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Moda

Tendencias otoño-invierno 2024/2025: vestirás de beis, usarás sombrero y amarás las hombreras (según la pasarela)

Con sombreros, flecos, hombreras y colores fuera de estación, la silueta de la nueva temporada busca huir de la realidad que la rodea. Aquí las nubes no llegan y la luz no se pierde. Si una solo se mira a sí misma, el resto no existe.

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Tendencias otoño-invierno 2024/2025: vestirás de beis, usarás sombrero y amarás las hombreras (según la pasarela)
El peso de la silueta recae, este otoño, sobre los hombros. J. W. Anderson/ Spotlight Launchmetrics

A diferencia del verano, el otoño, escribió Ángel González, llega sin hacer ruido. Si los escaparates de las tiendas se dejan conducir por la pasarela, los colores parecerán apagarse. El burdeos, el azul petróleo y el marrón se infiltrarán entre el negro y el gris de todos los inviernos.

La cazadora de piel ochentera se estira hasta convertirse en abrigo o gabardina. Bottega Veneta/ Spotlight Launchmetrics

Por orden de Bottega Veneta o Ferragamo, la paleta de la temporada teñirá la cazadora ochentera, que en esta ocasión se alarga hasta convertirse en abrigo. Lo hará como gabardina o como estructura trapezoidal, con el peso de la figura sobre los hombros, coprotagonistas de la temporada. En chaquetas y vestidos, Balmain, Max Mara o, por supuesto, Saint Laurent enderezan las hombreras y las convierten en el alféizar del cuerpo. J. W. Anderson, capitán mayor de la hipérbole, las hincha hasta la parodia.

La tendencia del británico hacia la caricatura no andará sola en las próximas colecciones. Los juegos visuales de Viktor & Rolf, con siluetas geométricas, como extraídas de un cuadro de Feininger, o de Schiaparelli, maestra del surrealismo sartorial, contagian al resto de firmas. La moda se transforma en un trabajo de interpretación. Tras el virus de los "-core", que permitían la ilusión de convertirse en una heroína de ficción (hoy vives en un cottage con vestidos de flores y mangas de farol; mañana, en la regencia inglesa envuelta en sedas y corsés), la moda dejará a la mujer entre el personaje y la persona.

De los pies a la cabeza, en bajos y mangas, el movimiento se anuncia teatral. Jil Sander. Spotlight Launchmetrics

Desde el cuello a los tobillos, chaquetas y faldas buscarán la teatralidad. El escote y los bajos se llenan de flecos que reclaman la atención de quienes están alrededor.

Para escapar de ella, los tonos vivos se apoderan de los total looks. Issey Miyake/ Spotlight Launchmetrics

El color se va a encargar de robarla. Issey Miyake o Loewe recomiendan enfrentarse a las circunstancias de un brochazo. La huida de la realidad, en sus propuestas, se produce a través de colores vivos, turquesas y fucsias que niegan el recorte de las horas de sol.

Como la luz del sol, la paleta de color se suaviza para ajustarse a la temporada. Gucci/ Spotlight Launchmetrics

En la paleta pastel, Gucci se acopla a la nueva suavidad del día.

Todas las versiones del sombrero regresan este invierno. Chanel/ Spotlight Launchmetrics

Aunque la luz se endulce, la cabeza paseará tapada. Chanel dibuja pamelas setenteras y, como una capucha, el turbante se levanta desde las clavículas para proteger el rostro. Así, los accesorios que acabarán arrugados en el bolso se minimizan.

Ni bufandas ni fulares:el abrigo se ocupa de proteger el cuello. Courrèges/ Spotlight Launchmetrics

En gabardinas y cazadoras, el cuello se levanta hasta la barbilla para renunciar a bufandas enredadas entre las llaves y el bálsamo labial.

El retorno de los 2000 no trae solo horrores estéticos:vuelve la capa. Carolina Herrera/ Spotlight Launchmetrics

También en el armario de la entrada, el de los abrigos, los brazos se liberan y el cuello se redondea. Como demostraban las protagonistas de Gossip Girl, todo cabe bajo la capa de Carolina Herrera o Dior.

El beis, el color neutro por excelencia se refrenda como uniforme para el frío. Balmain/ Spotlight Launchmetrics

La otra, la de invisibilidad, se materializa en el beis, comodín de la discreción.

La sobriedad del blanco y negro se revitaliza en el print de Lady Di. Patou/ Spotlight Launchmetrics

Mientras los detalles en rojo anclan los estilismos en 2024, un estampado eterniza la elegancia informal: los lunares negros sobre fondo blanco de Patou rescatan a Lady Di en Ascot. Como en aquella ocasión, no exige guarnición. Solo debe ser lo que es.