SALUD
Salud

Una terapia combinada para frenar la miopía, la "epidemia del siglo XXI"

El hospital Clínico San Carlos de Madrid evalúa en un ensayo clínico la utilidad de aunar dos estrategias para detener el avance del problema de visión. Los resultados preliminares muestran buenos resultados

Los hermanos Sergio y Adrián, en la consulta de Oftalmología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid.
Los hermanos Sergio y Adrián, en la consulta de Oftalmología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid.ÁNGEL NAVARRETE
PREMIUM
Actualizado

Cuando Lourdes del Val escuchó a su hijo Sergio quejarse de que "en el cole no veía bien la pizarra", enseguida supo que la miopía que a ella le detectaron cuando tenía 7 años había empezado a manifestarse también en su hijo pequeño, que entonces tenía 6.

Esta madrileña temía que, como le pasó a ella, la visión a larga distancia de su hijo iba a volverse cada vez más borrosa, en una suma progresiva de dioptrías contra lo que poco podría hacer, más allá de graduarse la vista periódicamente.

Sin embargo, su perspectiva cambió cuando en el Hospital Clínico San Carlos (Madrid) le ofrecieron la posibilidad de que Sergio participara en un ensayo clínico que estudia la utilidad de una terapia combinada para frenar el avance de este problema de visión que ya se considera una epidemia del siglo XXI.

"Estamos intentando detener la progresión tan extrema que estamos viendo en nuestros pacientes miopes", explica Rosario Gómez de Liaño, responsable de la unidad de Oftalmología Pediátrica y Motilidad Ocular del Hospital Clínico San Carlos.

Además de los antecedentes familiares, factores como pasar poco tiempo al aire libre, el uso de dispositivos electrónicos y el exceso de tareas que exijan una visión de cerca aumentan el riesgo de padecer miopía, aclara la oftalmóloga, lo que explica la explosión de casos que se ha producido en los últimos años.

Según un estudio de la Universidad Complutense, actualmente el 19% de los niños españoles de entre cinco y siete años padecen miopía y se estima que en 2030 esa cifra podría ascender al 30,2%.

La miopía se debe a un defecto refractivo que generalmente se asocia a un excesivo crecimiento del globo ocular. "Los haces de luz se enfocan por delante de la retina porque el ojo es muy grande. Y con el paso del tiempo va creciendo más", explica Gómez de Liaño, quien recuerda que ese crecimiento patológico aumenta el riesgo de problemas asociados, como desprendimiento de retina, glaucoma, catarata precoz o maculopatía miópica.

Es "un problema grave" que hay que atajar. Y por eso, el centro madrileño ha diseñado un ensayo en el que también participan investigadores de la Universidad Complutense de Madrid para evaluar la efectividad de combinar dos estrategias que ya están disponibles de forma individual: la administración de un colirio con disolución de atropina, junto al uso de unas gafas con lentes especiales -denominadas DIMS-, que están diseñadas para mejorar el enfoque en la retina y detener el estímulo que produce el sobrecrecimiento del ojo.

En qué consiste la terapia combinada

Según explica Noemí Güemes, oftalmóloga del Hospital Clínico San Carlos y principal impulsora del ensayo, en febrero de 2022 comenzaron a reclutarse los 112 pacientes que a día de hoy forman parte de este ensayo aleatorizado que se diseñó con dos brazos de estudio.

Aproximadamente a la mitad de la muestra se le indicó la administración de una gota diaria del colirio de atropina (0,025), una indicación ya habitual en niños con miopía, junto al uso de gafas monofocales estándar. El resto, en cambio, debían combinar la misma pauta de atropina con las gafas con lentes especiales que el centro les proporcionó a los participantes en el ensayo.

"Pero en el primer año del estudio vimos que la progresión de la miopía era menor en los niños que estaban en el grupo del tratamiento combinado. Con esa evidencia éticamente no podíamos seguir con el diseño inicial, así que al cumplir los dos años de tratamiento todos los participantes pasan al brazo de tratamiento combinado", explica Güemes.

Aunque el ensayo continuará hasta el inicio de 2026, los primeros resultados se han presentado este año en la Reunión de la Asociación para la Investigación en Oftalmología y Visión (ARVO).

"Hemos visto que en cuanto a la longitud del ojo, en el tratamiento combinado aumenta prácticamente la mitad", explica Güemes, quien añade que el porcentaje de niños a los que no les progresó en absoluto la longitud del ojo tras 12 meses de tratamiento fue de en torno al 10% en el grupo de niños con atropina y gafas convencionales y subió al 39,6% en el grupo de la terapia combinada. "En casi 4 de cada 10 niños del estudio en tratamiento combinado, la longitud axial del ojo no progresó en 12 meses de tratamiento", subraya.

En cambio, en cuanto a dioptrías, las diferencias observadas entre los grupos no fueron estadísticamente significativas. "Estamos haciendo análisis a más largo plazo", indica la oftalmóloga, cuyo equipo también quiere analizar el tiempo idóneo para la combinación y los efectos en niños que tras llevar una terapia estándar se pasan al tratamiento combinado.

Cada noche, justo antes de dormir, Lourdes del Val le pone la gota del colirio de atropina a Sergio, que hoy tiene 9 años y a Adrián, su hijo mayor, de 15, que seis meses después que su hermano, también empezó a mostrar síntomas de miopía. Además, los dos llevan gafas un mínimo de 10 horas al día.

A los dos les han recomendado también que hagan mucha vida al aire libre, como jugar al fútbol, un deporte que a ambos les encanta.

"Salir al patio, jugar al aire libre y una exposición a la luz solar es fundamental frente a la miopía", señalan Gómez de Liaño y Güemes.

Para prevenir y frenar el avance de la miopía, las oftalmólogas recomiendan al menos dos horas al día al aire libre. Además, también aconsejan mantener una distancia de lectura mínima de entre 30 y 40 cm; hacer una pausa de entre 20 segundos y seis minutos cada 20 minutos, regular el tiempo de uso de dispositivos electrónicos y siempre realizar tareas con buena iluminación.

Mitos sobre la miopía que hay que desterrar

Circulan muchas falsas creencias sobre la miopía y cómo detener su progresión. Según explican desde el Hospital Clínico San Carlos:

-No es cierta la creencia de que "es mejor no ponerse las gafas en todo momento para que no se acostumbre el ojo". En realidad, no ponerse las gafas puede afectar negativamente a la visión.

-Tampoco es verdad que "la miopía solo afecta a la calidad visual". Hay varias patologías que pueden aparecer por una longitud ocular excesiva, como la maculopatía miópica, el desprendimiento de retina o el glaucoma.

-No se puede pensar tampoco que "los problemas asociados a la miopía desaparecen con la cirugía". La intervención quirúrgica sí permite corregir el defecto refractivo de la miopía pero no corrige la longitud axial que es el parámetro asociado al desarrollo de patologías.

-También es un mito pensar que "es mejor no compensar toda la miopía para que esta no progrese". En realidad esta práctica no se ha asociado con un mejor control de su progresión.