- Cáceres La casa de Helga de Alvear
La galerista y coleccionista de arte Helga de Alvear (Kirm, Alemania, 1936) ha fallecido hoy en Madrid a los 88 años de edad, según han confirmado los miembros del Patronato de su fundación y el equipo del Museo Helga de Alvear de Cáceres. Helga de Alvear inició y desarrolló su actividad cultural profesional en España hace décadas a través de la galería que lleva su nombre y el Museo de Arte Contemporáneo de la capital cacereña y deja un inmenso legado en la historia de la cultura española.
"Mi marido era arquitecto y recuerdo que íbamos a casas y yo me decía: todo es lo mismo. Los muebles eran antiquísimos y tenían siempre las mismas fotos de los abuelos. Afortunadamente, eso ya cambió y lo he ido comprobando en la galería. Tenemos ya una fama que hace que no se atrevan, pero aquí llegaba gente pidiendo: 'Estoy buscando algo para mi casa, un cuadro bonito'. Y yo les preguntaba si era para el comedor o el salón. O si iba a estar encima del sofá, y de qué color es el sofá. Y si éste era azul les respondía: 'Vamos a ver si encontramos algo que quede bonito'. Así se empieza. La gente piensa que si entran en una galería tienen que comprar algo. Tonterías. Simplemente vas a ver lo que hay dentro, como si entras en cualquier otra tienda... Yo empecé como todo el mundo: sin saber nada. Cuando [la galerista] Juana Mordó murió, me quedé en el comité de Art Basel solamente porque hablaba alemán. No tenía ni idea. Ni idea. Pero poco a poco, y ya son muchos años, he ido aprendiendo. Al principio, Juana me decía: 'Tú te sientas aquí, te callas la boca y sólo escuchas y aprendes lo que está pasando'. Así me tuvo durante un año".
Con esas palabras se explicaba Helga de Alvear en una entrevista publicada por EL MUNDO en vísperas de ARCO 2024. En la última pregunta, la galerista tenía que definirse como profesional: "Enferma del arte".
Alvear solía contar que, siendo niña, le gustaba coleccionar las piedras que encontraba en el Río Nahe, en el actual estado de Renania-Palatinado, provenientes de un yacimiento cercano a su casa. Las formas, texturas y colores de esa primera colección de objetos naturales iniciaron el camino hacia su fascinación por el arte abstracto.
Tras la Segunda Guerra Mundial, que acabó cuando tenía nueve años, Helga de Alvear estudió en el colegio de Salem en el lago de Constanza, y después en Lausana y Ginebra, Suiza. Después, amplió sus estudios en Londres durante un año. En 1957, con 21 años, viajó a España con el objetivo de aprender el idioma. Era estudiante de Cultura Hispánica en la Complutense. El 27 de mayo de 1958, conoció al arquitecto Jaime de Alvear; en 1959 ya estaban casados. Junto con su familia Helga visitó con frecuencia el Museo del Prado, donde desde el primer momento quedó prendada de La Anunciación de Fra Angelico y de la última etapa de Goya, artista del que adquiriría una primera edición de Los Caprichos décadas más tarde.
La historia de la galería Helga de Alvear y el origen de la Colección Helga de Alvear se remonta a 1967, cuando su dueña conoció a Juana Mordó, la pionera de su negocio, y entró en contacto con los artistas del grupo El Paso. Su primera adquisición fue una pintura de Fernando Zóbel pagada a plazos.
En enero de 1980, De Alvear empezó a trabajar en la galería Juana Mordó, y empezó a frecuentar Art Basel, la Fiac en Paris y la Feria de Colonia. En 1982, Helga de Alvear fue una de las impulsoras de de la feria ARCO. Tras la muerte de Mordó en 1984, tomó las riendas de sy galería. Durante los siguientes 10 años siguió las enseñanzas y el modelo, tanto artístico como de gestión, de su mentora. Sin embargo, en 1995 dio un giro a su carrera y abrió una nueva galería con su propio nombre en un espacio de más de 900 metros cuadrados junto al Museo Reina Sofía. En este nuevo proyecto apostó por el arte contemporáneo internacional con un especial interés por la fotografía, el vídeo y la instalación que en ese momento eran casi desconocidas en España.
En paralelo, la galerista reunió una de las colecciones privadas más relevantes de Europa. El deseo de su dueña de compartir su pasión por el arte contemporáneo con el público en general y de forma permanente la llevó a crear el museo de su colección en Cáceres. En el año 2010, De Alvear inauguró el Centro de Artes Visuales y en el 2021 se inauguró el Museo Helga de Alvear.
En palabras de Sandra Guimarães, directora del museo cacereña, "Helga de Alvear será por siempre recordada por su admirable generosidad y su imprescindible papel en el desarrollo del contexto artístico español e internacional. Helga fue una líder visionaria que tuvo un impacto indeleble en los artistas con los que trabajó, en los equipos de su Museo y su galería, en sus colegas, en sus numerosos amigos y en todo el mundo del arte".
La trayectoria vital y profesional de Helga de Alvear la hizo merecedora de numerosos reconocimientos, entre los cuales destacan la Medalla de Extremadura en 2007, la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes concedida por el Ministerio de Cultura en 2008, la Cruz de la Orden del Mérito Civil de la República Federal Alemana (2004), la Medalla Internacional de las Artes de la Comunidad de Madrid en 2020, o la Medalla al Mérito Cultural de la República Portuguesa de (2024), entre otros muchos galardones.