar un plan nacional de infraestructuras y defensa por valor de 500.000 millones de euros. El país germano, que tiene fama -fundada- de controlar con mano de hierro su deuda, se financia hasta 2 puntos porcentuales más barato que EEUU, con un bono a diez años que ronda el 2,5%. La última subasta de Letras a 12 meses se cerró en el 1,86% -EEUU paga un 4%-.

"Ahora mismo la sensación es que la deuda europea está actuando como refugio. EEUU debe afrontar vencimientos de deuda por valor de 3 billones de dólares este año", asegura Nacho Zarza, analista de Auriga Bonos. "Empiezas con problemas en los vencimientos de deuda, esto se traslada a la paralización de proyectos e inversiones y termina por afectar a la confianza del mercado", describe como el ciclo que estaría atravesando Estados Unidos.

una oportunidad

En mercado no hay mal que por bien no venga. El aumento de las rentabilidades de la deuda estadounidense está siendo aprovechado por los gestores de carteras para comprar bonos cuando los precios se desplomaron los primeros días de abril. Hay que tener en cuenta que esta crisis que ha saltado a las portadas estas semanas ya estaba siendo anticipada por los grandes fondos de inversión que llevan, al menos, un mes aumentando su liquidez ante lo que pudiera estar por venir y porque el crédito estaba muy caro. Y con esa misma liquidez han salido de compras ahora.

Los aranceles de Trump, aún por definir, sí han distinguido entre sectores y esto hizo que en los primeros días la deuda más castigada fuera la de "automovilísticas, papeleras o firmas vinculadas a manufacturas" en una primera fase "para luego castigar básicamente a todo", señala Eduardo Roque, director de Renta Fija de Bestinver, que explica cómo se ha tensionado el mercado interbancario las últimas sesiones abriendo claras oportunidades, aunque ahora la situación está mucho más relajada.

Bestinver, que de media ha rebajado la liquidez de sus carteras del 16% al 10%, habla de compañías como la francesa Faurecia, fabricante de componentes de automoción, cuyo bono a 2031 ha pasado de ofrecer una TIR (tasa interna de retorno) del 5% al 11% en los últimos días. También menciona a la papelera alemana Progroup con una rentabilidad de su deuda del 5% al 7%; o de la joint venture de Virgin Media y Telefónica en Reino Unido que alcanzó el 6,5%.