El cáncer colorrectal está aumentando en adultos jóvenes. Los casos de este tipo de tumor, generalmente asociado al envejecimiento, están experimentando un notable crecimiento en menores de 50 años en distintos países, incluida España, un fenómeno cuyas causas aún se desconocen.
Se está estudiando la influencia que ejercen en este auge cuestiones como la alimentación, los hábitos de vida o la exposición a distintos factores ambientales, una línea en la que ahonda un estudio liderado por investigadores españoles que acaba de publicar Nature.
Según sus datos, la exposición durante la infancia a una toxina bacteriana podría ser clave en este aumento del cáncer colorrectal de aparición precoz.
La exposición en la niñez a la colibactina, una toxina producida por algunas cepas de Escherichia coli -una bacteria común en el intestino-, es capaz de alterar el ADN de las células del colon, les imprime "un patrón de mutaciones muy característica, una firma mutacional" que es 3,3 veces más frecuente en los adultos diagnosticados con menos de 40 años que en quienes sufren el tumor después de los 70, tal y como explica Marcos Díaz Gay, actual jefe del Grupo de Genómica Digital del CNIO y primer autor del trabajo, que inició durante su etapa como postdoc en la Universidad de California en San Diego (EEUU).
Los investigadores han podido rastrear ese patrón tan característico mediante técnicas de machine learning e inteligencia artificial. En concreto, estudiaron 981 genomas de pacientes con cáncer colorrectal de 11 países. Este análisis computacional, subrayan, es el primero que muestra un aumento sustancial de las mutaciones relacionadas con la colibactina en casos de cáncer colorrectal en menores de 50 años.
Según los resultados del trabajo, la exposición a la colibactina es capaz de provocar cambios en el ADN de las células del colon en los primeros años de vida, unas modificaciones que pueden favorecer el desarrollo de un tumor precoz, varias décadas antes de lo habitual.
"Creemos que esta exposición en la infancia es al menos una de los factores que está contribuyendo a esta epidemia de cáncer colorrectal en adultos jóvenes", señala Díaz Gay, quien, no obstante, recuerda que es necesario seguir investigando para "establecer la relación de causalidad" entre ambos fenómenos.
El objetivo, al iniciar la investigación, no era poner el foco sobre el cáncer de colon de aparición temprana, señala el investigador, sino "examinar los patrones mundiales de cáncer colorrectal, para entender por qué algunos países tienen tasas mucho más altas que otros". Al profundizar en el análisis, los investigadores hallaron que las mutaciones asociadas a la colibactina aparecían mucho más frecuentemente en afectados jóvenes.
El trabajo también halló que hay ciertas firmas mutaciones especialmente frecuentes en cánceres colorrectales de algunos de los países estudiados, particularmente Argentina, Brasil, Colombia, Rusia y Tailandia.
Para Toni Gabaldón, investigador ICREA del Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona (IRB) y del Centro Nacional de Supercomputación (BSC), el resultado de esta investigación, "sugiere que una mayor exposición a estas bacterias - quizás resultante de unos hábitos alimenticios determinados o un incremento epidemiológico de esas bacterias - puede haber resultado en la aceleración del proceso mutagénico que termina derivando en la aparición de tumores. Esto podría establecer un mecanismo de cómo un factor ambiental, por ejemplo una mayor exposición a un tipo de bacterias, puede desencadenar un adelanto del daño genético en células del colon que termina derivando en una mayor probabilidad de desarrollar cáncer", señala.
"El estudio detecta estos patrones de exposición a colibactina, incluso en muestras donde estas bacterias no parecen estar presentes, indicando que la exposición puede haber precedido en mucho tiempo la aparición del cáncer", continúa el científico, quien subraya que el trabajo "nos recuerda la importancia del microbioma intestinal en la probabilidad de desarrollar enfermedades como el cáncer".
"Estos resultados abren una puerta a medidas de prevención y diagnóstico temprano", subraya el investigador.
Para Julian Peto, catedrático de Epidemiología de la London School of Hygiene & Tropical Medicine (Reino Unido), la observación de que las firmas de colibactina son más comunes en los cánceres colorrectales jóvenes no es, no obstante, una prueba "concluyente de que el aumento de la exposición a la colibactina sea una causa importante del reciente aumento del cáncer colorrectal en las generaciones sucesivas nacidas desde la década de 1950".
"Una explicación igualmente plausible de estos datos es que la incidencia de los cánceres colorrectales (CCR) causados por la exposición temprana a la colibactina (como los CCR causados por mutaciones heredadas en el gen APC) aumenta menos con la edad que la mayoría de los CCR", ha señalado en declaraciones a Science Media Center. "Su hipótesis debería comprobarse mediante estudios similares con muestras histológicas almacenadas de CCR diagnosticados en períodos sucesivos. Esto demostraría si ha habido un aumento secular en la proporción de CCR con estas firmas", añade.
El estudio forma parte del proyecto Mutographs of Cancer- Cancer Research UK Grand Challenge Project, un consorcio de la Universidad de California en San Diego, el Wellcome Sanger Institute y la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer cuyo objetivo es identificar patrones de mutaciones causadas por distintos agentes ambientales.
En una nota distribuida por la Universidad de California en San Diego, el autor senior del trabajo, Luidmil Alexandrov, señala que el trabajo también contaba con cierta financiación procedente de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de Estados Unidos, unos fondos que "podrían estar en peligro" por los recortes presupuestarios. "Si los NIH deciden dejar de financiar este trabajo, será, en mi opinión, un duro golpe para la investigación del cáncer no sólo en Estados Unidos, sino en todo el mundo", afirma. "Nuestra financiación nos ha permitido colaborar con investigadores del cáncer de todo el mundo, recopilando y analizando grandes conjuntos de datos de muestras de pacientes de varios países. Ese tipo de escala es lo que hace posibles descubrimientos como éste".